Cabalgando con los Jinetes del Apocalipsis
Por: Carlos E. Méndez
Marzo 13,2011
Si yo fuera a darle alguna explicación racional y exotérica a los acontecimientos políticos y sociales de mitad del siglo XX y lo que va del XXI y además le sumara los desastres naturales más recientes como el de Chile y el de Japón para tratar de interpretar la situación mundial a la luz de las sagradas escrituras, sin entrar a descifrar códigos secretos ni profundizar en simbologías puesto que yo no soy un experto en Biblia, escogería el episodio menos complicado, el de los cuatro jinetes cabalgando sobre sus respectivos caballos blanco, rojo, negro, y amarillo.
Abro paréntesis para aclarar que los cristianos del periodo de los apóstoles que sufrían cruentas persecuciones y los entendidos de la generación pasada hasta el año 1945 que es cuando finaliza la segunda guerra mundial, seguramente interpretaron estos mismos pasajes bíblicos desde otra perspectiva histórica y a la luz de sus propias vivencias, lo cual es muy válido dada cuenta de que las sagradas escrituras suelen tener múltiples aplicaciones e interpretaciones. Por ejemplo, el profeta Malaquías (400 antes de Cristo) hablo entre líneas del primer y segundo advenimiento del Mesías. Jesús hablo de su muerte, de la destrucción del templo de Jerusalén y del fin del mundo en un mismo discurso, pero la multitud no entendió lo que dijeron Malaquías y Jesús sino hasta que las profecías se cumplieron. Bueno, cierro paréntesis para comenzar a cabalgar como un paparazzi detrás de los jinetes del Apocalipsis.
Desde este otro ángulo del planeta y 2000 años después de que el apóstol Juan recibiera esta revelación, capto con mi cámara secreta que el primer jinete, el del caballo blanco, al que representa la paz, el que tenia un arco y se le dio una corona para que le hiciera honor hasta llegar a la meta como un vencedor, encaja perfectamente con la descripción de un personaje reciente de la historia contemporánea que tuvo suficiente poder hasta para convocar a una “guerra santa” como la que se escenificó a principios del segundo milenio de la era cristiana. Este autentico líder de multitudes a diferencia de los belicosos más mentados, prefirió buscar la paz antes que la guerra entre las naciones. Si cual pieza de rompecabezas lograra encajar a este admirable personaje en mi tablero bíblico, le daría vida al jinete blanco y me atrevería a asegurar que en este momento la humanidad está cabalgando sobre una misma carroza tirada por los tres caballos restantes. Hasta la desaparición física de este apóstol moderno, podemos decir que el mundo todavía disfruta de un periodo de aparente y relativa calma denominada “guerra fría“. Pero esta paz se ve interrumpida y el mundo aterrado con el atentado a las Torres Gemelas que se produce exactamente 23 años después de su muerte, en el 2001, lo cual da inicio a otro estilo de guerra en las que están inmersas las naciones. Sin duda alguna que la visión y perspectiva espiritual del patriarca Juan Pablo II, estuvo muy por encima de la institución que él mismo papa representó.
También se ha especulado que este jinete del caballo blanco representa a la iglesia de Cristo, es decir, a los creyentes en general y no a ninguna religión ni persona en particular. Se piensa que la iglesia o creyentes en cristo tienen poder para destruir el mal tal como lo tuvo Jesús para evitar su crucifixión, pero que es necesario que todo esto acontezca antes del regreso de Cristo. Se cree también que los cristianos fieles y verdaderos no van a padecer la gran tribulación que se avecina debido a que la iglesia como cuerpo de Cristo, es decir los salvados, serán transformados y arrebatados al cielo y no verán la muerte sino que se unirán a los que ya partieron para recibir a Cristo en las nubes.
El segundo jinete, el del caballo rojo, el que representa la guerra, irrumpe en el escenario con un arma de largo alcance y penetración que hace como es obvio que los hombres se maten unos a otros. Pero este individuo o sistema no solo es capaz de encender la chispa de una nueva guerra mundial mas tecnificada, si no que también tiene el poder de influir en la conciencia de otros gobernantes al punto de alentar una revuelta civil o regional en y entre otras naciones. De hecho, las grandes guerras comienzan siendo pequeñas, a no ser que a un loco se le ocurra lanzar un misil atómico sobre otro país cualquiera del planeta y obtenga a cambio una respuesta inmediata que desate una reacción en cadena y nos sepulte a todos bajo un aguacero radiactivo. En este preciso momento estamos presenciando el inicio de una guerra civil en Libia, producto de la terquedad de un dictador belicoso que se resiste a dejar el poder que ha detentado y usufructuado por mas de 40 años consecutivos. Hay muchos gobernantes que lo condenan por genocida, pero otros pocos que lo celebran, lo cual podría originar una guerra internacional que pase de las palabras a las armas. Es muy probable que el terrorista mas buscado del planeta este escondido en ese territorio. Por supuesto, hay mas de un interés político y económico detrás de esta revuelta civil, pero en definitiva es la reacción espontánea de un pueblo cansado de que sus gobernantes, sus familias y sus adulantes vivan en la opulencia mientras ellos se alimentan de las migajas que caen de la mesa del rey de un país petrolero.
El sistema comunista mundialmente identificado con el color rojo, ha sido asociado a este segundo caballo y podría estarlo, ya que su doctrina materialista ha dividido a la sociedad desde que surgió como alternativa de poder ante las monarquías endiosadas. Se trata de una corriente de pensamiento atea que para nada toma en cuenta a Dios a no ser para manipular a los creyentes y sumarlos a sus filas. Por supuesto, no son los únicos; pero los comunistas manejan una moral mesiánica muy particular que considera válida cualquier vía, incluyendo la muerte si es necesaria para alcanzar sus objetivos políticos y por ende el poder absoluto.
Al tercer jinete, el del caballo negro, el que representa la inflación, la escasez y el hambre en el mundo, con mi cámara oculta lo veo lanzarse como una plaga de langostas arrasando con las plantaciones, criaderos, almacenes, bodegas, reservas, con todo lo que hay para alimentarse, excepto que debe preservar el aceite y el vino que debe dejar en los anaqueles para que alguien los racione y los menos favorecidos puedan coser su pan y tomar su vino para calentarse y sobrevivir. Porque, déjeme decirles que siempre habrá quienes puedan pagar por una arepa el costo que le pongan. Sin ir tan lejos ni remontarse a las estrellas, en Venezuela una arepa rellena cuesta dos días el salario de un obrero. Pues, bien, periodos de hambre ha sufrido la humanidad en todas las épocas, sobretodo antes, durante y después de una guerra caliente; aunque en plena guerra fría hay poblaciones que mueren de hambre en las calles ante la presencia de reporteros internacionales que salen en busca de noticias de primera mano.
Al cuarto y ultimo jinete, al del caballo amarillo que representa la muerte y al infierno, lo observo desde lejos con una lente especial para que no me salpique de cadáveres ni me queme. A este jinete se le otorgó poder para exterminar el 25% de la población mundial. Aquí en el Apocalipsis no se mencionan armas de exterminio masivo, sino con enfrentamientos, hambre, epidemias y con fieras de la tierra. Supongo que no se habla de aves de rapiña porque para entonces el aire estará tan contaminado por las radiaciones nucleares espontáneas, que las aves habrán desaparecido de la atmosfera de las urbes. A la muerte le seguía el infierno (crematorio), expresa la profecía, ya que los antiguos asociaban a los quemaderos de basuras con el infierno y viceversa, porque para desaparecer tantos cadáveres a la vez y evitar epidemias, se necesita incinerarlos como ocurrió en el pasado durante las pestes que azotaron al mundo. Me imagino que en los lugares selváticos las fieras harán su parte para limpiar el terreno.
El caballo amarillo también ha sido asociado con la raza china, no solo por el color, sino por su numerosa población, ya que se cree que es el único país del mundo con capacidad bélica para conformar un ejercito de mas de 200 millones de hombres en armas capaz de someter a muchas otras poblaciones y naciones pequeñas.
De tal manera que, recapitulo, la humanidad estamos cabalgando sobre una misma carreta tirada al mismo tiempo por los tres últimos caballos, ya que para nada nos sorprenden las guerras, la escasez, la inflación, el hambre, los homicidios, las revueltas civiles, etc., etc. Es verdad que llegamos a escuchar de la exterminación de los judíos y cristianos en los campos de concentración y crematorios nazis; de la mortandad en los campos de guerra; de los millones de muertos en Rusia y China por oponerse a un nuevo orden político; pero, hasta allí. La diferencia tal vez estribe en que usted y yo hoy estamos asistiendo no como invitados de piedra a esta entrevista con los cuatro jinetes del Apocalipsis, sino como espectadores interactivos, como actores y quién sabe si hasta protagonistas, ya que estamos hablando no de lo que otros vieron y nos contaron, sino de lo que nosotros mismos estamos viendo y viviendo día a día.
Finalmente y para consuelo de todos quiero referirme a otro jinete montado sobre un caballo blanco que no tiene nada que ver con el primer caballo de la serie de los cuatro jinetes al cual asocié con “el papa amigo“ para ubicarme en el tiempo. Este otro jinete que aparece en el mismo libro de Apocalipsis, si puedo asegurarles que se trata de Jesucristo que regresa a poner orden en medio del caos. Este jinete trasciende lo que existe y llega para quedarse: “Luego miré el cielo abierto - dice el escritor -, y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama Fiel y Verdadero. Con justicia dicta sentencia y hace la guerra. Sus ojos resplandecen como llamas de fuego, y muchas diademas ciñen su cabeza. Lleva escrito un nombre que nadie conoce sino solo él. Está vestido de un manto teñido en sangre, y su nombre es El Verbo (palabra) de Dios. Lo acompañan los ejércitos del cielo montados en caballos blancos y vestidos de lino fino, blanco y limpio. De su boca sale una espada (discurso) afilada con la que herirá a las naciones. Las gobernará con puño de hierro. El mismo exprime uvas en el lagar del furor del castigo que viene de Dios todopoderoso. En su manto y sobre el muslo [a la altura de sus piernas] lleva escrito [en su vestimenta] este nombre: Rey de reyes y Señor de señores!!!
Carlos E. Méndez
"El miedo toco a la puerta; la fe la abrio, y no encontro a nadie": M.L.King