R E F L E X I O N E S D E M O C R A T I C A S
Humberto Marcano Rodriguez
PROHIBIDO OLVIDAR
Pocas veces un mortal hace unas proyecciones de lo que ha de ser el
futuro de una nación, como bien lo hace
el Doctor JORGE OLAVARRIA, aquel 5 de julio del 99, en su memorable discurso,
cuando apenas el golpista llevaba seis meses de régimen.
DISCURSO DEL DOCTOR, PERIODISTA E HISTORIADOR JORGE OLAVARRIA, EL 5 DE
JULIO DE 1999 EN EL CONGRESO NACIONAL
Antes de transcribir
este memorable discurso del Periodista, Historiador y Polémico hombre
público que fue JORGE OLAVARRIA, en el
extinto Congreso Nacional y que por lo profético de sus palabras, cada día
cobra más vigencia ante la situación que
vive nuestra patria, voy a permitirme hacer algunos comentarios
Ese día en la
mitad del discurso el General RAUL SALAZAR, para entonces Ministro de la Defensa, defensor a
ultranza del chavismo para la época, se
levanto de su sitio y le ordenó al Alto Mando Militar que abandonara el
Capitolio Federal y él a la cabeza de sus oficiales se fueron, igual cosa hizo la doctora CECILIA SOSA, la doctora Sosa,
declaró que ella en su condición de
presidenta de la Corte Suprema
de Justicia, no aceptaba ni toleraba que se insultara al señor presidente de la república, que se sentía abochornada por ello, al terminar
el discurso CAPRILES RADONSKY para la fecha presidente de la Cámara de Diputados increpó
públicamente al doctor Jorge Olavarría, por que era
una afrenta, ya que con ese discurso ofendía al señor
presidente y a la majestad presidencial,
TODOS estos personajes nombrados
al poco tiempo a cada uno Chávez les dio su patada histórica y hoy todos militan en la oposición contra el golpista.
Todos, por los cargos que ostentaban, tuvieron el gran
momento para apoyar al Doctor Jorge Olavarría, pero prefirieron bajar la cabeza
y ponerse de parte del golpista y
sabemos el destino de los mismos al poco
tiempo. ASI PAGA EL DIABLO……..
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Señor Presidente Constitucional de la
República, señores Presidente y Vicepresidente del
Congreso Nacional, señores representantes de los Poderes Constitucionales de la República, Excelentísimo señor Nuncio Apostólico de su Santidad,
Decano del Cuerpo Diplomático y Excelentísimos
señores Embajadores de las
Misiones Diplomáticas aquí presentes,
señoras y señores.
Esta solemne celebración la última del siglo coincide con
una hora menguada de la patria, es una hora triste, tensa y bochornosa. Preñada
de peligros y amenazas para los que queremos vivir en libertad y democracia
bajo el imperio de la ley.
No es hora e historias pasadas, La historia se está
haciendo aquí y ahora. Es la circunstancia
la que nos exige seguir el ejemplo de los próceres que firmaron la Declaración de la Independencia. ,De
los que fundaron las bases y sentaron los principios de un estado
constitucional, en el cual la Ley
respetase la virtud y el honor, como la cantaba una cancioncilla que andaba por
las calles de Caracas de aquellos días, Es la hora de hacer verdad el himno que
hoy cantamos. Es la hora de hacer como ellos. No de hablar de ellos, por que
sino, seguiremos cantando, que el vil egoísmo otra vez triunfó.
Con el recuerdo de las heroicidades de los Libertadores
no vamos a exculpar las cobardías de hoy, Así no aprenderemos las lecciones que
con el sacrificio de sus vidas nos dieron quienes firmaron El Acta que acaba de
ser leída. Con esa retórica apenas lograríamos anestesiarnos el dolor de las verdades que hoy nos abochornan y que
nos han traído donde estamos. Por ese camino no nos vamos a encontrar jamás con
nosotros mismos.
Los hechos de hoy plantean ante la conciencia moral de
los venezolanos de la obligación de hacer algo por lo que nos amenaza, la esperanza de cambiar lo que
hay que cambiar, pueden hacer y hacer
retroceder a Venezuela a un ayer cuyos
atavismos de violencia están latentes y sólo falta alguien que los despierte, Y
ese alguien los está despertando.
Mañana nadie podrá
declararse eximido de responsabilidad,
si hoy cada quien no asume la responsabilidad que le corresponde. Sin egoísmos.
Sin cobardías.
Para las revoluciones que están revolucionando al mundo
de hoy, la retórica heroica de las revoluciones de ayer de poco vale. Esa
retórica heroica no nos hace más ricos, ni más
sabios ni mejores ciudadanos. No nos consuela de lo que somos. Con el
recuerdo de lo que fuimos. Lo que ellos hicieron ayer no nos exime de que
nosotros aquí y ahora, debemos hacer
hoy.
La valentía del siglo XXI, no es la valentía del asaltante temerario. Es la valentía del saber, la valentía del trabajo, la
valentía del dominio de una tecnología que ha cambiado el mundo en los últimos años,
más que todos los cambios del milenio
que concluye y que va a cambiar la
dinámica política de las sociedades
humanas a extremos que la imaginación no
alcanza a imaginar.
Esa es la valentía de los venezolanos que tienen que ser
valientes en el siglo XXI
Para ellos, los venezolanos que hoy y ahora tenemos alguna responsabilidad,
debemos tener hoy y ahora, el valor y la decisión que se necesitan para
enfrentar la orgía de insensatez demencial que nos empuja hacia atrás. Que nos
lleva a desandar caminos andados. Que nos induce a repetir errores cometidos.
Si los venezolanos
nos dejamos alucinar por un demagogo dotado del talento de despertar
odios y atizar atavismos de violencia,
con un discurso embriagador de denuncias
de corruptelas presentes y heroicidades pasadas. El año entrante Venezuela no
entrará en el siglo XXI, se quedará rezagada
en lo peor del siglo XX. O retornará
a lo peor del siglo XIX,
El desprecio que el señor Presidente manifiesta por una
Constitución que le otorga legitimidad a
su mandato, pero que el sentenció a prematura muerte, no nos aclara los
términos de la Constitución de sus
verdaderas intenciones por la cual
propone reemplazarla.
Por lo pronto, está claro que nadie puede ignorar las
repetidas amenazas del señor Presidente ha proferido en contra del Congreso, de
la Corte Suprema
de Justicia y sus Magistrados, del Fiscal, del Contralor de la República, del
Consejo Nacional Electoral y de las Fuerzas Armadas. Ni un solo poder
constitucional ha sido eximido de sus amenazas. Ni uno sólo.
Y no es que la imagen que el país tiene de estos
poderes sea inmerecida. No si hemos
llegado a una situación en la cual estas amenazas se profieran sin que el país se ponga de pié para protestarlo es por algo.
Pero estas no son las
amenazas de un reformador de lo que se niega tercamente a ser reformado.
Son los anuncios de un destructor.
El señor Presidente amenazó a la Corte Suprema de Justicia con lanzar a sus seguidores a la
calle a manifestar en su contra, si decidía
un recurso interpuesto en forma que el consideraba contrario al pueblo.
Y no pasó nada.
Un pueblo en cuyo nombre, dice hablar y del cual alega
haber recibido un mandato de poder absoluto y dictatorial. Así lo consigno por
escrito, en una memorable carta
enviada a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
Reclamó para si la exclusividad en la
conducción del estado. El señor Presidente cree sinceramente que el estado es
él, que él es el único representante del pueblo.
Cuando la Corte
Suprema de Justicia, decidió en una forma contraria a la él
esperaba, el Presidente acusó a sus Magistrados de estar coludidos contra él, y
en repetidas ocasiones posteriores de corrupción y no pasó nada.
El señor Presidente ha instado repetidamente al desacato
por la Constituyente a ser elegida, de los términos del mandato
aprobado por los electores en el referéndum, cuyas bases clara y específicamente le negaron a la Asamblea Constituyente
a ser elegida el carácter de originario.
La
Corte Suprema
de Justicia, ha negado el pretendido carácter originario de la Asamblea. Sin embargo el señor
Presidente ha afirmado y reafirmado repetidamente que la Asamblea va a disolver los poderes. va a destituir a Los Senadores y
Diputados y a los Gobernadores de los Estados, tan legítimamente elegidos como él,
va destituir a los Magistrados de la Corte
Suprema de Justicia y a todos los Jueces y va a nombrar sus sustitutos por que alega
que su origen está viciado y que esa Asamblea va a derogar, modificar y hacer
leyes, todo ello antes de aprobar la Constitución y antes de que esta
sea aprobada por el pueblo en un
referéndum.
Nunca Antes, salvo los días de Boves y Morales, se había
hecho una prédica tan clara y abierta a
favor del caos y la anarquía. Nunca.
Los más radicales revolucionarios han predicado un orden nuevo, pero
orden. Nadie ha predicado el desorden, la incertidumbre y la arbitrariedad como
ideales para construir una república.
El Presidente pretende equiparar la elección de la Constituyente con un
hecho revolucionario, creador de un gobierno de facto. Estamos pues, ante la
necesidad de desvelar un enorme engaño, que nos está invitando a elegir, no a
unos representantes encargados de hacer
una nueva Constitución, sino a unos Dictadores.
Unos dictadores tumultuarios que amenazan abrir juicios
populares a todos los que ellos califiquen de corruptos. Juicios en los cuales los principios cardinales del
derecho que le han costado dos milenios a la humanidad consagrar como derechos
intangibles, sean reemplazados por el
trágico eufemismo de la justicia popular, que nunca ha sido justicia y siempre
ha terminado masacrando al pueblo. Una Asamblea dictatorial, obediente a su
voluntad que tendrá, según dicen el poder de disponer de nuestras vidas y
bienes a su arbitrio, pues no estarían limitados por más ley que su voluntad.
Además el Presidente
ha instado al Consejo Nacional Electoral a la violación de las bases
comiciales para la elección de la Asamblea Constituyente.
Unas bases que él mismo propuso y que aprobadas por el electorado en el referéndum,
fueron vertidas por la autoridad electoral en un reglamento que ahora el señor
Presidente se niega a respetar, alegando
que puesto que no hay ley que regule la elección de una constituyente, él puede
hacer y decir lo que le venga en gana
para promover a sus candidatos, así se lo prohíba la ley y las bases
comiciales que el mismo propuso y se
aprobaron en referéndum.
En esta línea de palabras y acciones, el señor Presidente
apoya abiertamente a los candidatos de
su parcialidad y para ello hace uso público y notorio de los recursos del
estado. Cuando el Consejo Nacional Electoral, le amonesta, el Presidente hace
burla del árbitro electoral y de la amonestación recibida y anuncia que seguirá
haciendo lo mismo y lo sigue haciendo. Cuando el Contralor anuncia su decisión de investigar el hecho, el
Presidente lo insulta y lo descalifica.
El hecho es
dramáticamente claro. Señoras y Señores,
el señor Presidente de la
República ha violado su deber de respetar y hacer respetar la Constitución y las Leyes de la República. Nadie puede negarlo.
No digo que el Presidente
ha violado su juramento, porque lo dio en forma harto irregular, al
extremo que puede decirse, que no juró como se lo manda la Ley, en ese momento califico
de moribunda a La Ley Constitucional y no se si
dijo que juraba respetarla o terminaba
de matarla.
Pero si la respuesta del señor Presidente a la pregunta ritual que le fuera formulada
fue equivoca, la Autoridad que le tomó el
juramento, la entendió por dado cuando
dijo:
Si así lo hicierais que Dios y la Patria os premien, sino, os lo demanden.
No lo ha hecho, no ha respetado, ni ha hecho respetar la Constitución y las Leyes, por el contrario, ha instigado
abiertamente a su desobediencia a los
obedientes y no deliberantes Fuerzas Armadas y como Dios anda muy ocupado
en cosas más importantes y La
Patria somos todos y
no es nadie. Alguien se lo debe
demandar.
Hace tres días el
Presidente en su condición de Comandante de las Fuerzas Armadas Nacionales,
violó su juramento constitucional de
respetar y sostener la Constitución y las
Leyes, cuando promovió a treinta y tres oficiales de las Fuerzas Armadas cuyos ascensos habían sido expresamente negado por el Senado de la República, en legítimo
ejercicio de su atribución establecido
en el Ordinal quinto del artículo 150 de la
Constitución.
Además de esto. Que es obvio y debe producir acciones
inmediatas por parte de quienes están obligados a tomarlas. Lo que el
presidente Hugo Chávez está haciendo con
las Fuerzas Armadas, legal, paralela, meta legal o ilegal, va a llevar a la
destrucción de una de las Instituciones de mayor prestigio en la sociedad
venezolana. Una Institución cuyo nivel de profesionalismo, había costado muchos
esfuerzos de muchos años de lograr.
Aparentemente su deseo es convertir a las FAN
en una milicia a su servicio exclusivo.
La atribución del Senado ejercida con sintonía con lo que
las instancias de evaluación interna de las Fuerzas Armadas habían decidido con
relación a los oficiales cuyo ascenso
negó, no lo inventaron, los que el presidente Chávez llama “la cúpulas
corruptas de los partidos”. El primero que lo propuso y lo introdujo en el
proyecto de Constitución que presentó al Congreso de Angostura de l819 fue SIMON BOLIVAR, ya que desde el mismo
inicio de su carrera militar, la preocupación de Bolívar por la
disciplina del ejercito y de su acatamiento a la Autoridad Civil y constitucional fue constante..
En 1.813 después de la exitosa campaña del Magdalena
y de haber tomado Cúcuta, Bolívar se vio impedido de pasar a Venezuela por la actitud del Coronel
Castillo a quién se le había asignado
como su segundo y quién alegaba que Bolívar no podía llevar legalmente las
tropas granadinas más allá de la frontera.
Bolívar acató esto y se dirigió a l Congreso de la
Unión en solicitud del permiso correspondiente, pero como se
hizo evidente que la actitud de Castillo
no era legalista sino obstruccionista,
Bolívar le escribe al Presidente de la
Unión y más que un raciocinio táctico, estratégico o político de la campaña que
pensaba iniciar en Venezuela, le formula una declaración de principios y el 26
de abril de l.813, le escribe:
No hay estado beligerante sin tropas, y no hay tropas sin
disciplina
Este primer incidente en su carrera, revela la constante
de una firme convicción en la disciplina del ejercito como condición de su
misma existencia. Y de su sumisión al poder civil como requisito de su carácter
republicano y constitucional. La disciplina del poder militar, y su razón de
ser como brazo armado de una república
constitucional por lo cual se
luchaba, fueron los dos pilares del
pensamiento de Bolívar y la constante de su vida.
Tras la conquista de Angostura y la instalación del
Congreso en 1819, Bolívar presentó un proyecto de Constitución, en el cual, por
primera vez en la historia constitucional de Venezuela, se le atribuye al
Senado la facultad de aprobar los ascensos militares en estos términos.
El Presidente, nombra los empleos civiles y
militares que la Constitución no reservare,
Entre los reservados se comprenden los de Coronel inclusive arriba, cuyo
nombramiento la hará el Poder Ejecutivo con aprobación del Senado. Si este no
conviniere en el nombramiento, puede repetir su instancia apoyándola mejor. La
resolución del Senado en este caso, es decisiva. La Constitución de
Bolívar estableció por primera vez en nuestra historia constitucional, el
carácter no deliberante de las Fuerzas Armadas y su jefatura por quién quiera ejerciera las funciones de Presidente.
Y apartándose del modelo Federal de La Constitución
de l.811, estableció que la Fuerza
Armada eran exclusividad de la República y no la facultad soberana de las Provincias
de tener sus propias fuerzas armadas.
Ya lo había dicho en 1.813 y lo consignó en la Constitución que
propuso a la
Constituyente de l.819, NO HAY ESTADO SIN FUERZA ARMADA. NO
HAY FUERZA ARMADA SIN DISCIPLINA. No hay disciplina sin Ley,.No hay Ley si el
jefe de esas fuerzas disciplinadas, no
la respeta y la hace respetar.
Si la Ley
se rompe por quién tiene que respetarla y hacerla respetar, se acaba la
disciplina, Se acaba la Fuerza Armada. Se acaba el Estado. Palabra de Bolívar, Así de
claro. Así de sencillo.
La
Constitución
de l.830 repitió la atribución del
Senado para autorizar ascensos y el
carácter no deliberante de las Fuerzas Armadas.
La constitución Federal de l.884 omitió esta atribución del Senado y
consagró la facultad de los Estados de tener sus propias Fuerzas Armadas, al
extremo que la Fuerza
Armada Nacional tenía que pedir permiso para pasar por el
territorio de los Estados de la Unión. Esa fue una de las causas que llevaron al
enguerrillamiento que le siguió hasta que en l.908 Gómez tomó el poder y acabó con el federalismo y sus caudillos.
Y esa fue La razón de la proliferación de rangos
militares otorgados por el Mariscal Falcón y por los Presidentes que le
siguieron, por lo cual para fines del siglo pasado Venezuela tenía más
Generales y Coroneles que soldados. Y no
tenía un ejército. Los ejércitos de entonces eran los partidos de entonces.
Eran partidos armados. Eran Fuerzas de ocupación al servicio de Guzmán Blanco o
de Crespo, pero no de la nación y mucho menos de sus Instituciones.
Llegar a eso parecía una quimera, regresar a eso, parecía
ayer una imposibilidad, pero ese es el camino por el cual vamos. Por lo pronto ya tenemos más
coroneles y generales de aviación, que aviones, y más Almirantes y Capitanes de Navío que
navíos.
La creación de un ejercito profesional, permanente y
nacional se inició a comienzo de este siglo, cuando Gómez aparto a Castro del
poder e inició con energía y decisión la integración de las
viejas montoneras del siglo pasado en
un ejercito homogéneo, tecnificado y
moderno. El paso fundamental se dio, cuando el 5 de julio de 1.810, se inicio
el primer curso en la Escuela Militar de “La Planicie
Algunos de los responsables visibles del progreso de su
primera etapa, se conocen: El General Francisco Linares Alcántara, que había
estudiado y se había graduado en West Point, el General Félix Galavís, el
Coronel Chileno Samuel Mc Gill, los más
visibles de las etapas posteriores fueron, El General Eleazar López Conteras y
el entonces Teniente Coronel Isaías Medina Angarita, quién se había graduado en
la Escuela Militar y había sido muchos años profesor de la misma.
El hecho fue que a la muerte de Gómez en 1.935, Venezuela
tenía la estructura fundamental de un Ejercito Profesional, con espíritu y
reglamentación de permanencia profesional.
El Ejercito disciplinado fue, el hizo posible que el General
Eleazar López Contreras realizara las
transformaciones que eran
necesarias para cambiar el carácter dictatorial del régimen en el cual, él se
había formado y refundara la democracia del siglo XX.
El General López Contreras, heredó una estructura de
poder militar que le hubiera permitido
prolongar el régimen autocrático,
no lo hizo así. Y uno de los primeros indicios que dio de su carácter liberal y
democrático fue cuando después de la muerte de Gómez, se quitó el uniforme y entró a Caracas como Presidente de la República, VESTIDO DE CIVIL.
Un detalle que
merece ser recordado, en estos momentos cuando se nos está dando indicios de lo
contrario.
La importancia que dentro de toda estructura militar
tiene procedimientos institucionalizados
de ascenso que alejan lo más posible la discrecionalidad en la
calificación de los méritos, se pone de manifiesto cuando vemos que una de las
principales razones que alegaron los
oficiales que formaban La Logia de La Unión Militar Patriótica en
1.945 para conspirar para derrocar a al General Isaías Medina Angarita. Era que
este se había negado a retirar del
Ejército a los viejos Generales, Prato,
Ardila y Matute entre otros, que los
Oficiales de la Escuela llamaban “chopo e piedra” y cuya prolongada permanencia
ellos veían como bloqueando su carrera.
La
Constitución
de 1.947, fue la primera que consignó lo que puede llamarse La doctrina Militar
del Estado Democrático. Esa doctrina, paradójicamente fue inspirada y colocada
en esta Constitución por los Oficiales que derrocaron a Medina Angarita,
por la especial influencia del entonces
Ministro de la Defensa,
teniente Coronel Carlos Delgado
Chalbaud, quien en 1946 expresó
públicamente su convicción que las
Fuerzas Armadas venezolanas debían ser, obedientes, no deliberantes,
apolíticas, institucionales y profesionales.
Esos principios se consignaron en el Capitulo III del
Título IV de esa Constitución que estableció que Las Fuerzas Armadas Nacionales
eran Una Institución Apolítica,
esencialmente profesional, obediente y no deliberante, organizadas para
garantizar la defensa nacional, mantener la
estabilidad interna y respaldar el cumplimiento de la Constitución y las
Leyes.
Al principio de la impersonalidad de la Institución Armada
al servicio de la nación y el de la exclusividad de las funciones militares
incompatibles con funciones políticas, y
de ratificar el principio de la autoridad jerárquica Suprema del Presidente de la República, se sumaron
loa avances que habían sido
logrados en el gobierno de Gómez, como
eran la exclusividad y el monopolio del
poder Nacional de mantener Fuerzas
Armadas y poseer armas de guerra.
El apoliticismo de las Fuerzas Armadas quedó asentado
claramente en el artículo 99 de esa Constitución y los mecanismos institucionales y legales y no discrecionales de ascenso recibían
jerarquía constitucional al establecerlo el Artículo 101, que los grados Militares solo podrán obtenerse conforme a la Ley, ratificando el principio Bolivariano de la
atribución del Senado de autorizar los ascensos.
La doctrina
militar del Estado Democrático quedó muy bien consignada en la Constitución de 1.961
en su artículo 132, que estableció con
admirable elocuencia que Las Fuerzas
Armadas Nacionales, forman una Institución apolítica , obediente y no
deliberante, organizada por el Estado para
asegurar la defensa nacional, la estabilidad de las instituciones
democráticas y el respeto a la
Constitución y las Leyes, estableciendo que el
acatamiento de Las Fuerzas Armadas a la Ley, está por encima de
cualquier otra obligación, reafirmando que están al servicio de la República, y en ningún
caso, al de persona o parcialidad
política
Yo pienso que el carácter no deliberante de Las Fuerzas
Armadas es indispensable al
mantenimiento de su disciplina y esta disciplina es indispensable para la estabilidad de
cualquier orden de gobierno democrático
o no.
Pero aunque no se piense así, el hecho es que hoy, la Constitución y la
Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas
vigente así lo mandan. El mero anuncio por el Presidente Chávez de
convocar una Asamblea Militar, para que
los militares le hablen al país, es otra violación a la Ley y a La Constitución. Quizás
la más peligrosa de todas, hasta para él mismo
y el mantenimiento de su autoridad.
Ha llegado la hora, de recordarle al Presidente que los
poderes que el ofende y amenaza, merecen
tanto respeto como el señor Presidente tiene el derecho de esperar de ellos.
Pero estos Poderes además de ser
acreedores del respeto, tienen poder y
facultades positivas que el Presidente
no debe desconocer ni menospreciar.
El Artículo 192 de
la Constitución,
establece que:
El Presidente de la República es responsable de sus actos de conformidad con esta Constitución y las
leyes.
Artículo 121 de la Constitución,
advierte que el ejercicio del poder del Presidente acarrea responsabilidad individual por abuso de poder
o por violación a la Ley.
El Artículo 46 de la Constitución
establece que si el Presidente de la República ordena o ejecuta un acto que viole o menoscabe los derechos garantizados por la Constitución,
“Incurre en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos.
La responsabilidad
penal del Presidente de la
República no es inmune a las consecuencias de la comisión del
delito de abuso de autoridad por actos
arbitrarios, y del delito de incitación a la desobediencia de las Leyes.
La Corte Suprema de Justicia en pleno tiene
competencia para declarar si hay o no
méritos para el enjuiciamiento del Presidente de la República.
La Ley establece que la
acusación del Presidente de la República ante la Corte
Suprema de Justicia es de derecho de cualquier
ciudadano.
El Ministro Público, también tiene esa facultad, según lo
establece el Artículo 220, ordinal 5to. De la Constitución.
A la acusación deben acompañarse, los documentos,
testimonios, informaciones de nudo hecho y otros medios de prueba que acrediten
los hechos sobre los cuales ha de versar
el juicio
Recibida la acusación la Corte Suprema de Justicia, debe
decidir si hay o no méritos para proseguir el enjuiciamiento dentro de las 10
audiencias siguientes de su presentación.
Si la
Corte decide que hay méritos, lo debe participar de inmediato
a la Cámara
del Senado, a la Comisión Delegada.
El Senado está facultado para autorizar con el voto de la mayoría de sus
miembros el enjuiciamiento del Presidente de
la República. Hecho
esto el Presidente quedará suspendido en el ejercicio de sus funciones, como lo
establece La Constitución viva y
vigente
El enjuiciamiento del Presidente de la República, corresponde a
la Corte Suprema de Justicia en
pleno hasta su sentencia definitiva.
El Presidente ha dicho reiteradamente que no le importa
que lo enjuicien. A quienes me escuchan
y les competa hacerlo, debe importarles. Si no lo hacen, no es por falta de
causales.
Mucho medité a acerca de lo que en esta hora y desde esta tribuna debía decir: Un viejo y sabio amigo me había
aconsejado. “Deja hablar al venezolano angustiado que tienes dentro”. Eso es lo que he hecho. No se si he acertado con lo que
se debe decir en este momento Solo
se que he hablado como mi
conciencia me lo manda. Eso me basta.
Que más se puede decir para sacudir a los venezolanos que
me escuchan y sacarlos de su apatía, de su conformismo, de su cobardía cívica?.
Para alentarlos de lo que puede suceder y VA A SUCEDER SI SE
DEJA PASAR LOQUE SE ESTA DICIENDO Y HACIENDO.
Yo no soy de los
que ven en los dos escasos siglos de
nuestra Historia Republicana, una secuencia continua de fracasos en el empeño iniciado en la fecha
que hoy conmemoramos, de construir un
Estado Constitucional.
No es cierto que nuestras 26 Constituciones sean la
prueba de una sucesión constante de fracasos. Yo las veo como una
secuencia constante de frustraciones. Y
de la frustración siempre queda la
esperanza que la constancia la lleve al éxito.
Las frustraciones
de nuestra historia están
eslabonadas por una sucesión
magnifica, gloriosa de coraje y constancia en la defensa de los principios democráticos que fueron
sembrados en un día como hoy. Hace 188
años. De no haber sido por ese coraje y
esa constancia. Boves habría triunfado.
En su día fueron más lo que siguieron a Boves que a
Bolívar. Pero para nuestra fortuna, no todos los venezolanos de entonces se hicieron soldados de Boves y no todos los
venezolanos de hoy, son como los que
siguieron ayer a Boves.
He dejado hablar al venezolano angustiado que tengo
dentro. Por que no somos pocos los venezolanos
que estamos angustiados por las
tempestades que van a provocar los vientos
de odio, de ilegalidad y de violencia
sin razón ni sentido, que hoy se están
sembrando. Es a esos venezolanos
angustiados a los cuales les he
hablado.
Y, es por mis hijos y mis nietos y los nietos de todos
los que tienen hijos y nietos por quienes
he hablado. Ellos son los que van a vivir
en la Venezuela
del próximo siglo. Ellos son los que van a tener que pagar lo que hoy hagamos o
dejemos de hacer para detener, o dejar pasar, lo que
tanto daño amenaza.
Mañana mis hijos y mis nietos
no me podrán reclamar el no haber dicho lo que
debía de decir cuando pude
y debí decirlo. LO DIJE. Yo cumplí ahora les toca a ustedes.
Comentario:
A SOLO SEIS MESES DE HABERSE POSICIONADO HUGO CHAVEZ
EN EL, PODER, ESTE HOMBRE COMO HISTORIADOR, PERIODISTA Y ANALISTA POLITICO NO VACILO EN
ESA SECION SOLEMNE DEL ENTONCES SOBERANO
CONGRESO NACIONAL, PARA LANZAR ESTAS
ADVERTENCIAS QUE EN FORMA PROFETICA
ESTABA ADELANTANDOSE A TODO LO QUE NOS ESPERABA DE ESTE REGIMEN TOTALITARIO Y
ENTREGUISTA.
Fuente: www.Analitica.com Papeles y diferentes discursos de Jorge Olavarría