¡EL COMUNISMO EN VENEZUELA!
Enrique Prieto
Silva
Martes 26 de abril
de 2022
Mucho se discute sobre el comunismo y su
implicación en la política de Venezuela, no obstante, también se ha
profundizado en su estudio historiográfico. Así podemos decir, que este se
enquistó en país, al igual que ocurrió en el resto del mundo, no obstante,
existen muchos mitos sobre su fundamento, evolución, y sobre todo sobre su
alcance y verdadero sentido y efecto. En Venezuela no existe el comunismo que
quiere endilgarse.
Durante
el gobierno de Isaías Medina Angarita (1941-1945), en el contexto de la Segunda
Guerra Mundial, la mayoría de los partidos comunistas del mundo se acogieron a
la línea Soviética del frente antifascista, lo cual explica, en parte, el apoyo
dado por los comunistas al gobierno, al adoptar una política internacional de
claro respaldo a los aliados en la guerra. En respuesta al apoyo recibido, el
gobierno de Medina decide la abolición del inciso VI y en mayo de 1945 la OPV
vuelve a su antiguo nombre PCV, siendo este el año de su consolidación
definitiva.
El
hecho de que los comunistas venezolanos se acogieran al frente antifascista
lanzado desde Moscú, trajo importantes consecuencias para este partido. La
primera, ya apuntada, es el apoyo al gobierno de Medina; la segunda, quizás más
importante, es la perdida de terreno en el campo sindical a favor de su
principal competidor AD. La acción política sindical de los comunistas había
sido muy importante, en especial en el sector petrolero. Ellos habían
participado y organizado los primeros sindicatos petroleros que se enfrentaron
al gobierno de López Contreras en las huelgas de 1936. Su control sobre el
incipiente movimiento obrero va a ser, en parte echada por la borda a causa de
la adopción de la línea antifascista.
En
el contexto de la Segunda Guerra Mundial, Venezuela representa un importante
suplidor de petróleo para poner en marcha el aparato bélico aliado. En este
sentido los comunistas aplacaran posibles conflictos de parte de los
trabajadores del petróleo, para impedir una baja en la producción de petróleo venezolano,
que pudiera mermar el abastecimiento energético de los aliados en su lucha
contra el fascismo. En otras palabras se desatiende la lucha sindical en la
principal industria que existe en el país, dejando un vació que llenara el
grupo de Betancourt, en plena expansión.
La
posición de los comunistas ante la llamada revolución de octubre, es de un
distanciamiento crítico, considerado por su apoyo al medinismo o por su
enfrentamiento con AD, al que identifican como su competidor más importante de
la captación de las masas. El PCV, ciertamente se pliega a la nueva situación
política y participa en los procesos
constituyente de 1946 y presidencial en 1947, alcanzando modestos
resultados. En las elecciones para la constituyente obtienen el 3.62% de los
votos y en las presidenciales, su candidato Gustavo Machado alcanza el tercer
lugar con 36.564 votos, contra 227.640 votos de Rafael Caldera, quien ocupa el
segundo lugar. El balance del trienio para los comunistas es negativo ya que
terminan siendo ampliamente remplazados por AD.
Luego
del golpe militar a Gallegos y la ilegalización de AD, el PCV logra sobrevivir
en la legalidad por un breve lapso; sin embargo, la línea desarrollada desde un
nuevo vocero “tribuna popular" en contra de la junta militar, determinaran
su existencia en este periodo, en tanto estos partidos fueron proscritos. Tribuna popular
circulará clandestinamente desde 1950 hasta 1957 bajo la dirección de Pompeyo
Márquez, quien actuará amparado por el seudónimo de Santos Yorme. Durante la
década del gobierno militar, el PCV; escribirá una de sus páginas más gloriosas
llevando sobre sus hombros juntos a los miembros de AD que actúan en la clandestinidad,
el peso de la resistencia. Nunca como en estos años, va a captar el pensamiento
marxista-leninista mayor número de jóvenes en el país, generación que luego
será la savia principal del proceso político de los 60’.
En
1958, a pesar de los sacrificios de sus militantes, en la lucha contra la
dictadura, el PCV es excluido de nuevo sistema político tras la firma del
“pacto de Punto Fijo”. Betancourt lo hace objeto de duros ataques. Así, el PCV
es empujado a radicalizar sus posiciones hasta decidir enfrentarse por la vía
armada a sus oponentes, diseñadores del nuevo sistema político. La dirección
del partido ve en el ejemplo de la revolución cubana la posibilidad de
convertirse en el conductor del país, tomando el poder por medio de la
insurrección popular y la lucha armada. Sin embargo, solo a principios de 1960
comienzan a verse algunos militantes del PCV en hechos calificados por el
gobierno como de “agitación subversiva”; mientras tanto, a pesar de haber sido
excluido del “puntofijismo”, el PCV mantiene una pequeña representación
parlamentaria, desde allí hará una frontal oposición al gobierno de Betancourt.
En
marzo de 1961 se reúne el tercer congreso del PCV, en donde se decide
radicalizar la oposición al gobierno de Betancourt. Al final, el congreso hace
un llamado a la nación venezolana “a la lucha por la formación de un gobierno
democrático patriótico, expresión de la inmensa mayoría del pueblo” y se acuña
la consigna “nuevo gobierno ya”. En junio de 1961, tiene lugar el alzamiento
militar conocido como el “barcelonazo”, por haber tenido lugar en esa ciudad
del oriente del país. Aun cuando la acción es mayormente militar, se conoce de
la participación en ella de los militantes del PCV y del MIR, por lo cual el
gobierno comienza a hostigar a esas organizaciones. Se rumorea acerca del
allanamiento de la inmunidad parlamentaria de los diputados Domingo Alberto
Rangel y Teodoro Petkoff.
El
país se encuentra cada vez más agitado el 11 de noviembre, luego de los sucesos
de playa Girón, Betancourt decide romper relaciones diplomáticas con Cuba, lo
cual hace recrudecer la violencia. Ocurren manifestaciones en casi todo el
país, con saldo de detenidos, heridos y muertos. El 30 de ese mes los cuerpos
de seguridad del Estado allanan casi todos los locales del PCV y del MIR. En
1962, a pesar de que aún mantiene su participación en el congreso nacional, el
PCV y el MIR, junto con algunos militantes forman las Fuerzas Armadas de
Liberación Nacional FALN. Así comienza el camino hacia la lucha armada.
En
1963, luego de la segunda división de AD, se piensa que el gobierno ha quedado
en una situación de extrema realidad y la izquierda endurece sus acciones.
Comienzan a actuar comandos urbanos de francotiradores que ponen en jaque a la
policía y al ejército en las principales ciudades del país, pero con principal
énfasis en Caracas. A mediados de ese año el Ministro de la Defensa reconoce la
existencia de guerrilla en el campo. A medida que pasan los meses, va
imponiéndose en el seno del PCV la tesis de la lucha armada como la solución de
los problemas del país, a pesar de que no logra de ningún modo la unanimidad.
La “Vieja Guardia”, del partido, con excepción de Eduardo Machado, piensa que
no están dadas las condiciones políticas y sociales para la movilización
guerrillera. En contraposición, el comando político encabezado por Guillermo
García Ponce y Pompeyo Márquez, además del sector universitario dirigido por
Teodoro Petkoff y German Lairet, están convencidos del éxito de la lucha
armada. Los levantamientos militares de Carúpano, “El Carupanazo” y de Puerto
Cabello, “el porteñazo”, en donde nuevamente participaran militantes del PCV y
del MIR, hacen que finalmente esta tesis se imponga.
El
alzamiento de Carúpano tiene lugar el 4 de mayo y 6 días después el gobierno
suspende en sus funciones públicas a los militantes y prohíbe todas las
actividades del PCV y del MIR. Al mismo tiempo que eran suspendidas las
garantías constitucionales, fueron ocupados todos los locales sus archivos y
todas las pertenencias de estas dos organizaciones. El 2 de junio estalla el
levantamiento de Puerto Cabello y, según la mayoría de los historiadores esta
acción marca el inicio de las actividades a gran escala de la FALN, como ente
coordinador y brazo armado del PCV y del MIR. Como brazo político se establece
el frente de liberación nacional, FLN, con el propósito de ganar simpatizantes
a la causa guerrillera.
Además
de las guerrillas rurales, que tiene lugar fundamentalmente en las montañas de
Falcón, la Sierra de Aroa, el Sur del Edo. Trujillo, el Edo. Lara y la Región
del Norte de Guanare y la montaña de El Bachiller, la FALN establece la famosa
Unidad Táctica de Combate (UTC); las que estaban constituidas por pequeños
comandos urbanos, que actuaron básicamente en Caracas, dedicados a hostigar a
la policía, al asalto de bancos, embajadas y consulados, a la organización de
atentados contra funcionarios de gobierno y al secuestro de personalidades, así
como a la toma de poblados suburbanos, como El Hatillo, por ejemplo.
El
resultado del proceso guerrillero emprendido por el PCV y el MIR, termina en
una absoluta derrota militar a mediados de los años 60, derrumbándose la
posibilidad de instaurar una dictadura del proletariado en Venezuela. En un
pleno celebrado en 1965, la dirección del PCV admite el fracaso de las
guerrillas y elabora la “fórmula de la paz democrática”. Como consecuencia, los
mandos de la FALN y el FLN se dividen bajo la conducción, de Douglas Bravo,
quien crea, junto a líderes del MIR, un nuevo comando unificado para continuar
la guerra. En 1966, la dirección del PCV decide expulsar del partido a Bravo,
quien radicaliza su posición y profundiza sus líneas de acercamiento a Fidel
Castro. Finalmente en Abril de 1967 el VIII pleno del PCV, reunido
clandestinamente en la cercanía de Barquisimeto, decide abandonar la lucha
armada, reanudar el trabajo popular y participar en las elecciones de 1968.
Con
la política de pacificación instaurada por el primer gobierno de Rafael Caldera,
los partidos de la alternativa revolucionaria marxistas retornan al camino de
la legalidad en la condición de oponentes democráticos y participan en los
procesos electorales, a excepción de algunos pequeños grupos que persistieron
por algún tiempo en la lucha revolucionaria armada, sin relevancia alguna en el
acontecer nacional. Estos grupos que no se acogieron a la pacificación, como
Bandera Roja y el Partido Revolucionario de Venezuela (PRV) de Douglas Bravo,
van a estar constituidos por sectores disidentes no pacificados del MIR y del
PCV, respectivamente. En 1994, Bandera Roja decide cerrar el único frente que
según voceros de esa pequeña organización permanecía abierto, incorporándose de
forma definitiva a la legalidad.
En
1970 el PCV se convierte en el escenario de un muy importante acontecimiento
político: la división que dará lugar al nacimiento de un nuevo partido, el
Movimiento al Socialismo, MÁS. Esta división será liderada por Pompeyo Márquez
y Teodoro Petkoff y responderá a serias divergencias ideológicas y a
concepciones antagónicas con respecto a la táctica y a la estrategia del PCV,
las cuales venían agudizándose desde el año 1969, fecha en la que Petkoff, para
ese momento miembro del comité central, publico dos libros en los que criticaba
duramente la línea soviética.
Luego
de eso, la reaparición de la izquierda venezolana en los procesos electorales
ocurrirá, formalmente, en 1973. Sin embargo, es necesario señalar que para las
elecciones de 1968, luego de abandonar la lucha armada el PCV fundo el partido
Unión para Avanzar, con el que presento candidaturas en las mismas. En 1973, el
PCV sufrirá una nueva división, encabezado por uno de los líderes históricos
del partido: Eduardo Machado y los hermanos García Ponce, entre otros. Esta
división, a diferencia de la primera estará motivada por razones electorales.
Luego de eso el PCV participara como un partido más dentro del sistema
concurriendo a los diversos procesos electorales con candidatos propios o
incorporándose a las diversas alianzas intentadas por la izquierda, pero sin
mayor relevancia dentro del aspecto político nacional.
Como
consecuencia de la crisis de los paradigmas, y luego de la caída del muro de
Berlín y posterior desaparición de la URSS y su bloque, el PCV se ha visto
reducido a su mínima expresión, manteniendo una exigua representación
parlamentaria, conservando una presencia de pequeños y pocos participativos
sindicatos y en algunas universidades nacionales y liceos, en donde los
sectores juveniles luchan por mantener vivo al partido.
@Enriqueprietos