Nos preguntamos, donde está la gente que marchó, apoyó y concurrió a los eventos que liderizaba Manuel Rosales. En que espacio electoral se ubicaron los que se identificaban con la consolidación de un proyecto social demócrata y rechazaban el Comunismo. ¿Eran afectos al oficialismo comisionados para abultar las concentraciones? ¿Funcionó la estrategia de la amenaza, el temor, la destitución, el despido, la muerte o la bonificación? De lo que sí estamos seguros es que el factor decisivo lo constituyó la ventajista campaña de un desgobierno que mediante el aparataje del Estado, apuntalado por el amañado CNE y el culto a la personalidad, dieron como resultado a un Hugo Chávez ganador, ante un pueblo desconcertado, traicionado por la mirada y la acción complaciente de una FAN presa del bozal de arepas, dinero, ascensos y cargos.
Viene a la palestra la inefable frase de advertencia de señor, dios, omnipotente dueño y amo, del país. “Quedará para la Historia que firmaron contra Chávez” Solo nos queda pregúntanos ¿Quien es Chávez? Sigue siendo el mismo que abandonó el cargo durante los sucesos del 11 de Abril del 2002, el citado por su ministro de la defensa en la difusión de su renuncia, el señalado por incurrir en un presunto fraude del referéndum inconstitucional y plebiscitario que lo revocó y le permitió la usurpación del poder del Estado. Es aquel individuo que ha subyugado la libertad e irrespetado los Derechos Humanos. Es la persona que hoy surge legitimado como producto del juego democrático convertido por obra y gracia revolucionaria, en el presidente de la república bolivariana de Venezuela, el comandante en jefe de la FAN, el primer mandatario nacional, el jefe del Estado y el jefe de la política exterior de Venezuela. Sin excluir que es el máximo líder del proceso bolivariano y revolucionario.
Aun cuando Hugo Chávez anuncie medidas de ataque contra la corrupción e incremento de los programas sociales, pende sobre él la compañía de una logia cívico militar que dilapida los recursos del Estado y a la par están envueltos en un bandidaje de un sector de la izquierda que pregonan ser camaradas, comunistas, chavístas en oposición a una estima vergonzosa de catalogar como oligarquía y escualidísmo a sus opositores, pretendiendo subyugar por siempre a un importante sector de la población venezolana.
Seguros estamos que acudimos al sufragio consistente de votar contra la traición a la Patria, contra la entrega de sus recursos y en oposición a la vendetta de la nación a un sistema que no garantiza la libertad de expresión, la propiedad privada y la defensa a los Derechos Humanos en Venezuela. Hoy nos encontramos ante una nueva realidad. En lo sucesivo, seremos un país socialista enrumbado por una “revolución” dentro de una supuesta democracia, que a luz de los procesos políticos es por demás, incongruente.
Quizás dentro de la legitimación presidencial, se institucionalizó la exclusión, como también se reglamentó la lista Tascón y Maisanta, se consolidó el apartheid de solicitud de empleos para quienes no comulgan con las ideas socialistas y tal vez se incrementará el numero de presos, exiliados y perseguidos políticos. Pero en una cosa estamos en desacuerdo; el resultado electoral favorable a la implantación del Comunismo “no pulveriza” a sus opositores mientras mantengamos los ideales de paz, democracia y libertad, presentes.
Hoy lejos de erigirse un Sol radiante para el futuro desarrollo de Venezuela, se ensombrece más el panorama. Se requieren medidas urgentes que garanticen la GOBERNABILIDAD. Se necesitan fehacientes muestras de voluntad política para ejercer auténticas practicas gubernamentales, que excluyan el sesgo político y eliminen los decretos amañados, para producir confianza en la población y no subyuguen las garantías constitucionales de los venezolanos.
Indicamos a los cuatro vientos, con fervor nacionalista que nos satisface y nos produce orgullo personal que “quede para la historia” que firmamos contra Hugo Chávez, que lo revocamos y que sufragamos consientes y patrióticamente en desacuerdo de la Satrapía. Que nos negamos a ser instrumento ciego de los incapaces. Y que estamos de acuerdo con él, que queremos que se inscriba para la posteridad, en letras mayúsculas y resaltadas que nos negamos a ser doblegados a portar una gorra y una la franela roja, para distinguirnos como auténticos venezolanos. Que somos contrarios al disfrute y deleite del ejercicio vandálico del Poder del Estrado por acción de un reyezuelo respaldado por un 25% del total de 26 millones de Venezolanos.
Que al final seguiremos luchando por la consolidación de los verdaderos ideales de la Patria, en pro de satisfacer las necesidades básicas de su población. No nos amilana que hoy se nos muestre como derrotados. Lo propio de los que protestan, los opositores, los disidentes, los que manifiestan resistencia, desobediencia y desacuerdo es atesorar en nuestras mentes y corazones que NO ESTAMOS VENCIDOS.
El sufragio no representó la última oportunidad, porque seguiremos buscando la salida del túnel, para garantizar la estabilidad, la paz, la democracia y la libertad de nuestros hijos y nietos. ¡Que quede para la Historia, Señor ¨presidente¨ Hugo Chávez!