Visión de unas Fuerzas Armadas Institucionales
1.- Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político. (Artículo 2 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela). Por lo tanto, rechazamos un proyecto político en esencia totalitario, de corte comunista y fascista, que se pretende imponer a la fuerza al pueblo venezolano con el disfraz de “Proyecto Bolivariano” o “Socialismo del Siglo XXI”, y propugnamos por un sistema cabalmente democrático, con liderazgo civil con apoyo institucional militar, sometido de manera permanente al imperio de los valores superiores señalados por la Constitución.
2.-Las Fuerzas Armada constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con la Constitución y con la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación, según reza el Artículo 328 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
3.-Por lo tanto, consideramos acciones flagrantemente contra constitucionales tanto la politización de la Fuerza Armada como su sometimiento al servicio de persona o parcialidad política, y el gobernante que así lo imponga queda constitucionalmente deslegitimado.
4.-El sistema de ascenso debe basarse en la excelencia de la práctica de los valores y principios que deben guiar el desempeño, los méritos y la competencia. El sistema de ascenso basado en la incondicionalidad política y personal constituye una perversión contra constitucional de la Institución Armada.
5.-Rechazamos por inconstitucional la militarización de la sociedad y la creación de una Reserva, una Milicia y una Guardia Territorial, fuera del mando del Ministerio de la Defensa, configurando cuerpos armados dependientes directa y exclusivamente del Jefe del Estado. Se impone restablecer los tradicionales componentes de las Fuerzas Armadas Venezolanas, bajo el mando de sus Comandantes Generales y del Ministerio de la Defensa.
6.-Es constitucionalmente objetable la obsesiva compra de armas de guerra por la única motivación de una “guerra asimétrica” que sólo existe en la mentalidad militarista y belicista del régimen de Hugo Chávez. La Fuerza Armada sólo debe adquirir el equipo apropiado para defender la soberanía de Venezuela y mantener sus fronteras seguras, especialmente de los delitos fronterizos y de la incursión de los grupos armados irregulares y paramilitares. Por imperativo constitucional debe detenerse la compra de armas por el sólo capricho del presidente Hugo Chávez y realizarse únicamente como consecuencia de los debidos procesos resultantes de las estrategias que tomen en cuenta las necesidades, su utilidad, nuestra capacidad de mantenerlas, y la seguridad de nuestros combatientes. No más muertos por accidentes y mucho menos sin haber entrado en combate.
7.- En el interés de la soberanía de Venezuela y de las Fuerzas Armadas Venezolanas, rechazamos categóricamente la inserción de las Fuerzas Armadas Cubanas y de otros países en posiciones de comando y de asesoramiento sobre nuestros propios soldados venezolanos. Queremos las Fuerzas Armadas Venezolanas sólo en las manos de venezolanos.
8.-Rechazamos la distorsión de las líneas de comando por corrupción y el deterioro de los hospitales militares para nuestros soldados. Queremos Fuerzas Armadas institucionales caracterizadas por profesionalismo, disciplina, educación, respeto, dignidad, democracia, competencia, eficiencia y buena administración.
9.- Por imperativo constitucional y por dignidad militar rechazamos categóricamente la ilegal utilización de soldados y armas de las Fuerzas Armadas Venezolanas para perseguir, atacar, torturar, herir y matar a venezolanos en actos civiles, pacíficos y democráticos. El trabajo de los soldados es respetable cuando los comandos son idóneos y tienen respeto para los soldados. Hoy en día, esta condición es violada de manera permanente en Venezuela, por lo cual nuestros soldados, carentes de líderes morales, se debaten entre las imposiciones de un régimen totalitario y los dictados de su conciencia. Queremos restituir el orgullo que los venezolanos teníamos de nuestras Fuerzas Armadas.
10.- Por imperativo constitucional y por dignidad militar rechazamos el discurso militarista y ofensivo del presidente que amenaza e insulta al pueblo venezolano, que polariza a la ciudadanía mediante la sistemática inculcación de resentimiento y de odio, convirtiendo a los venezolanos en acérrimos enemigos unos de otros. Los venezolanos no queremos tratarnos como enemigos, sino como ciudadanos de la misma Patria, y anhelamos un discurso presidencial que ofrezca limpio liderazgo para la unificación del pueblo, con el debido respeto a todos los sectores de la población, con buena fe y un compromiso para trabajar y resolver los problemas del país.