AFP/28 de Agosto de 2009
Brasil, Argentina, Ecuador y Perú fueron las naciones que pidieron con mayor ímpetu explicaciones sobre los alcances del acuerdo, aunque el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva pidió con fogosidad a su par colombiano, Alvaro Uribe, garantías sobre que las operaciones se limiten a su territorio.
"Respetamos la soberanía de cada país. Pero queremos resguardarnos, sería importante que en el tratado existan garantías jurídicas o un foro internacional para eso", dijo Lula en el Hotel Llao Llao, en otro capítulo de una crisis que sacude a la región.
En una jornada fría y lluviosa en medio de los bellos paisajes de esta villa turística invernal, Rafael Correa, presidente de Ecuador y pro témpore de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur), presentó la moción de pedir explicaciones a Obama y al Pentágono en una nueva Cumbre.
Obama había desestimado una invitación de Lula de asistir al encuentro al señalarle que hablará con él en la inminente cumbre del G-20 en Pittsburg, pero la Casa Blanca envió en la última semana un enviado para transmitir mensajes tranquilizadores en Brasil, Argentina y Uruguay.
El contrapunto con puertas abiertas a la TV se prolongó más de cinco horas, durante las cuales Ecuador, Venezuela y Bolivia mantuvieron su postura más radical, de franco rechazo a la presencia militar norteamericana.
Pero gobiernos más moderados, como Chile, Paraguay y Perú también dejaron en claro que se necesita transparencia en los asuntos de seguridad, en momentos en que Colombia abre siete de sus bases a tropas estadounidenses, cuando el gasto de defensa regional superó los 50.000 millones de dólares anuales.
"Pienso que es una buena oportunidad de poner las cartas sobre la mesa y decir de qué se trata este acuerdo con Estados Unidos, de qué bases o apoyo estamos hablando, qué presencia es ésa. Y en esto le creeré al presidente Uribe", dijo el presidente de Perú, Alan García.
Uribe estuvo naturalmente en el ojo del huracán y en una de sus numerosas intervenciones, dijo que "el acceso de los EEUU para ayudar a Colombia en la lucha contra el narcoterrorismo se hace sin renunciar a la soberanía sobre ni un milímetro de su territorio".
Un primer indicio de consenso lo había dado en la apertura de las sesiones, custodiadas por más de un millar de policías y soldados de montaña, la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, al exhortar a fijar una doctrina común frente a la instalación de bases de un país ajeno a la región.
"Creo que estaremos fijando una doctrina de la Unasur en materia de ubicación de fuezas extraterritoriales en distintos países", sostuvo Kirchner.
La ola de preocupación vino también acompañada por estadísticas sobre gastos militares en la región, en la que Brasil compra en Francia submarinos --uno de ellos nuclear-- y renueva su flota de aviones caza, mientras que Colombia recibe la mayor ayuda militar de Estados Unidos después de Israel y Egipto.
Bolivia, pese a estar golpeada por la pobreza, invierte 100 millones de dólares en su seguridad y Venezuela ha gastado 4.400 millones de dólares en aviones, helicópteros y fusiles.