Brasil pidió el lunes convocar a Estados Unidos a un reunión para dialogar sobre el polémico pacto al que llegó con Colombia para aumentar su presencia militar en ese país, en una cumbre de presidentes sudamericanos en la que se evitó condenar abiertamente el acuerdo.
En el encuentro celebrado en Quito, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, propuso realizar una reunión extraordinaria de los líderes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en Buenos Aires para debatir el acuerdo militar.
"En algún momento la Unasur puede convocar al Gobierno de Estados Unidos para conversar sobre los temas que nos interesan en la región", dijo Lula en un discurso ante sus homólogos de la región.. "Esto se resuelve con una conversación, con vernos la cara".
A pesar de la presión de Venezuela, Bolivia y Ecuador, los presidentes de la Unasur evitaron condenar abiertamente en la declaración final de la cumbre el acuerdo militar que, según Estados Unidos, sólo busca fortalecer su lucha contra el narcotráfico.
La Unasur está compuesta por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
El acuerdo militar irritó a muchos países sudamericanos. Mientras que los gobiernos de izquierda de Venezuela, Ecuador y Bolivia salieron a condenarlo fuertemente; naciones moderadas, como el gigante Brasil, mostraron su disgusto de manera más diplomática.
"Ahora con estos refuerzos yankis se van a sentir más guapos y apoyados los guerreristas en territorio colombiano; y esto puede generar en una guerra incluso en Sudamérica", dijo el presidente venezolano, Hugo Chávez.
Correa propuso Buenos Aires como sede de la cumbre de la Unasur después de que el presidente colombiano, Álvaro Uribe, se negara a participar en la reunión de Quito porque considera a Ecuador como territorio hostil.
Los dos países no tienen relaciones diplomáticas desde el año pasado, después de que el Ejército colombiano bombardeara una base militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano.
La petición de Lula de convocar a Estados Unidos fue respaldada de manera inmediata por el boliviano Evo Morales y la argentina Cristina Fernández, que además se comprometió a organizar el encuentro en Buenos Aires.
ALTA TENSION
El conflicto desatado por el acuerdo entre Bogotá y Washington es el último capítulo de una crisis política regional que ha golpeado América Latina en los últimos años, protagonizada por los aliados y los detractores de Estados Unidos en la región.
Para evitar enfrentamientos, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, decidió no participar de la cumbre, en tanto que el líder peruano Alan García, un estrecho aliado de Washington, también optó por ausentarse.
La semana pasada, Uribe llevó a cabo una gira por la región para explicar el alcance del pacto militar con Estados Unidos y logró que Chile, Perú y Paraguay defiendan su derecho soberano a firmar acuerdos.
Brasil también defendió la soberanía, pero pidió a Bogotá más transparencia en el tema y que el acuerdo sea discutido por la región.
Ecuador, Bolivia y Venezuela criticaron el pacto y unieron fuerzas para conseguir una sanción diplomática para Colombia.
En el encuentro de los presidentes, Correa, que asume este lunes un nuevo mandato, recibirá de su homóloga chilena, Michelle Bachelet, la presidencia provisional de Unasur, que se creó en mayo de 2008 como un órgano político que intenta aglutinar a la región.
Colombia dijo la semana pasada que el organismo podría morir en manos de la presidencia de Ecuador.