"Le hago un llamado al mundo entero: estamos dispuestos a dialogar. Estableceremos las comisiones sin la gente que ha estado interviniendo anteriormente". Son palabras del presidente del Gobierno de facto hondureño, Roberto Micheletti, que a última hora de este martes (madrugada del miércoles en España) anunció a los medios de comunicación en Tegucigalpa su disposición a entablar negociaciones para solucionar la crisis política desatada tras el golpe de Estado que el pasado 28 de junio derrocó al presidente Zelaya y recrudecida el pasado lunes con el regreso por sorpresa del ex mandatario, refugiado desde entonces en la Embajada brasileña. Micheletti, no obstante, puso sus condiciones para el diálogo, entre ellas que en las conversaciones no participen las personas que intervinieron anteriormente, entre ellas el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, aunque sí habló de aceptar un mediador imparcial "de Naciones Unidas que pueda venir a escuchar la posición de los hondureños".
Mientras, Brasil ha pedido una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para intentar resolver la crisis. Fuentes diplomáticas de Estados Unidos, que preside este mes el Consejo de Seguridad de la ONU, confirmaron que están estudiando la petición. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, está realizando intensas gestiones en Nueva York, donde se encuentra para asistir a las reuniones de la Asamblea General de la ONU, para buscar una solución rápida y pacífica a la nueva situación en el país centroamericano, al tiempo que su ministro de Exteriores, Celso Amorim, advertía al Gobierno de facto hondureño que no está dispuesto a tolerar ninguna acción contra su Embajada".
Micheletti ha garantizado que no intentará sacar por la fuerza a Zelaya de la Embajada de Brasil y descartó una intervención en la sede diplomática, donde sin embargo este martes la policía antidisturbios y un gran contingente militar dispersaron por la fuerza a los miles de partidarios del ex presidente concentrados a las puertas desde el lunes. Dentro del edificio, al que se ha cortado el suministro de electricidad y agua, permanecen junto a Zelaya familiares y decenas de seguidores con escasa comida. Personal de las Naciones Unidas ha logrado introducir alimentos y agua y coordinar la salida de 162 personas que se habían refugiado en la Embajada de Brasil durante los disturbios producidos durante el desalojo en las afueras de la sede.
Al menos 83 personas resultaron heridas en los enfrentamientos y alrededor de 200 fueron detenidas por participar en los disturbios o no acatar el toque de queda decretado por las autoridades. Entre los arrestados se encuentra un ciudadano español, Antonio Porta Alvarez, de 41 años, y vecino de Madrid, por atacar un coche patrulla, que ha sido puesto a disposicion de la fiscalía.