la modificación artificial del tiempo atmosférico: Un reto permanente
Desde la época de Aristóteles, quien es considerado el padre de la Meteorología, el hombre ha querido modificar artificialmente el tiempo. Sin embargo es desde el año de 1946 cuando los científicos Vincent Shaefer e Irvin Langmuir realizaron algunos experimentos para provocar precipitaciones con métodos científicos y luego Vlonneguet (1947) con siembra de nubes para producir núcleos de hielo artificial.
La rama de la Meteorología que estudia todos estos fenómenos se denomina Microfísica de las Nubes. Cuando se habla sobre modificación artificial del tiempo atmosférico, se pueden considerar tres vectores experimentales: Incremento de la precipitación, supresión del granizo y desviación del curso de las tormentas tropicales y huracanes.
Analizaremos en esta oportunidad el aumento de la precipitación, el cual consiste en introducir o sembrar en una nube previamente seleccionada ( cumulus, cumulus congestus) sustancias químicas como el hielo seco a temperaturas de – 80 grados centígrados en la parte superior de la nube para producir núcleos de cristales de hielo, con lo cual se enfriaría el aire en la estela de los trozos del hielo seco, se forman cristales naturales y se esparcirían por la nube, iniciándose la precipitación .Otra sustancia utilizada es el ioduro de plata(AGI) para formar núcleos de congelación, en este caso se siembra la nube con generadores de humo desde la superficie o por medio de aviones.
Por supuesto se requieren condiciones propicias para que este proceso sea exitoso, como por ejemplo inestabilidad atmosférica que permite ascenso de una masa de aire que produce su enfriamiento por expansión, aumento de la humedad relativa y comienzo de la condensación para formar las gotitas de nubes y finalmente la lluvia.
Estos experimentos por lo general se realizan en el período lluvioso, el cual reúne las condiciones ideales señaladas en el párrafo anterior y permite el aumento de las precipitaciones, además se utilizan las imágenes de los radares y satélites meteorológicos, mapas del comportamiento de la tropósfera en la superficie y altura para caracterizar las condiciones ideales del tiempo.
Experiencias en Venezuela
Durante el año de 1974, hubo un retardo del período lluvioso en nuestro país, el cual comienza normalmente en la segunda quincena de abril y finaliza en el mes de noviembre, por lo cual el gobierno nacional tomó la decisión de realizar el primer experimento de “siembra de nubes” en la región de los llanos centrales y al efecto se formó un equipo de trabajo integrado por el entonces Capitán (AV) Tulio Prado Fernández y el Teniente (AV) Douglas Araujo Agudo, funcionarios del Servicio de Meteorología y Comunicaciones de la FAV y un funcionario del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas(IVIC), El experimento se realizó durante el mes de julio durante un período de 15 días desde las 0600 hasta las 1800 horas, en un avión C-123 de la FAV piloteado por el Teniente (AV) Rommel Belgrave López; se diseño una tobera especial para arrojar el hielo seco y el ioduro de plata a nubes previamente seleccionadas de tipos cúmulus y estratocúmulus con alturas aproximadas de 6000 pies a 16000 pies.
La ausencia de estaciones pluviométricas en superficie no permitió una estadística precisa para evaluar el experimento, pero observaciones visuales comprobaron precipitaciones aisladas; sin embargo el promedio anual de precipitaciones en el año 1974 estuvo dentro de la curva de la normalidad.
El otro experimento se realizó en el mes de mayo de 1984 en las cercanías de Caracas por el Instituto Nacional de Obras Sanitarias con la siembra de nubes con la utilización de quemadores de ioduro de plata desde la superficie y de acuerdo al investigador Sergio Foghin en su libro “Tiempo y clima en Venezuela” refiere: “En estas técnicas experimentales se cifraron, en aquel momento, esperanzas para solventar el grave déficit hídrico que sufría la capital del país tras varios meses de sequía, la cual determinó un descenso crítico de los niveles de agua en los embalses, ya afectados por la escasez de lluvias de los dos años anteriores (INOS 1982-1983”. Los resultados de este evento no se conocieron, pero fue una medida aislada y sin método científico serio.
Conclusión final
En los comienzos del siglo XXI ,los intentos del hombre para modificar artificialmente el tiempo no han tenido el éxito esperado por lo infinidad de variables y factores que rigen la circulación general de la atmósfera, la cual requiere de análisis de las observaciones meteorológicas en tiempo real en escala planetaria ,para ello, la cooperación internacional es de vital importancia, en este sentido la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo especializado de las Naciones Unidas creado en 1950, ha contribuido al avance de las investigaciones en la meteorología y climatología.
En este particular, la República Popular de China, Estados Unidos de Norteamérica y la Federación de Rusia entre otros países tienen investigaciones teóricas y experiencias que permitirían en el futuro un avance en modificar el tiempo, China en los últimos Juegos Olímpicos en Beijing, pudo provocar precipitaciones antes la inauguración de los mismos y USA tiene el reto de lograr desviar los huracanes y tormentas tropicales para que no penetren en sus costas.
En América del Sur destacan Argentina y Cuba, el primero con la utilización de cohetes para la supresión de granizos y el segundo realizó el Proyecto Cubano de modificación artificial del tiempo (1985-1990) en la Zona de Camaguey, el cual tipifica condiciones del tiempo para la siembra de nubes cumulus tropicales, con calor latente liberado en los procesos de condensación asociado a los movimientos convectivos y calentamiento por radiación.
EL RETO ES PERMANENTE
Eduardo Arturo Caldera Gómez
25/10/09