El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, y su homólogo venezolano, Hugo Chávez. | AP
Jaime López /Caracas/Actualizado domingo 18/10/2009 21:53 horas
La rampa 4 del aeropuerto internacional de Maiquetía es una restringida pista de aterrizaje que utilizan los aviones de las delegaciones presidenciales que llegan a Caracas. También los helicópteros y aparatos de la aviación venezolana. Sólo un vuelo comercial, el que viaja entre Caracas y Teherán con escala en Damasco, está autorizado a utilizarla.
El 6 de octubre de 2007, las aerolíneas estatales Conviasa de Venezuela y Air Iran inauguraron el primer vuelo regular que une el Caribe con Oriente Próximo, en medio de una ola de críticas y preocupación por parte de Estados Unidos. Desde entonces, un vuelo semanal sale todos los sábados desde Caracas y regresa los martes de Teherán. Las aerolíneas de los dos países se turnan cada seis meses para prestar los aviones y gestionar los billetes.
Hasta aquí la teoría, porque todo es mucho más improvisado. La periodicidad del vuelo es en realidad menor por la falta de entendimiento entre ambas compañías. Comercialmente no existe y los funcionarios venezolanos e iraníes siempre andan a la gresca para conseguir cupos en los aviones. En Venezuela, sólo pueden comprarse con una autorización especial en el Hotel Alba Caracas, el antiguo Hilton que Chávez transformó recientemente en una versión venezolana del Habana Libre.
'Campaña de difamación'
Washington considera que Teherán utiliza esta ruta aérea para exportar sus «actividades terroristas por Latinoamérica». En mayo pasado, la prensa israelí reveló un informe del Ministerio de Exteriores en el que se acusaba a Venezuela y Bolivia de vender uranio para el programa nuclear iraní. Hugo Chávez dijo que las acusaciones son parte de una «campaña de difamación» contra los países que quieren desarrollarse. "¿Por qué no critican a los países que ya tienen bomba atómica?", preguntó el presidente.
Pero lo que más preocupa a los servicios de Inteligencia europeos no es lo que se transporta en estos vuelos, sino quién los utiliza. Varios informes indican que se han localizado pasaportes venezolanos en Damasco y Teherán en manos de ciudadanos que no hablan ni una palabra de español. La sospecha es que Irán podría encontrar un salvoconducto para que sus funcionarios eviten las escalas en París para viajar a México o a la triple frontera entre Brasil, Uruguay y Paraguay sin levantar sospechas.
Socios estratégicos en la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Irán y Venezuela han tejido una sólida «alianza antiimperialista» con la firma de una veintena de acuerdos sobre cooperación energética, financiera e industrial.
Fuente: El Mundo.es/19-10-09.