Rafael Muci-Mendoza // Las
ratas y el barco
Los barcos a la deriva y los regímenes putrefactos, tienen en las ratas su preaviso
Corría
el año 328 a.C. En Helique una
ciudad griega, topos y comadrejas abandonaron sus madrigueras minutos
antes de
un devastador sismo. ¿Pueden los animales anticipar la tragedia? ¿Pueden
los
"socialistas sigloventiúnicos" husmear el inminente desbarranco? ¿Qué
señal les llega para que tengan tiempo de ponerse a salvo? Llamado el
"biopronóstico", presienten la voz del subsuelo, la ira del
colectivo, la inminencia de un temblor y se expresan con agitación,
temor,
aullidos e inquietud en general; las serpientes -que se arrastran-
abandonan
sus nidos aun en pleno invierno, y las ratas (Rattus rattus), no
piensan
dos veces en aparecer ¡en pleno día! por los lugares que habitan. El
sapo común
(Bufo bufo),
gran
bocón, es capaz de detectar clave presísmicas como la liberación de
gases
y partículas... Los barcos a la deriva y los regímenes putrefactos,
tienen en
las ratas su preaviso, son las primeras que lo abandonan, pues son finas
olfateadoras de la inevitable zozobra. La dura expresión popular, tal
vez no
sea excesiva para señalar activos políticos o personas concretas cuyo mea culpa pica
adelante
y el símil retrata a algunos miembros del proceso.
Álvarez Paz, político de fina hechura, de firme pulso a la hora de decir verdades, hombre para mucho, abre una tronera en la popa del bergantín y es hecho preso contra ley y derecho. La jueza Afiuni echada a la pira por rectitud. Azuaje, linchado por sus hermanos asambleístas en burla de la Constitución. Como los obreros del aseo urbano, no olfatean el hedor que permea sus curules: el fenómeno de adaptación negativa les ha tocado.
Si la nave que surca a viento de perdedores se hunde porque se hunde o porque no hay más "queso", ¿Quién nos lo avisará? ¿Los prevaricadores o las ratas?
rafael@muci.com
IMAGEN: El Cedazo
Álvarez Paz, político de fina hechura, de firme pulso a la hora de decir verdades, hombre para mucho, abre una tronera en la popa del bergantín y es hecho preso contra ley y derecho. La jueza Afiuni echada a la pira por rectitud. Azuaje, linchado por sus hermanos asambleístas en burla de la Constitución. Como los obreros del aseo urbano, no olfatean el hedor que permea sus curules: el fenómeno de adaptación negativa les ha tocado.
Si la nave que surca a viento de perdedores se hunde porque se hunde o porque no hay más "queso", ¿Quién nos lo avisará? ¿Los prevaricadores o las ratas?
rafael@muci.com
IMAGEN: El Cedazo