Rafael Gallegos.
¿CÓMO SE MIDE LA DEMOCRACIA?
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A la democracia hay que medirla de la misma manera como se mide la altura de un muro, la corriente
eléctrica, o la producción de petróleo. Tome nota OEA: elecciones libres,
árbitros imparciales, igualdad de acceso a los medios para el gobierno y la oposición, control a
los candidatos del gobierno para que no utilicen los recursos del Estado en la
campaña, respeto a la oposición, libertad de expresión, respeto a los
periodistas, poderes públicos autónomos, cumplimiento de la Constitución, cero presos políticos y “políticos
presos”, cero listas fascistas, medios de comunicación del Estado decentes e
imparciales. Militares que no sugieran desconocer los resultados electorales y
que si lo hicieren, sean castigados y no
premiados.
¿Cuántas de estas
condiciones se cumplen en Venezuela? No se engañe, ni cinco. Y no hay excusas,
revise las prósperas democracias chilena, colombiana, peruana, brasilera y verá
como cualquiera de esos países satisface
por lo menos doce de ellas. Y el “modelo” cubano, reino de la escasez y
de la represión, ¿cumplirá con alguna? Usted y yo sabemos que no.
2012:
DEMOCRACIA O CUBA
Las elecciones del 2012 plantean un dilema: democracia o
Cuba. Así de simple, porque en Cuba, modelo y guía de esta “revolución”… no hay democracia. Los “revolucionarios”
deben asumirlo de esa manera. No pregonar
esos insultos a la inteligencia como que en sociedades comunistas, como
la cubana, no hacen falta elecciones
abiertas porque el supremo líder
representa al pueblo y lo que él decida es lo mejor para el país. O que no
hacen falta sindicatos porque estos existen sólo donde los obreros son
explotados por los patronos, como en el “oprobioso” capitalismo suizo, y que en socialismos como el cubano el pueblo
es el que manda. O pregonar que no hay libertad de expresión, porque como todo
es tan maravilloso, es absurdo y hasta sospechoso de traición a la patria,
opinar en contra del gobierno. O que no hay presos de opinión o presos
políticos, sino “ciudadanos confundidos” en proceso de reeducación. Es por lo menos una falta de respeto plantear
que estamos “hermanados” con tamaño
totalitarismo. Como si los venezolanos no supiéramos que los “paraísos
socialistas” están llenos de víboras ofreciendo a los bobos manzanas rojitas.
¿ Usted acepta que nos ubiquen como modelo al país más
reprimido y atrasado de América? ¿A cuenta de qué? ¿O es que usted quiere que
nos “copiemos” la dinastía de los Castro con más de 50 años de dictadura?
Porque la última innovación de los “revolucionarios” del mundo es el
totalitarismo hereditario. En Camboya ya le toca al nieto de Kim Il Sun, en
Cuba a Raúl. Monarquías y comunistas. Qué barbaridad.
¿Habrá en el mundo algún comunismo próspero? En las últimas décadas los políticos
que han generado prosperidad en sus sociedades, poseen un factor común: todos
han sido demócratas. Haga la lista de los países con mayor calidad de vida y
observe: casi todos son democráticos y… ninguno es comunista. El comunismo
quedó para Trucutrú. Las estatizaciones, las confiscaciones, la participación
tutelada desde el gobierno central, las comunas, el ataque a las libertades y a
la empresa privada, la improductividad y el militarismo; conforman un paquete
que horroriza a las sociedades modernas, porque lo único que genera es pobreza,
atraso y represión. Por ejemplo, Venezuela y la dramática caída de la
producción en todos los ámbitos. ¿Y usted… quiere un pasaje gratis al siglo
XIX?
Y MIENTRAS
TANTO…
No hay que sentarse a esperar al 2012 para exigir un
modo de vida democrático. Que todo lo que haga el gobierno vaya en línea con la Constitución. ¿Qué
usted no votó por ella? Eso no le resta autoridad para exigirla. La Constitución nos rige por igual a todos los
venezolanos. ¿Es inconstitucional el “exprópiese”?: para expropiar, la Constitución exige declaración de utilidad
pública, avalúo y decisión tribunalicia. ¿Son inconstitucionales las
inhabilitaciones del Contralor?: para ello la Constitución exige dictamen de un tribunal. ¿Es
inconstitucional mantener presos a los diputados?: la Constitución obliga a
reconocer su inmunidad apenas sean
electos. ¿Entonces? En las democracias, nadie está por encima de la
Ley. Si más allá del palabrerío los
“revolucionarios” quieren ser realmente bolivarianos, deberían poner en
práctica aquella frase del Libertador: el imperio de la Ley.
Y además, hay que exigir… e-xi-gir… y desde ya,
elecciones limpias. O sea, sin abuso de los recursos del Estado, con
imparcialidad del árbitro, en igualdad de condiciones. Nada nuevo. Como en
todas las democracias de verdad, menos en Cuba, donde ironía de ironías, el
gobierno siempre saca el 99 % en las transparentes elecciones… aunque ni ellos
mismos se lo crean. ¿Eso es lo que usted quiere para Venezuela? De usted
depende.
Ingeniero y
Consultor Gerencial. rafaelgallegosc hotmail.com
Remisión: Marcos Dietrich.
IMAGEN SUPERIOR: Por cortesía de El OJO EN LA HOJA / Ecuador, la vuelta del perro arrepentido