LA CONSPIRACION DE GLOBOVISION
Mucho
se ha dicho en los últimos once años sobre una supuesta conspiración o
plan desestabilizador que se estaría fraguando desde la televisora de
noticias Globovisión con la intención de derrocar al gobierno venezolano
que lidera el Presidente Hugo Chávez, quien en reiteradas ocasiones ha
incluso amenazado con sacar del aire a este importante medio de
comunicación al que ha denunciado de estar presuntamente al servicio de
los intereses más bajos de la burguesía, el capitalismo y el
imperialismo yankee.
Era
imposible imaginar que desde el mismo momento en que Globovisión
formalmente iniciaba sus transmisiones el 01 de diciembre de 1994 se
comenzaría a gestar todo un movimiento insurreccional que agruparía muy
rápidamente a miles de ciudadanos que anhelaban ansiosamente encontrar
un espacio común de opinión, información y participación al cual
plegarse como aliados, con la esperanza de comenzar la delictuosa tarea
de soñar con un país mejor y pleno de oportunidades para todos por
igual.
Poco
a poco Globovisión fue reclutando a peligrosos mercenarios expertos en
el manejo de ilegales técnicas de combate como la honestidad, la ética
periodística, la solidaridad, la responsabilidad social, el
profesionalismo y la mística, que los colocaría automáticamente en la
mira de quienes con mucha decencia violan constantemente la Constitución
Nacional, pero además de quienes con mucho amor por la Patria se han
venido consecuentemente burlando de los sueños de un país que
traicionando sus principios pretende avanzar hacia un mejor destino y el
bienestar colectivo.
En
sus 16 años de existencia Globovisión, bajo la tutela de Alberto
Federico Ravell, encontró nuevos aliados golpistas con los que pretende
burlarse del pueblo que mayoritariamente ha decidido que con hambre y
desempleo se resteará con el eficiente gobierno revolucionario que
circunstancialmente intenta dirigir los destinos del país. Entre esos
nuevos cofrades del conocido canal de noticias destacan apátridas como la
pobreza, el déficit de vivienda, la inseguridad, el desabastecimiento,
la corrupción, crisis hospitalaria, déficit presupuestario, incapacidad,
caos educativo, abuso de poder, Metro colapsado, nepotismo, entre
otros, quienes ya se han apoderado de casi todo el país pretendiendo
aparecer en los noticieros y programas de la mencionada televisora
golpista, intentando manipular al soberano que gracias a Dios no les ha
dado importancia o relevancia, pues considera que no la tienen.
Acertadamente
el Gobierno Revolucionario en combinación con los autónomos Poderes
Públicos del país lograron iniciar un imparcial proceso judicial en
contra de Guillermo Zuloaga, jefe de este clan golpista, a quien se le
debe aplicar todo el peso de la ley por estar incurso en la comisión de
graves delitos de lesa patria entre los que destacan el creer en
Venezuela, invertir en ella, generar fuentes de empleo, y más grave aún,
defender la democracia y la Constitución Nacional, por lo cual debe ser
severa y ejemplarmente sancionado.
Hoy
los venezolanos podemos estar más tranquilos a sabiendas de que las
autoridades nacionales han logrado sacar de circulación al otro
grupúsculo denominado RCTV, quienes pretendían de igual forma
desestabilizar el país utilizando poderosas armas ilegales como la
verdad y la información veraz , lo que ameritó el más contundente
rechazo del pueblo que no tiene ninguna queja o reclamo que hacer del
conocimiento público a través de estos medios de comunicación que
abusivamente se han dedicado a defender la democracia y el estado de
derecho en Venezuela.
Finalmente
al revisar el historial de absurda lucha por el progreso de Venezuela
que han adelantado RCTV y Globovisión viene a mi mente una frase del
filosofo español José Ortega y Gasset “Quien
en nombre de la libertad renuncia a ser el que tiene que ser, ya se ha
matado en vida: es un suicida en pie. Su existencia consistirá en una
perpetua fuga de la única realidad que podía ser”, es más que obvio que ellos se lo tomaron bien en serio.
Dios bendiga e ilumine a Venezuela!!
OSCAR PEREZ
Exiliado venezolano