¡De Dignidades e
Indignidades!
Caracas, 04 de marzo de 2011
Queridos compañeros de armas; apreciados y respetados
familiares sobrevivientes del personal militar fallecido; a todos los
venezolanos pertenecientes a las Fuerzas Armadas Nacionales de la sempiterna República
de Venezuela.
Hoy, en estos tiempos menguados que vive nuestra
Patria, me dirijo a ustedes para hacerles llegar mi más sinceras palabras de
solidaridad y aliento, ante el hecho groseramente injusto que ha llevado a cabo
el Ministerio de la Defensa, avalado por sentencia del TSJ, de negarnos el
derecho que a todos nos asiste de la asignación del bono de alimentación, el
cual vendría a contribuir con nuestro precario sueldo o pensión.
Este es un mensaje de aliento que pretende ser de
alerta también, ante la posibilidad de engaño y manipulación que el régimen se
prepara a acometer después de haber logrado una sentencia acomodada a su deseo.
Lo acontecido en este caso refuerza nuestra tesis de que en este país no impera
el Derecho, ni la lógica ni la razón.
Se veía venir, no fue en vano el tiempo que la
autoridad administrativa militar y el que disque bolivariano tribunal supremo
de la nación se tomaron, para preparar una sentencia que ahora indignamente nos
niega un derecho. Dije bien, un DERECHO, que no una dádiva ni una limosna que se
espera por lástima o por conveniencia.
Apreciados amigos, honrar honra, tenemos que agradecer a
los compañeros del Grupo Pichincha por haber trabajado tesoneramente al
acometer la digna tarea de presentar un amparo ante el TSJ, para tratar de
rescatar nuestros derechos conculcados. Debemos agradecer a quienes dejando de
lado comodidades e intereses personales, secundaron con sus actuaciones a esos
dignos compañeros que, armados hasta los dientes con sus conocimientos de la
ciencia del Derecho, se aventuraron a una tarea que muchos calificaron de
estéril, pero que la historia les reinvidicará con creces. Como reza un
proverbio latino muy cierto, “el agradecimiento es la memoria del
corazón” y es allí en nuestra memoria donde debe quedar estampada para
siempre la gesta que hace ya muchas lunas ellos emprendieron. A esos compañeros,
mi mensaje: “Gracias, ustedes no fueron derrotados, fueron indignamente
avasallados” Como dicen los marinos Bravo Zulú, y los aviadores Well
done.
Del otro lado de la acera se encuentra la indignidad
uniformada y togada. La de aquellos que prestándose a jugar el papel de títeres,
sin personalidad ni profesionalismo, pisotearon el derecho de los militares que
ayer hicieron Patria y hoy no pueden defenderse, de sus familiares
sobrevivientes, y de nosotros, quienes aún con un hálito de vida estamos
dispuestos a seguir luchando para defenestrar este régimen de oprobio que hoy
está instalado en el alto mando militar, y que sin dignidad ni vergüenza le
sirve de soporte inconstitucional al titiritero mayor de este país.
Estemos atentos, esto es parte de una maquiavélica
jugada. El indigno mayor, está presto a recoger el testigo, y en grandilocuente
decisión podría “ordenar” que aún en contra de lo decidido, como
una medida de gracia, se concederá a lo afectados una simbólica bonificación
para adjudicar una acomodaticia justicia administrativa.
Ya lo dije antes, NO ESTAMOS PIDIENDO LIMOSNAS, ESTAMOS
EXIGIENDO UN DERECHO y de esta forma, muy difícil que se nos pretenda que
bajemos entonces la cerviz y respondamos al indigno apotegma: ¡Venceremos!
Porque en resumidas cuentas, ya pronto lo habremos vencido.
Gral.Div.(Av) Jesús Emilio Hung A.
IMAGEN: Video Sonar
COMENTARIO
Y AHORA... LA CORTE CELESTIAL
Compañero:
Lamentablemente es así.... La
explicación técnica y sencillita es que el "Teesejota" puede cambiar
sus propias decisiones. En estos casos, los Abogados suelen decir, en
tono de broma: "Ahora habrá que apelar a la Corte Celestial".... pero bueno, "por ahora" es inacmisible ¡y punto!!....
Puede ser, tal vez, quizás... y por alláaaaaaaa en un futuro lejano, se
pueda comenzar de nuevo y a ver como les va, a los que anden por aquí
todavía. Como una referencia histórica, después de la Guerra de
Independencia, se procedió a desmovilizar (dar de baja)
a los integrantesde las unidades militares, y como la Hacienda Pública
estaba en ruinas, se les pagó con unos papeles que no tenían ningún
valor, porque nadie los aceptaba (valor de cambio). Todo
ésto coincide hoy en un momento político bien complejo y con una
economía haciendo aguas, lo que hace presagiar que se acercan tiempos
muy malos...
Lo
que si no debe olvidarse, es el reconocimiento que le debemos todos, a
los integrantes del "Grupo Pichincha", que hicieron tanto por nuestras
malogradas reindinvicaciones, así como la más rotunda censura y condena,
a los hoy tambien Oficiales Retirados, que estando en cargos de la más
alta responsabilidad, nos negaron nuestros justos derechos...
Carlos Eduardo Sosa Nùñez