ZAMURO CUIDANDO CARNE
La solicitud de la activación de una comisión de paz
para la solución del problema interno libio, que ha sido expuesta
públicamente por el Presidente de la Republica Hugo Chávez es una de sus
jugadas en el mejor estilo castrense, a que nos tiene acostumbrados en
la política interna de Venezuela cuando se le ponen las cosas
chiquiticas.
Militar de origen profesional, el
Teniente Coronel esta utilizando su acostumbrada Acción Retardatriz
mediante la cual cede terreno para ganar tiempo, que tan buenos
resultados le ha logrado para ganar oxigeno político en todas las crisis
que sorteado desde hace doce años de Revolución Bolivariana y
Socialismo del siglo XXI. El mejor ejemplo interno a la mano, el
tratamiento que le dio a la reciente huelga de hambre de los jóvenes de
JAVU y los resultados que se labró sobre la base de la ingenuidad y el
candor de sus adversarios.
El Presidente esta
ganando tiempo con esta solicitud que hace de una comisión de paz para
atender el caso de Libia. Con ella, Hugo Chávez quiere poner a Muammar
Al Gaddafi a ganar tiempo para negociar alternativas y opciones, abrir
espacios para manejar otros caminos pacíficos, reorganizar su fuerza
publica diezmada en la mayoría de las poblaciones ocupadas por las
fuerzas rebeldes, retomar sus contactos internacionales para garantizar
un cabildeo que le permita salir bien de la crisis. Eso le da el
suficiente espacio para que las fuerzas libias leales se reagrupen y
sus aliados internacionales reaccionen y le abran el camino de otras
mecanismos que le permitan salir bien librado de su peor crisis en 42
años de régimen.
Ni el misil que le envió Ronald
Reagan en 1.986, que le mató a su hija Jana lo dejó tan postrado
políticamente como esta rebelión interna de su pueblo que dice que “lo
ama” y es capaz de dar la vida por él.
La
propuesta además, expone a Chávez y a sus secuaces del ALBA para que se
laven la cara como demócratas y pacifistas porque ya vendrán
pronunciamientos ingenuos y candorosos a favor, en los cuales se
incorporaran factores internos y externos, no alineados con la pauta
belicista de “la invasión del imperio y sus aliados”. Ya en el plano
interno hay posturas cándidas e ingenuas que mordieron el peine de la
solidaridad por vías interpuestas.
Esta carrera
implícita en la propuesta de la mediación es contra la opinión publica
mundial mayoritaria sobre el carácter genocida del régimen de Muammar Al
Gaddafi, contra los portaaviones norteamericanos full de marines y las
presiones de los países que votaron en la ONU a favor de las sanciones
en contra del dictador libio, entre las cuales pudiera arribar la
intervención militar y entrañan de manera encubierta para colocar ahora
del lado bueno a Fidel Castro, Daniel Ortega y a Hugo Chávez, únicos
mandatarios que se abrazaron con Gaddafi en la idea de hacer frente a su
guerra civil con la inevitable carga de muerte y destrucción que deriva
de ello. Pero además les abre la posibilidad de levantar una bandera de
paz en medio de lo inevitable de la invasión de los marines. Ya saldrá
alguno de esos jalabolas internos o tarifados internacionales al estilo
Ignacio Ramonet, a proponer a Hugo Chávez para el Premio Nobel de la
Paz.
Hugo Chávez se olvida con este planteamiento
que el punto de negociación principal de los rebeldes libios y la
comunidad internacional pasa por la salida del poder de su hermano el
Coronel Muammar Al Gaddafi, quien durante 42 años ha instalado en Libia
una dictadura personalista que ha servido de plataforma al terrorismo
internacional y alrededor de la conformación de un nuevo régimen
distinto a la Jamairiya es que debe iniciarse un proceso de negociación.
A
Hugo Chávez se le olvida la poca solvencia moral para hablar de paz en
una coyuntura donde el mismo se ha deslegitimado y ha llegado con un
historial completamente guerrerista y de confrontaciones.
Su
papel de mediador en Colombia entre el gobierno y las FARC lo encharcó
con la abierta intención de abrirle caminos para la ventaja a la
narcoguerrilla y ya todos conocen hasta donde llegó su papel en la
crispación de las relaciones con el vecino país.
El
rol que jugo durante la crisis de Honduras, por encima de arribar a una
solución política, lo desnudó en sus planes de exportar la Revolución
Bolivariana a contravía del planteamiento interno del pueblo hondureño.
Esos
dos ejemplos, los mas actuales, mas su abierto apoyo al Coronel Gaddafi
lo deslegitiman y lo presentan tendenciosamente en la propuesta de
mediar hacia la paz y hacia las soluciones pacificas. Realmente todos
los mentideros politicos y los analistas internacionales saben de los
fines de Hugo Chávez en su intervención en el conflicto libio y todo
desemboca en la prolongación hasta el máximo de la permanencia del
Coronel Gaddafi en el poder. Y eso tiene su justificación.
Chávez
sabe que el ejemplo libio es un referente que va a tener su impacto en
la política interna de Venezuela. Con los ejemplos de Túnez y de Egipto y
la inestabilidad que se ha colado en las dictaduras del medio oriente,
lo que ocurra en Libia va a tener sus efectos en Nicaragua, Cuba y por
supuesto en Venezuela.
La caída de Gaddafi tendrá
sus repercusiones con los antecedentes de lo que se conoce en el
expediente sustanciado para ejecutar las sanciones de la ONU y la
comunidad internacional al régimen del Coronel. Pero creo que lo que se
conocerá después, hará mayor peso para seguir enfrentando este tipo de
regímenes, sobre todo en lo relacionado con la corrupción en la
comercialización del petróleo y su contigüidad en la alianza con el
trafico internacional de drogas y la exportación del terrorismo.
Cuando
se tenga acceso a lo que no se conoce en este momento y sus
vinculaciones con el régimen cubano, el nicaragüense y el venezolano, se
conseguirá mucha explicación al porque de la solidaridad de Fidel,
Ortega y Chávez.
Por lo demás, Chávez sabe que en
política se cosecha lo que se siembra y ese es su temor. La violencia
que sembró en Venezuela, como producto de calcar exactamente el modelo
político de Libia en Venezuela - pensábamos que era de Cuba - con la
idea de diluir su permanencia en el poder con aquello del “poder
popular” es un modelo perfecto de la Gran Jamahiriya Árabe Libia
Popular Socialista.
¿Hasta donde se reflejará en
Venezuela la intensidad del conflicto en Libia? La Sala Situacional de
Miraflores le ha ido abriendo el camino de la respuesta a Chávez y la
propuesta de la mediación de paz en Trípoli es la mas aproximada a la
verdad.
La mediación de Chávez en el conflicto
libio con él de protagonista o alguno de sus tarifados del petróleo, es
lo mismo que zamuro cuidando carne.
FUENTE: RINDIENDO CUENTAS