POLITICA
MILITARISMO 1
Por Nelson Maica C
A las nuevas generaciones. En 3 notas. El
denominado militarismo, de acuerdo a la enciclopedia libre Wikipedia, es una
ideología, según la cual, la fuerza militar es la fuente de toda seguridad.
Para otros, es una ideología y un comportamiento
político en donde se identifican los intereses nacionales con los de la
jerarquía militar, lo que determina la adopción de muy específicos regimenes
políticos y conceptos de Estado.
Hay más argumentos: para
justificar la preparación militar de una sociedad, todos los cuales tienden a
asumir que la “paz a través de la fuerza” es la mejor o única forma de
conseguir la paz. Su política se resume en el aforismo latino “Si vis pacem, para bellum”
(Si quieres la paz, prepárate para la guerra).
Los puntos sobresalientes de la
ideología militarista serian el patriotismo,
el respeto a la jerarquía y el recurso a la fuerza como
medio de resolución de los conflictos internacionales con otros países.
Estos puntos, con relación al actual
gobernante rojito que esta en el país que no existe, parece, según su vocero,
el de la mentira que camina por América Latina, que se dan y/o se practican,
sino todo lo contrario.
En la mera practica, parece que el
patriotismo se cambio por el entreguismo a Cuba y el respeto a la jerarquía, de
igual manera, por la sumisión al g2 cubano.
Otra de las principales
características de los gobiernos y estados militaristas es el incremento de la
partida presupuestaria destinada a gastos militares (para la preparación de la
guerra y de empresas ligadas a su nuevo tipo de imperialismo).
Ejemplos históricos de estados
militaristas fueron Prusia y el Japón
de la década de 1930. En los países del Tercer Mundo es frecuente la formación de
gobiernos y juntas militares que, no obstante, no asumen necesariamente
connotaciones militaristas en su política exterior sino que corresponden más
bien a una reacción de signo autoritario ante condiciones internas de
inestabilidad económica y agitación social.
Seria bueno recordar a los Generales prusianos en Sadowa (1866): Bismark, general Vogel von Falkenstein, general von Steinmetz, von Roon, general von Fliess y general Herwarth von Bittenfeld.
El militarismo, también, suele ser
definido en oposición directa con los movimientos por la paz de los tiempos
modernos.
Históricamente, el término se
utilizó haciendo referencia a estados específicos implicados en el imperialismo, por ejemplo: Esparta, el Imperio Japonés, el Imperio Británico,
el Imperio Alemán y la
Alemania nazi, el Primer Imperio Francés,
el Nuevo Imperio Romano de Mussolini, la Unión
de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, Iraq
bajo Saddam Hussein.
En momentos mas cercanos se comenzó
a emplear el término “militarista” de una forma algo informal, aplicándosele a
los poderes anglosajones liderados por los Estados Unidos, (junto con el Reino Unido y Australia), y a otros como China,
Francia, Israel, Corea del Norte, Irán y Siria.
El militarismo ha sido contrastado
con los conceptos de poder nacional, poder duro y poder blando (Wikipedia).
Por ejemplo, el liderazgo de China,
en algún momento se sostuvo que una China fuerte es necesaria para la seguridad
nacional, pero que el militar es sólo un componente del poder nacional y que
una atención excesiva a lo militar puede originar un poder nacional inferior en
áreas tales como la economía civil (Wikipedia). Sin embargo, los temas
militaristas predominan con frecuencia en las actitudes chinas, tales como la
disputa con Taiwán, Rusia o Japón.
Otro aspecto del militarismo que
tomamos en cuenta aquí, en esta nota, es el ascenso de un pequeño grupo de
oficiales militares al poder, la mayoría de las veces sin calificación incluso
intelectual, como sucedió en Iraq, en la Alemania Nazi y en la mayoría de los países latinoamericanos
hasta los años 80 y hoy en este país. Para verificarlo solo basta ver las fotos
o videos de su obra desde 1999 hasta hoy.
Sin embargo, aunque algunos estados
llamados militaristas son, de hecho, dictaduras militares, el militarismo en
términos generales, no es sinónimo de régimen dictatorial o autoritarismo.
La democracia y el
militarismo no han sido, en algunos casos, términos mutuamente excluyentes.
Diferente forma de tener una idea sobre el
militarismo es midiendo, cuantificando, el porcentaje del Producto Nacional
Bruto que un país emplea en gastos militares.
Por ejemplo, a nivel mundial: en 2001, Corea del Norte tenía el máximo porcentaje de
inversión militar, con un 31,3%; seguida de Angola (22% en 1999); Eritrea (19,8% en 2001); Arabia Saudita (13% en 2000); Etiopía (12,6 en 2000); Omán (12,2% en 2001); Qatar
(10% en los años 2000/2001); Israel (8,75% en 2002); Jordania (8,6% en 2001) y las Maldivas (8,6% en 2001). El mayor gasto en
términos absolutos, sin embargo, es el realizado por Estados Unidos que en 2007, fue de 532.800
millones de dólares, representó el 48 por ciento de total mundial.[
Otro enfoque: por militarismo se puede entender,
a su vez, una posición casi doctrinaria que estima necesaria y conveniente la
preferencia del sector castrense dentro de una sociedad y en un momento
determinado.
Se argumenta que es un hecho actual
y que se presenta con cierta frecuencia en el mundo contemporáneo.
Son varios los ejemplos y las formas
o variantes mediante los cuales se expresa esta tendencia, podemos recordar
desde el nazismo-fascismo
hasta el estalinismo,
siguiendo con el peronismo,
el nasserismo, el castrismo,
chavismo y resto de los latinoamericanos, etc.
¿Qué ocasiona el militarismo? Para
John Keega, historiador militar británico, 1934, autor del libro “El rostro de
la batalla”, quien analiza los hechos militares históricos aplicando la lógica
y, a la vez, buscando el lado humano e individual del combatiente, son cuatro
los aspectos relevantes para generar dentro de una sociedad cierta
particularidad de sus fuerzas armadas:
01.
Cantidad de
efectivos. Se refiere a la cantidad numérica de su composición con derivación
obvia pero no determinante a la hora de una confrontación. Hay naciones con una
capacidad enorme de movilización como el caso de Suiza, Israel y Cuba.
Son países pequeños con una operatividad basada en los peligros, reales o ficticios,
por los que atraviesan.
02.
La aptitud armamentista.
Tener una existencia de instrumentos bélicos de primer orden, tecnológicamente
hablando. Algunos producen sus propios armamentos y otros los compran en el
mercado internacional.
03.
La calidad del componente armado.
Una mayor profesionalización genera mayor poder de fuego. Ejemplo: No es
similar un oficial norteamericano a uno europeo a uno sur americano, etc.
04.
La conciencia de los ciudadanos, del
pueblo de un país, en un momento dado, de estar dispuesto a cada momento,
siempre, a la confrontación como un valor normal dentro de la
sociedad. Seria la manifestación social normal de aceptación y cotidianidad
del enfrentamiento a través de las armas como medio normal de su existencia.
Algo así como si no pelea todos los días no vive, no existe. Se transforma en
algo habitual dentro de la actividad humana de unos ciudadanos, de un pueblo.
La ley del más fuerte. Ojo, los venezolanos de hoy no cuadran en este esquema,
así lo quiera y lo trate de imponer el Boves destructor rojo, rojito.
Venezuela, hoy, esta siendo ubicada, vista desde el exterior, dentro del grupo de
sociedades cuasi
pretorianas, por no decir de una vez pretorianas, porque a
pesar de no haber un régimen nacido, en elecciones de 1998, de una insurgencia,
es una sociedad donde
algunos ex militares golpistas y activos se han ubicado, a la mera fuerza
bruta, violando la CN99, por encima del resto de los integrantes de la sociedad
civil.
Un adagio popular usado con frecuencia por los llaneros apureños dice:
“una cosa piensa el burro y otra quien lo va montando”. Esto para recordar que
no siempre las intenciones y acciones militaristas terminan de la misma forma y
manera de cómo fueron concebidas por sus perpetradores. Ahí están patéticas
todas esas experiencias, por ejemplo, en Latinoamérica, por lo cerca, y Europa,
por lejos.
Hurgando en archivos encontré un trabajo de Jorge
Olavarría de Tezanos Pinto
(1933-2005) quien fue político, abogado, periodista e historiador venezolano. Nació en Caracas el 12 de diciembre
de 1933. Graduado de abogado en la Universidad
Complutense de Madrid, hizo post-grados en universidades europeas. Recomiendo
su lectura y reflexión.
Fue miembro fundador del partido Opina,
escribió varios libros sobre historia y política. Fue
Embajador de Venezuela en Londres (1969-1970) en el primer gobierno del presidente Rafael Caldera, director de la Revista Resumen,
también fue director y conductor de su propio programa de televisión
denominado "Historia Viva".
Fue diputado en varias legislaturas, así como candidato presidencial en
los años 1983 y 1988 sin éxito. Apoyó al golpista militar
Hugo Chávez cuando se convirtió en opositor al segundo gobierno de Rafael Caldera, y así como en la campaña
electoral de 1998, pero a pesar de ser uno de los primeros políticos más
conocidos y antiguos de la vida política venezolana en apoyar a Chávez, también
fue uno de los primeros en cambiar de opinión y oponerse a solo un año de
gobierno, en 1999, criticando duramente la nueva constitución promovida
alegando que la alta abstención en los diversos referéndum ilegitimaban la
aprobación de una nueva constitución y, a pesar de todo, se lanzó a
constituyente como opositor y resulto electo.
Después de ser aprobada la constitución a finales de 1999 y las mega
elecciones del 2000 (donde fue reelegido Ch), progresivamente se había retirado
de la vida política y en hechos posteriores como el Paro petrolero de
2002-2003 criticó la actuación de los medios de comunicación
a la hora de transmitir las informaciones, así como la actitud de la
oposición, pero tampoco volvió a apoyar al rojismo. Falleció en Caracas el 18
de abril de 2005.
Trabajo tomado
de www.elnacional.com que a mi juicio ayuda a comprender el tema del
militarismo en Venezuela.
Transcribo a
continuación, de JO, escasas líneas: “Aparece el militarismo. El cuartelazo exitoso del 18 de octubre de 1945 es el punto a partir del
cual se introduce en el curso histórico venezolano un modelo de militarismo de
origen sureño, que hizo que la Fuerza Armada se transformara del factor de
poder que había sido desde el inicio del proceso de su profesionalización en
1910, en árbitro de la política. Ello también hizo del recurso del golpe de
Estado militar el medio y remedio de última instancia para cambiar un gobierno
que se considere dañino”.
Tips:
01.
¿Cuántos habrá
como Makled en otros ámbitos? ¿Petróleo? ¿Minas de oro y de todo tipo? ¿Fondos
públicos y créditos, nacionales e internacionales? ¿Insumos medico quirúrgicos?
¿Alcabalas y puntos de control? ¿Alimentos? ¿Armas? ¿Etc, etc, etc? ¿Lo
llegaremos a conocer?
02.
¿Alguien
recuerda a un embustero empedernido que ofreció eliminar los peajes, alcabalas,
puntos de control, etc, etc? Ahora se han multiplicado y en algunos trayectos
muy cortos, escasos 5 kilómetros (lo que hace suponer que algo importante se
oculta o se preserva), hasta cinco puntos de control. El clamor de los
conductores y transportistas ya casi llega al cielo y sin poder decir
absolutamente nada, seguir callados porque tienen el monopolio de las armas y
de la fuerza bruta. ¿Se acuerda del embustero, ahora, supongo, profesional del
embuste?
03.
¿El socialismo
comunismo proclama la igualdad; pero propone un aumento de sueldos y salarios
“decreciente”, o sea, “desigual”, para una sociedad que seguirá estratificada, propone
la exclusión, la división de la sociedad económica; pero no reclama la
satisfacción de los derechos fundamentales del ser humano, solo defiende y
aplica, una vez mas, como es su habito y costumbre: la represión, el terror y el
crimen.
“La guerra es un asunto demasiado grave para confiárselo a los
militares”
Goerges Benjamin Clemenceau, 1841-1929, Político y Periodista Francés.
Caracas, Venezuela, 30/07/09. 10/05/2010.