TOTALMENTE SIN CUIDADO
A estas alturas de nuestro complicadísimo quehacer cotidiano, quiero dejar bien sentado que me tiene totalmente sin cuidado si el demente sabanetero está enfermo o no; si lo de su ausencia y tratamiento médico fue o no un montaje sainetesco con miras a recomponer su bastante deteriorada imagen pública; si su regreso de madrugonazo se debió a su temor creciente por la tremenda lucha interna que se mantiene en su entorno en busca de la figura que lo sustituya en el poder si llega a desaparecer; o si, finalmente, llegara a desaparecer físicamente producto de cualquier circunstancia médico-coyuntural. Me tiene totalmente sin cuidado, porque en mi mente existen preocupaciones mucho más profundas y, a mi modo de ver, muchísimo más importantes y trascendentes para nuestro futuro inmediato, y de mediano y largo plazos.
Me preocupa sí, que la colectividad venezolana continúe en crónica indolencia ante la profundísima crisis infraestructural que sufre el país en sus servicios básicos y fundamentales, y nos hayamos acostumbrado a la escasez crítica de agua y a la casi absoluta falta de energía eléctrica, tanto en generación como en cantidad y calidad de distribución; al desastre que es la vialidad en todo el país; a la inexistencia total de insumos y la pérdida absoluta de calidad en los servicios de atención a la salud de los más necesitados; al estado más que deplorable que presenta la infraestructura de las edificaciones de los centros de educación del área pública; al crecimiento galopante del ataque institucional a la actividad económica y productiva del sector privado para entronizar la estatización de la economía; en resumen, a la progresiva destrucción del aparato productivo del país para convertirnos en un sumiso rebaño que, para supervivir, tenga que ser inevitablemente esclavo de un régimen sátrapa, forajido y de total culto a una persona cuyas facultades mentales están, más que demostradamente, regidas por una sicopatía aguda que se traduce en un estado permanente de odio por el resto de la humanidad que no se somete sumisamente a sus demenciales caprichos.
Me preocupa sí, y muchísimo, los bancos en manos del gobierno luego de la expoliación sufrida por el sector privado de la banca, estén exigiendo información acerca del destino que cada propietario de su dinero depositado en esas instituciones para su supuesto resguardo, en una evidente demostración que están dando los pasos para el control de capitales en manos de particulares, aún cuando estos “capitales” sean el producto de trabajo y actividades absolutamente honestas.
Me preocupa sí, y muchísimo más, que soportemos todas estas arbitrariedades y nos mantengamos callados e inactivos sin procurar la legítima defensa de nuestros haberes, libertades y derechos fundamentales.
Todo lo demás, y especialmente lo expresado en el párrafo inicial, me siguen manteniendo absolutamente sin cuidado.
GUSTAVO ALBERTO FONSECA BETANCOURT
C.I. : V-2.145.816
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