RECORDANDO ALTAMIRA XXVII
Soñar no cuesta nada
17 noviembre 2011
Propongo reflexionar, tal como si fuera un sueño, sobre un evento que particularmente considero debería producirse en la nueva Venezuela lo más pronto posible.
Para este evento tomo como marco referencial, el sucedido el 18 de abril de 1898 cuando el Senado y la Cámara de representantes de los Estados Unidos de Norteamérica, en apoyo al pueblo cubano en su lucha por liberarse del imperio Español, aprobó la Joint resolution.
En aquel momento, había tres naciones involucradas. En nuestro sueño habría tan solo dos, la invasora y la que se acaba de liberar.
El sueño, sería la materialización del deseo de la nueva Venezuela de no volver a caer en manos de su eterna amenaza y de su firme compromiso en lograr la liberación definitiva del pueblo cubano, luego de haber vivido por doce años, la tiranía de un régimen que sobre ellos estuvo cincuenta años.
Tal sueño se produciría en el 2013 ó 2014, luego de un proceso constituyente mediante el cual se llevó a cabo la reestructuración del estado venezolano y en consecuencia, el nuevo Congreso Nacional en sesión plenaria aprobaría la siguiente resolución…;
…Considerando el aborrecible estado de cosas que existió en la República Bolivariana de Venezuela durante el régimen de la revolución impuesto por el tirano Fidel Castro y cohonestado por el gobierno y las instancias revolucionarias traidoras en los últimos doce años, durante el cual se ultrajaron; la historia, los símbolos patrios, el pensamiento y los sagrados restos de Simón Bolívar, los valores y principios de libertad y democracia, el patrimonio nacional, y en especial, la moral, la ética y los derechos de todos los ciudadanos establecidos en la constitución y en las leyes;
Considerando que se generó el deterioro y degradación de todas las instituciones, se despilfarraron más de mil millones de dólares exportando la revolución a otros países de la región, en detrimento del desarrollo nacional y del bienestar del pueblo venezolano;
Considerando que todo esto sucedió en franca sumisión del régimen revolucionario a la tiranía Castrista, la cual dirigía el destino de nuestro país desde ese territorio insular, a pesar de que Venezuela siempre estuvo consiente de tal amenaza y hubo de defenderse de sus continuas y sistemáticas violaciones, agresiones y ataques, desde el combate a la guerrilla castrista, hasta el rechazo y repudio de eventos como “el Caracazo” y los dos golpes de estado, fallidos, en 4F y 27N;
Considerando que tal estado de cosas no puede volver a repetirse bajo ninguna circunstancia y, siendo que, de permanecer dicha tiranía en Cuba, seguirá siendo una amenaza para nuestra libertad absoluta, como acto de solidaridad y hermandad, hacia el pueblo cubano, unidos por la misma desgracia y con la autoridad moral que nos otorga el hecho de que fue el
régimen castrista el involucrado en nuestro destino, agrediéndonos nuevamente y causando tal grado de deterioro que nos costará varias generaciones recuperar;
El Honorable Congreso Nacional de la República de Venezuela, en sesión plenaria acuerda:
Primero. Que el hermano pueblo de Cuba debe ser libre soberano e independiente.
Segundo. Que es deber de Venezuela exigir, como por la presente su Gobierno exige, que el régimen tirano de los Castro renuncie inmediatamente a su autoridad y gobierno en Cuba.
Tercero. Se autoriza al presidente de Venezuela y se le encarga y ordena que lleve a cabo todas las acciones que se establecen en los organismos internacionales, para la promoción, defensa y restitución de la democracia en los pueblos. Incluidas aquellas que conllevan la suspensión de las ayudas y financiamientos inconstitucionales, a ese régimen tirano.
Y Cuarto. Que Venezuela por la presente niega que tenga ningún deseo ni intención de ejercer jurisdicción ni soberanía ni intervenir en el nuevo Gobierno de Cuba de no ser para su liberación y sustentación de un estado democrático y para retribuir a ese pueblo hermano su solidaridad y tradición de libertad y desarrollo en paz y armonía.
Como dije, soñar no cuesta nada, pero Dios conoce nuestros sueños. Será cuestión de tiempo; “el tiempo de Dios es perfecto”.
Daniel Comisso Urdaneta
contralmirante