¡Venezolanos aguerridos!, ¿hoy día?
Coronel (Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández
“Militares sin patria” fue el apodo dado por el Gobernador de la Provincia Cartagena de Indias, don Juan de Dios Amador, a los oficiales y soldados venezolanos que emigraron con Simón Bolívar a esa Provincia tras la pérdida, por segunda vez, de la República en 1814.
Luego de enormes vicisitudes Bolívar se embarca a las Antillas en voluntario exilio.
Los cartageneros, cansados de las intrigas e ineptitud del Comandante General de los Ejércitos de la Provincia de Cartagena, brigadier Manuel del Castillo, lo deponen y aclaman como jefe militar al general José Francisco Bermúdez.
Tocó a estos Militares venezolanos sin patria la defensa de Cartagena de Indias, sitiada por las fuerzas realistas comandadas por el Mariscal de Campo don Pablo Morillo, desde el 20 de agosto hasta el 6 de diciembre de 1815.
El sacrificio, valor, bizarría, heroísmos, derrochados por esos bravos Militares venezolanos sin patria arrancó expresiones de reconocimiento que publicó el historiador colombiano don José de la Vega en un artículo, con motivo del primer centenario del sitio de Cartagena de Indias, que extracto y transcribo en forma exacta:
“¡Qué heroísmo! ¡Qué abnegación para sacrificarlo todo en aras de la salvación de la patria! ~exclama un cartagenero que fue testigo presencial del sublime asedio~ Que la historia y la posteridad colombiana inmortalicen el nombre del general Palacios. Este jefe benemérito y los demás, nuestros hermanos de Venezuela, hicieron prodigios de valor sobre los muros, castillos y atrincheramientos de Cartagena, defendiéndola a todo trance contra más de ocho mil enemigos que la atacaron por mar y tierra”.
“A los hijos de Venezuela se refería el Mariscal de Campo don Pablo Morillo cuando informaba a su gobierno:
‘Son los franceses de América; por todas partes los encuentro haciéndome la guerra; de ellos salen jefes y oficiales para prolongar y sostener por doquier la guerra de exterminio que se ejecuta”
“Y el Virrey don Francisco de Montalvo, que en muchas cuestiones anduvo distanciado de Morillo, compartía con el áspero y bravo militar la enunciada apreciación:
‘El Gobierno revolucionario de Cartagena ~dirá a su sucesor~ contaba con todos los recursos del resto de las provincias del Virreinato, y a mayor abundamiento, con la cooperación de los venezolanos, y este verdaderamente era el poder que teníamos que resistir”
“…tómese nota de lo que informaba el propio Montalvo, como Capitán General del Nuevo Reino, en los días más crudos del sitio,…
‘…y los venezolanos son los obstinados en la defensa de la plaza y en mantenerla en su rebeldía: principalmente los caraqueños, teniendo a un tal Bermúdez por cabeza”.
“Sobra el lirismo y resulta innecesaria la fábula cuando ocurre hablar del papel que toca desempeñar a Venezuela en la magna epopeya: sus hijos llevan por doquier y enarbolan a todos los vientos el estandarte de la rebelión, y lo mismo batallan en las cumbres andinas ateridos por el frío de los páramos, que luchan bajo el sol canicular de nuestras llanuras inclementes; y desde Méjico hasta las regiones del Plata van dejando la impresión de sus aventuras inauditas, el eco de sus férvidas propagandas de libertad, el ejemplo ~vivo todavía~ de sus inmolaciones heroicas, y ¿por qué no decirlo? La huella sangrienta de sus implacables e inverosímiles crueldades. Son los descendientes de aquellos bravos capitanes que al comenzar del siglo XVI crearon a sangre y fuego un mundo sobre los escombros de razas degeneradas y caducas”.
“Sin los venezolanos ~escribió Posada Gutiérrez~ quien sabe si seríamos todavía colonos y si lo serían el Perú y Bolivia, y quien sabe si lo sería la América española toda”.
¿Dónde quedó esa bizarría del ejército venezolano, otrora Forjador de Libertades?
¿Esa bizarría y amor por la libertad pasó a “retiro” luego de derrotar a los facinerosos castro-comunistas en la década 1960 cuando le tocó luchar nuevamente por ¡NUESTRA SOBERANÍA!, hoy empañada y empeñada?
¡Ejército venezolano!…
¿AGUERRIDO HOY DÍA?
¿PALADÍN DE LA LIBERTAD?
¡VEREMOS!
Noviembre, 19 de 2011