RECORDANDO ALTAMIRA XXVIII
BRAVO ZULU a MARIA CORINA MACHADO
31 enero 2012
Bravo Zulú es la expresión marinera por excelencia utilizada para felicitar a cualquier individuo o unidad naval cuando ha ejecutado una acción valerosa y ejemplar, que por su trascendencia, enaltece no sólo a quien o quienes la han cumplido sino a toda la institución.
Como marino, le expreso a la Sra. María Corina Machado un contundente Bravo Zulú por la respuesta dada al tirano isleño y enemigo histórico de los supremos intereses y valores de nuestra patria.
Particularmente, me siento identificado y solidario, como el que más, con la totalidad del testimonio y reclamo expresado por MCM. Testimonio y reclamo que, muchos hemos estado esperando desde hace ya más de una década de haber caído en la trampa del proceso traidor cohonestado por líderes y dirigentes de alto nivel de los sectores político, militar y empresarial, quienes sabían desde siempre que se gestaba el oprobio revolucionario para degollar la joven democracia venezolana, destrozar las deterioradas y débiles instituciones del estado y con ello, instaurar el régimen deleznable que Fidel Castro siempre soñó y que junto a tiburón 1, nos han restregado en el rostro hasta saciarse y cuya vergüenza nos debe dar la fuerza para acabar con ello.
Trece años nos ha costado a los venezolanos aprender, entender, asimilar y aceptar nuestra realidad. Es ahora cuando, en este caso, una diputada y pre candidata presidencial logra plasmar en una carta, de manera precisa y concreta el fondo del problema, sin rodeos ni edulcorantes.
Trece años, para volver a la razón absoluta por la cual los venezolanos nos rebelamos el 11 de abril, por la cual marchamos, por la cual nos declaramos en desobediencia civil, por la que invocamos al artículo 350 de la constitución, por la cual fuimos al paro general, por la cual nos fuimos a la Plaza Altamira, por la cual luchamos en defensa de la libertad de expresión, en fin, por la cual han perdido la vida y la libertad muchos.
Si, queridos compatriotas, esa siempre fue la verdadera razón, solo que no se quiso asumir ese reto directo, hacia el “propio” centro de gravedad del problema.
Como oficial almirante, de la gloriosa Armada de la República de Venezuela (A.R.V.), siempre me esforcé, desde dentro de las FAN y luego por todos los medios que consideré necesarios, en alertar y denunciar este hecho. Aún mantengo mi argumento sobre la materialización de la hipótesis de conflicto nacional contra la penetración castro-comunista. Por tanto no puedo más que sentirme representado en la carta aludida.
Como oficial almirante; ¡Cuanto esperé por una manifestación así de alguno de los dirigentes políticos o militares, de los que dirigían a la sociedad civil, en los cruciales momentos de la lucha entre el 1999 y el 2005!
Recuerdo como si fuera hoy, cuando el 04 de julio de 2002, finalicé mi ponencia ante la Sala Plena del TSJ, durante el Ante Juicio de Mérito, haciendo dos solicitudes: “…Es por ello, Honorables Magistrados que con sumo respeto y con plena fe en Dios y en la Justicia;
- exijo como ciudadano mi derecho a que no se me discrimine por no permitir que se me obligue a aceptar y mucho menos apoyar una ideología y un proyecto político que no considero adecuado a mis valores, convicciones y principios democráticos ni apegado a la norma constitucional; y,
- solicito como oficial almirante de la Armada de la República Bolivariana de Venezuela, que no se me ordene ni obligue a comprometer e involucrar a la F.A.N. en ningún proyecto político revolucionario personal y partidista, porque es violatorio de la Constitución.”
Tan cierto es que se trató siempre de lo mismo, que el propio tiburón1 nos lo vuelve a recalcar cuando afirma que el 4F no fue un golpe de estado, sino la manifestación de la “juventud militar revolucionaria”, o sea, los nuevos traidores ganados a la causa castrista dentro de las FAN, quienes junto a los traidores reincidentes de siempre, dentro y fuera de ellas, cumpliendo el mandato del enemigo histórico de la patria, se levantaron en armas, asesinaron compatriotas y todo lo que ya sabemos. “El que tenga oídos que oiga”, digo yo ahora.
Pues bien, me permito exhortar a los nuevos dirigentes nacionales, en todos los sectores, pero sobre todo a los políticos, a la reserva institucional de las FAN, y a la juventud en general, que asuman esa dura verdad, sólo así podremos contar con líderes que, estando claros del mal que nos aqueja, no se dejen manipular hacia asuntos secundarios – que si bien son importantes - no van a la raíz del problema. Gobiernos ineficientes, mediocres, corruptos y manipuladores hemos tenido antes, pero en este caso estamos ante el peor de todos, puesto que ha superado a aquellos en sus defectos, con el agravante imperdonable de la alta traición a la Patria, aspecto que no podemos endilgar a ninguno de los anteriores.
Este tipo de manifestaciones, como la de MCM, deja entrever el talante que debe configurar a la dirigencia de la Nueva Venezuela. Como indica la sabiduría oriental: por muy largo que sea el camino siempre comienza con el primer paso. Nos tardamos trece años, pero ahora tenemos que fajarnos a dar los próximos pasos que nos toca, debemos retomar la actitud del bravo pueblo que nos exige el Himno Nacional y teníamos en “espera” del momento adecuado, ese momento debe ser propiciado durante los eventos de este año, sigamos adelante, ya estamos claros muchos más venezolanos que los de los años 1998 y 2002, hasta estos días.
Dios nos ayude en la gestación de la Nueva Venezuela, consolidada como un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, un Estado federal descentralizado, en el cual la educación y el trabajo sean los procesos fundamentales para alcanzar los logros, tal como nos propusimos en la constitución. Una Venezuela en la cual recuperemos nuestros valores éticos, principios y símbolos patrios. Una Venezuela, entonces sí, en la que serán pocas las siete estrellas, también las ocho, puesto que tendremos razones para incluir veinticuatro estrellas, las de los veintitrés estados y la de las dependencias federales marítimas y con ello dejar un claro y contundente testimonio de todo lo sufrido y del costo de los logros.
Esa es mi aspiración, espero sea compartida por muchos.
Daniel Comisso Urdaneta
contralmirante