Por Carlos E Méndez
Mayo 15, 2012
El presidente Barak Obama con apenas haber declarado que, personalmente y por razones de salud publica, consiente el que los homosexuales vivan en pareja, habría tenido para desembarazarse del compromiso con los gay que financian la campaña para su reelección, sin tener que haber tocado la sagrada (desde el punto de vista bíblico) institución del matrimonio.
Llama la atención que alguien con la cultura e inteligencia del presidente Obama, se pronuncie en plena campaña electoral en favor de un grupo minoritario como lo es la comunidad gay de su país, y se reste el voto de las mayorías que, por razones de moralidad religiosa, condenan el matrimonio entre personas del mismo sexo. Con este pronunciamiento, quien sale favorecida no es la candidatura de Obama, sino el índice porcentual de la comunidad gay, que tal vez estimulada por las declaraciones de este premio Nóbel de la Paz, se remonte en las encuestas.
Del ángulo desde donde lo miremos, estamos asistiendo al sepelio moral y religioso de un segmento de la sociedad norteamericana, quien hasta hace cinco décadas atrás habría juzgado obsceno y condenado de ipso facto el atrevimiento de su presidente. Obama hubiera tenido que renunciar ante la presión popular, puesto que la constitución americana establece explícitamente que “el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer“. Son algunos Estados de la Unión quienes unilateralmente y a partir de este milenio han venido celebrando matrimonios homosexuales, de la misma forma como en la década de los 70 La Corte Suprema de Justicia de los E.U., se vio empujada a legalizar el aborto ante una realidad inocultable.
El matrimonio jurídicamente hablando, es una sociedad o compromiso legal entre dos o mas personas. Si en el camino estas personas deciden separarse, pues, con romper el acuerdo tienen. Entonces, ¿para qué matrimoniarse si lo que se busca es garantizar el derecho sobre los bienes habidos en la comunidad? Y, ¿por qué y para qué se pronuncia Obama sobre un tema tan escabroso habiendo tantos otros asuntos de estado por resolver? Ya despejaremos esa incógnita y obtendremos la respuesta de la sociedad norteamericana en las elecciones del próximo noviembre.
Carlos E Méndez
~ El miedo tocó a la puerta; la fe abrió y no encontró a nadie ~
~ El miedo tocó a la puerta; la fe abrió y no encontró a nadie ~