Miércoles, 14 de Noviembre de 2012
It’s the economy, stupid…
… Esto lo dijo James Carville, estratega de la campaña de Bill
Clinton en 1992, en un momento cuando Bush padre tenía el 90% de
aceptación, como resultado de los éxitos en política exterior, como el
fin de la Guerra Fría y la Guerra del Golfo Pérsico. Explicaba Carville
-ese entonces- que Clinton debía enfocarse sobre cuestiones más
relacionadas con la vida cotidiana de los ciudadanos y sus necesidades
más inmediatas. Tan contundente fue el mensaje que un triunfo
prácticamente virtual de Bush se transformó al final en una derrota
histórica
Si bien es cierto en las últimas elecciones presidenciales del 7 de
octubre no se planteó con claridad el tema económico venezolano como un
problema estructural y de quiebre por parte de un régimen comprometido a
sustituir una forma de producción universal libre y competitiva, no es
menos cierto que el mismo estuvo solapado en la propuesta de progreso
planteada por Henrique Capriles señalando el camino de la educación como
condición -sine qua non- para lograrlo
Haciendo un análisis en frío de estos comicios después de un poco
más de un mes, los resultados finales subestimaron una realidad
económica sumamente grave, donde el 80% de lo que se consume en el país
es importado, que ahora -como nunca- somos un Estado monoproductor
(petrolero), con una inflación muy alta de dos dígitos, una cesta básica
cuyo precio duplica al salario mínimo, un poder adquisitivo deprimido y
devaluado, con una progresiva pérdida de calidad de vida de las grandes
mayorías nacionales
La alternativa democrática ofreció la reducción de la vulnerabilidad y
dependencia económica del extranjero mediante el incentivo a la
producción nacional de bienes y servicios con apoyo del sector privado,
generando mayores oportunidades y capacidades, aumento del salario
mínimo a 2.500 bolívares a partir del 1 de enero de 2013, tickeras de
consumo y subsidio a las medicinas de pensionados y jubilados;
negociación de todos los contratos colectivos vencidos por años de todos
de los empleados públicos y trabajadores de empresas estatales, respeto
a las conquistas laborales y a las libertades democráticas sindicales;
saneamiento y recuperación productiva de las empresas de Guayana y de
Pdvsa, reducción de la inflación y mejoramiento del poder adquisitivo,
programa de empleos a jóvenes y mayores de inmediato; entre otras
posibilidades viables y factibles económicas en procura de una mejora
sustancial de las condiciones socio-económicas y, por ende, del
desarrollo humano de todos sin excepción con garantías de libertades y
de emprendimientos en todas las áreas potenciales de progreso y
desarrollo, primando el turismo como una de las actividades alternas
generadoras no solo de empleos decentes sino también de divisas.
El candidato ganador, del continuismo, insistió en la ideologización
de la economía, para hacerla centralizada y estatista, promesa que ahora
se clarifica, una vez más, como una amenaza real de radicalización del
proceso revolucionario plasmado en la segunda etapa del plan socialista
comunista a ponerse el ejecútese el próximo año, y que el presidente en
los últimos días trastoca como proceso constituyente
Esta sociedad que mantiene su desacuerdo y rechazo a la implantación
de un régimen socialista comunista, volvió a ratificar la confianza al
gobierno de Chávez por seis años más, pero sigue en la calle haciendo
los mismos reclamos de siempre, donde lo económico tiene mucho que ver
Internacionalista.
Pueden oírme en Diplomacia de Micrófono, con Tello Benítez, 7:00 a 8:00 am por Skandalo 90.3 FM en Ciudad Bolívar y, 106.9 FM en Puerto Ordaz.
@renenunezr
http//:elportachueloderene.blogspot.com
FUENTE: Correo del Caroní