Cubanización
28.02.201312:30 PM
Muchos signos de mimetización a la
cubana aparecen por todas partes. Ya no se sabe si usted está en La
Habana o en Caracas. Muchas veces no hay ninguna duda de estar en Cuba.
Hay zonas de Caracas, como en el centro, en donde no es extraño escuchar
el sonsonete cubano mientras se toma un café. Están por todas partes.
Están en ministerios, en embajadas, en el sistema de salud, en
hospitales, en cuarteles. No faltan en el campo, en las sedes
deportivas, en cooperativas de artesanos, en las policías. También están
en el gobierno.
Se llevan unos 10 mil millones de dólares cada año. Controlan los sistemas de identificación, la salud del presidente y hasta la seguridad personal del círculo familiar de Chávez. Y no fue difícil. El oficialismo (antes chavismo, ahora madurismo) les abrió la puerta, la caja registradora y hasta los dólares de Pdvsa. Pero los signos de cubanización van más allá de la teoría, los contratos y la forma de hablar. Es cosa de observar bien para encontrar pedacitos de La Habana o de Santiago por todas partes. Hasta Nicolás Maduro, cuando está en plan de discurso, habla con un cubano de película en blanco y negro de los años 50.
Hay partes de las parroquias Altagracia, San Agustín o San Juan que inevitablemente lo llevan de un viaje a las calles, aceras y paredes desvencijadas de todo. No se salvan ni casas ni bodegas. El modelo cubano está vivo ahí. Pobreza, suciedad, malos olores, descuido general. Ya es normal ver cómo, salvo los chavistas adinerados que andan en camionetotas o carros de lujo importados, los carretones arruinados son los que adornan las ciudades de Venezuela. Carros viejos, con plásticos pegados donde debería ir un vidrio, sin luces, con manchas grises de base para pintura, cables afuera. Carros de más de 40 años. Como en Cuba. Ni más ni menos.
Vargas con solamente recorrer las playas de la zona central del estado alcanzará la gloria, descubrirá las diferencias claras que hay entre un Estado responsable y un hato de locos hablador de pistoladas. Turismo, seremos una potencia mundial en turismo. Así hablan los castrochavistas. Pajística revolucionaria. La verdad es que les importa un pito. En 14 años no han podido mejorar ni siquiera una de las playas de Vargas. ¿Qué tiene qué ver Cancún o Aruba con este cartón del Caribe mantenido perfectamente con lo mejor del modelo cubano? Hasta excrementos flotan en las playas más concurridas. Pero insisten en mantenerse en el poder para terminar de degradar lo que queda de país. Porque todo el país tiene sus ribetes cubanos y sus pedacitos de Vargas.
Métase una vueltica por Guatire o Guarenas. Use el metro de Caracas a cualquier hora. Camine por las calles de Candelaria, mire las aceras de la avenida Urdaneta. Trate de dar un paseo por un parque o plaza del centro de Caracas. No es Venezuela, es Cuba. El modelo cubano que importó el clan Chávez está en todas partes. Recorra la avenida Libertador abarrotada de basura, escombros, mendigos y prostitutas de punta a punta. Es normal. Como en Cuba. A nadie le molesta y a nadie le sorprende. Como en Cuba.
¿Está ganando la costumbre o la resignación?
Twitter: @ejrl
Se llevan unos 10 mil millones de dólares cada año. Controlan los sistemas de identificación, la salud del presidente y hasta la seguridad personal del círculo familiar de Chávez. Y no fue difícil. El oficialismo (antes chavismo, ahora madurismo) les abrió la puerta, la caja registradora y hasta los dólares de Pdvsa. Pero los signos de cubanización van más allá de la teoría, los contratos y la forma de hablar. Es cosa de observar bien para encontrar pedacitos de La Habana o de Santiago por todas partes. Hasta Nicolás Maduro, cuando está en plan de discurso, habla con un cubano de película en blanco y negro de los años 50.
Hay partes de las parroquias Altagracia, San Agustín o San Juan que inevitablemente lo llevan de un viaje a las calles, aceras y paredes desvencijadas de todo. No se salvan ni casas ni bodegas. El modelo cubano está vivo ahí. Pobreza, suciedad, malos olores, descuido general. Ya es normal ver cómo, salvo los chavistas adinerados que andan en camionetotas o carros de lujo importados, los carretones arruinados son los que adornan las ciudades de Venezuela. Carros viejos, con plásticos pegados donde debería ir un vidrio, sin luces, con manchas grises de base para pintura, cables afuera. Carros de más de 40 años. Como en Cuba. Ni más ni menos.
Vargas con solamente recorrer las playas de la zona central del estado alcanzará la gloria, descubrirá las diferencias claras que hay entre un Estado responsable y un hato de locos hablador de pistoladas. Turismo, seremos una potencia mundial en turismo. Así hablan los castrochavistas. Pajística revolucionaria. La verdad es que les importa un pito. En 14 años no han podido mejorar ni siquiera una de las playas de Vargas. ¿Qué tiene qué ver Cancún o Aruba con este cartón del Caribe mantenido perfectamente con lo mejor del modelo cubano? Hasta excrementos flotan en las playas más concurridas. Pero insisten en mantenerse en el poder para terminar de degradar lo que queda de país. Porque todo el país tiene sus ribetes cubanos y sus pedacitos de Vargas.
Métase una vueltica por Guatire o Guarenas. Use el metro de Caracas a cualquier hora. Camine por las calles de Candelaria, mire las aceras de la avenida Urdaneta. Trate de dar un paseo por un parque o plaza del centro de Caracas. No es Venezuela, es Cuba. El modelo cubano que importó el clan Chávez está en todas partes. Recorra la avenida Libertador abarrotada de basura, escombros, mendigos y prostitutas de punta a punta. Es normal. Como en Cuba. A nadie le molesta y a nadie le sorprende. Como en Cuba.
¿Está ganando la costumbre o la resignación?
Twitter: @ejrl
FUENTE: El Universal