25 de octubre de 2013 15:43
Maduro,
Si Comes Flores Te Envenenan
Por: Alberto Franceschi G.
El pensamiento bazofia que pretende condenarnos a los avernos, debe
ser descuartizado mediante la crítica implacable, para no permitir que
nos hagan sucumbir en el escepticismo. El remedio es sencillo para
evitarlo: no dejar de sentir y de propalar que el final está cerca.
Esta noción es vital para comprender que nada de lo que ocurra, por
más extravagante que sea, como decretar una burocracia para la
felicidad, puede considerarse un síntoma de estabilización de este
gobierno de pacotilla.
Porque además del pensamiento bazofia que
supura el régimen, en su diarrea de cobas diarias, tenemos el de
nuestras propias oposiciones, ya sean las ideas de los ilusos y
alcahuetes o las de los “radicales” que ven comunismo hasta en la cola
amena de un cine.
Leyendo comentarios que me envían por correo privado, acerca de mi
supuestamente infundado optimismo, sobre una rápida salida del régimen
“madurista”, por agonía manifiesta, los sempiternos pájaros de mal
agüero del anticomunismo visceral se explayan, una vez más, en toda su
capacidad de escepticismo, como si tuviera mérito el agregado conceptual
de simplismos que llegan a la sinrazón, tratando de demostrar que
aquí se vive, al igual que en Cuba, en otro régimen Castro comunista,
como el que les echó baygon hace 5 décadas y les exilió.
Por supuesto sabemos de sus mártires, nos duelen como propios, y
condenamos las calamidades y sufrimientos para el conjunto de la
población, salvo para los de la suertuda vida de burócratas del Partido
Comunista.
Sabemos también de las complicidades de nuestros gobiernos, me
refiero a los anteriores al oprobio mal llamado “bolivariano”, y que
desde 1969 alcahuetearon también la tiranía del barbudo, por
inexplicables “razones de estado” donde el cordero del sacrificio
siempre fue el pueblo cubano.
Y aunque comprendemos la buena intención con la que muchas veces
ven nuestras realidades, no nos escapa que los cubanos del exilio,
subsumidos en la rabia e impotencia, solo pueden concebirnos bajo un
signo de igual desgracia, proyectando la suya, nacida de su historia
de sumisiones y de fuga, casi como para no sentir la
excepcionalidad vergonzosa de su esclavitud consentida como fatalidad.
Dicho casi groseramente: muchos del exilio cubano casi que nos
desean igual suerte que la propia, para poder perdonarse a sí mismos
que sean los únicos que han padecido en el continente 55 años de oprobio
totalitario socialista. Hay uno de sus connotados bocones, que hasta
escribe libros dando por sellada definidamente nuestra suerte como
nación a la que titula perdida para siempre.
Hace rato se me acabaron los argumentos más sencillos y complejos
para demostrar que nuestro país ES DISTINTO A CUBA, y que cuando nos
faltan 10 ó 15 productos y decimos esto está igual a Cuba, solo puede
admitirse como una muestra de nuestra venganza para ridiculizar el
excepcional salvajismo de esta trulla de incapaces y ladrones que nos
gobierna.
Pero la única verdad es que aquí de mil artículos fallan 15, en Cuba
hay 15 de cada mil y fallan 985. Cuba es una nación en escombros,
físico y social y a esta, nuestra Venezuela, todavía no han logrado
llevarla hasta allí, porque cada día un laborioso y excepcional
capitalismo masivo y profundamente arraigado, impulsa todas las fibras y
nervios vitales de 90 de cada 100 compatriotas, que salen a ganarse su
arepa, aunque esté cada vez más cuadrada.
Estoy escribiendo sobre este tema porque el escepticismo embarga a cada vez más venezolanos, sobre todo después de creado el “ministerio para la felicidad total del pueblo”
que denota que el gobierno está a un paso de sentarse, en mesa redonda
con su presidente irrito y sus ministros focas, a degustar platos con
muestras de variadas excresencias “delicateses” de burro, gato, perro,
caimán, zamuro etc.
Imagínense el ridículo universal que estamos padeciendo. Pero tómenlo
con calma y frialdad… esto es un buen síntoma. Cuando la demencialidad
de los gobernantes ya expresan ausencia total de conexión con la
realidad, el final está más cerca que nunca.
Ni esto es Cuba NI SERÁ NUNCA Cuba. Es un gobierno de ladrones, un
régimen en descomposición acelerada que está dando sus últimas pancadas
de ahogado, están raspando la olla.
Si están aún vivos, es porque sus socios y conmilitones del ala
militar alcahuete y de los politiqueros de la oposición ridícula esta,
les brindan sobrevivencia sobre todo ahora cuando quieren volver al
matadero electoral del 8 D, pero con garantías que les den unos
pellejos y hasta unos buenos trozos de hígado y mondongos para sus
adeptos clientelares.
Ya es indignante la verborragia de nuestros demagogos de oficio,
que nos pintan las elecciones como si esta vez sí fuesen muy
decisivas para acabar con el gobiernito, cuando saben perfectamente,
porque lo deben haber pactado por sus peticiones mínimas de
sobrevivencia, que ya se inventarán como sigue esta ridícula comedia,
mediante la cabronería a las cifras del CNE, si es que llegamos allá,
que son salud para Maduro, aunque sea de terapia intensiva. Porque lo
otro es creer como la MUD que por fin lo logramos: el gobierno decretó
la felicidad. Me preocupó la salud mental del presidente cuando decretó
su Ministerio De La Felicidad el mismo día que anduvo ofreciéndole
florecitas a la PC, ¿no se las habrá comido, mi “chofel en jefe” y me lo envenenaron o eran alucinógenas y salió usted con ese ministerio de la felicidad?
REMISIÓN: Alberto Franceschi G.