Martes, 26 Nov 2013.
Hagan Cola El País Está de Remate…
Por: Alberto Franceschi G
Si yo tuviera una gran tienda,
de lo que sea, y me obligaran a
rematar la mercancía al precio de Maduro, cerraría, y si violentan la puerta y me saquean,
entonces haré percibir claramente el
mensaje de rebelión contra el gobierno lumpen,
que solo quiere mi desgracia para ellos
ganar un efímero apoyo popular.
Por supuesto el que tiene la tienda no dice
lo del pobre árabe de El Tigre: “hubiera preferido que me saquearan”,
cuando le obligaron a vender a 7 Bs lo
que había comprado a 40 o 50 Bs.
Porque salvar 7 implica que
por lo menos podrás liquidar lo que le debas al
personal, quizá el alquiler y las
facturas de luz y teléfono.
Todo el valor monetario para efectuar la
reposición, sin utilidad alguna y muchas
veces con pérdidas masivas, se esfumó, se fue rematado a los bolsillos de las gente de las largas
colas, que se ensañan contra el que hizo
dinero, o logró sobrevivir todos estos años, con lo que cobró a otros y que eventualmente debe ahora
vender
a mitad de precio, el mismo otro TV plasma para el cuarto principal, que tres meses antes le habían comprado para
el recibo.
Nunca
antes los venezolanos estrenarán tanta ropa como en estas
navidades. Esto hasta podría ser parte de un spot
publicitario del régimen agónico, para
tratar de demostrar el vigor de su populismo. Si no lo hacen es porque deben
quedar algunos, con un dedo de frente, que presagien que este agotamiento masivo de inventarios se
volverá contra ellos en pocos días.
Sé que lo dicho son aparentes obviedades,
pero si no se analizan estaríamos ausentes del país real, que abandonó sus
trabajos y cualquier otra ocupación,
para irse a las colas de liquidación,
con la sabia intuición que vienen tiempos de escases y carestía como
nunca antes.
Porque
hasta con un nuevo régimen deberán pasar meses y en algunos casos años,
para reponer el nivel de inventarios que fueron a parar a la hoguera de precios
de esta operación demagógica ilimitada,
con la que Maduro pretende contra toda evidencia prorrogar su mandato
espurio.
En las actuales circunstancias, fotografiadas
en el país volcado a las colas frente a las tiendas y centros comerciales, no se
valen ninguno de los anatemas morales vertidos contra la gente. Porque
hay que distinguir radicalmente lo que está
representado en esas larguísimas colas de ciudadanos de probadas conductas más bien resignadas y borregas de lo que todos estos años les enseñó la MUD de cuentadantes y sus
clientelas, calándose todos los atropellos gubernamentales, y diferenciarlos
taxativamente de la horda dispuesta al malandraje
del saqueo, que tienen simpatía, hasta que te toca ser su víctima directa y
entonces lo condenas.
En el saqueo de DAKA Valencia se vio el “país
del perraje”, y el país decente
además temeroso de las consecuencias sociales desgarrantes que ocasionan ese tipo de conductas propias
de sociópatas.
Efectivamente el “gen perraje” ha hecho su aparición
en los escasos saqueos, pero en las interminables y ordenadas colas
esperando llegar hasta el mostrador, solo quieren
hacer valer los sueldos y
salarios pulverizados por la inflación,
que ha seguido la devaluación ante el dólar paralelo
como perro a su amo.
Pero ya que hablamos de perraje me permito la siguiente reflexión: El perraje
amigos no es una caracterización social que englobe en exclusividad a
sectores de miseria atroz, hay perraje de clase media y también en la última
década apareció con fuerza hasta en la alta burguesía, que se nutrió, aunque sean bastardos sus
ingresos, hasta con apellidotes allegados al régimen malandro.
DAKA
por ejemplo tiene al parecer, como otras
grandes tiendas, fuertes padrinos en el
alto gobierno y pudo efectivamente haber perdido y ver disminuido el poder de
los suyos, con tantos remezones en las cambiantes carteras gubernamentales de la economía, en las últimas semanas.
A
Maduro, que no ha necesitado ir a una tienda de esas en los últimos 15 años, es
mas no sé si existían antes de gobierno chavista, le soplaron ese nombre y ese que sopló, quizá tampoco imaginó que de
inmediato activaría el “gen perraje” de clase media.
En
ese saqueo de la DAKA de Valencia se ven demasiados fenómenos socio-culturales juntos, donde lo central es que se ha manifestado ese “gen
perraje” que ya estaba en pleno desarrollo en 1989, cuando ocurrió el
Caracazo y estaba en pleno auge la miseria, con el fin abrupto de la movilidad social y
sobre todo la misma cultura del consumismo frustrado, aunque de aspiración
desenfrenada, que nos ha caracterizado, sobre todo en materia de equipos
sofisticados propios de alto estándar de consumos de “prestigio social”.
Aunque a los simplistas les duela admitirlo,
aquí quedaron retratados e incorporados y
explícitos, en sus manifestaciones de conductas públicas y privadas como
expresión de estos nuevos fenómenos sociológicos, tras el experimento social del chavismo y el
ascenso de movilidad social importante, como en de los años 60, que elevó niveles de ingreso de
forma sustancial y que en los años 70
los pervirtió al generarlos sin el menor
esfuerzo, como ha ocurrido de nuevo en
los años del chavismo, con petróleo a
100 dólares el barril.
Esto
generó una diferenciación político-social que llegó hasta la burguesía,
haciendo visible en la BOLIBURGUESIA, en sus banqueros, grandes importadores, negociadores de papeles
financieros del Estado etc, los conspicuos
rojos rojitos, que exhiben enormes fortunas y su secreta admiración por amasar en grande
la moneda del imperio, que dicen odiar
en declaraciones para consumo de idiotas.
Lo importante a retener, sin embargo, es que cuales quieras sean las conductas de la población,
masificada en comportamientos
atípicos, generados por el miedo,
por manipulaciones politiqueras o por simples
imitaciones rebuscadas en el acervo de
lo inédito de una psiquis social
fracturada, caótica y en búsqueda inconsciente de un nuevo orden, por lo manifiestamente agresor que le resulta el actual, la espera
impaciente que genera zozobra y caudales
de rumores en crecimiento, anuncian
sin vuelta atrás, que se acercan días y
horas de graves consecuencias para moldear el futuro de años de nuestro tejido
social e institucional que, aun a pesar del chavismo, ha dado un mínimo de coherencia a nuestra
vida civilizada.
Y por donde quiera que se vea presiento que
si el hilo constitucional se rompe, como ya lo rompió Maduro, ya habrá manera
de volverlo a empatar, pero esto no se
verá desde las colas de comparadores de remate de inventarios, porque
el remate del país será de madrugada: las fracciones militares tienen la
primera opción una vez que el liderazgo civil se chorreó el 16 de abril. Ojala
que comprándolo barato una vez rematadas
sus riquezas e inventarios, se
pueda reconstruir todo con trabajo
productivo y disciplina de la dictadura de la ley, desde la óptica de
construcción de Un Nuevo Orden.
REMISIÓN: Germán Guillén