LA DEMOCRACIA
LIBERAL VS.
EL NEO-COMUNISMO COLONIAL (III)
Por: Cesar Guillen Citterio
La actitud inescrupulosa del Comunismo, se puede demostrar en las aventuras
en el África de los años 70, estas acciones fueron en parte producto de la
política timorata y zigzagueante de los gobiernos democráticos occidentales de
entonces y de Norteamérica principalmente. (La “prudencia del comportamiento
democrático”, descrito en nuestro artículo numero I)
Esta actitud de indecisión y temor a la condena internacional recientemente
terminado el conflicto de Vietnam, permitió que los Rusos y sus cipayos cubanos
volcaran enormes recursos en hombres y equipos militares, a las fuerzas
marxistas de la región (Angola, Mozambique, Congo, Etiopia, etc.) bajo la falsa
bandera de ayuda a la liberación de los pueblos del yugo capitalista y
Colonial.
El presidente para entonces Gerald
Ford y su gabinete no lograron conseguir el apoyo del congreso para enviar
recursos a las fuerzas democráticas. En 1975 todavía estaba fresco el síndrome de
Vietnam. El congreso norteamericano autónomo, prohibió toda ayuda exterior
(Enmienda Clark) Esta política tuvo su mayor aplicación durante el mandato del
irresoluto y ambiguo presidente Jimmy Carter. (Convertido ahora en un Moderno
mercader del arbitraje democrático)
Mientras las democracias se ajustaban
a los procedimientos habituales del apego a las leyes y a la constitución, los
regímenes comunistas sin permiso ni debate, enviaban 300 mil soldados-esclavos
cubanos al África, mientras los Rusos proporcionaban todo tipo de material bélico y toda la logística militar.
En las sociedades democráticas, las protestas de los ciudadanos en las
calles ejerciendo sus derechos de opinión en contra de la guerra de Vietnam y
de la invasión de Camboya (Aun ignorantes de la realidad por venir) eran
celebradas y difundidas por el comunismo internacional. Estos tomaban lo que en
una democracia es perfectamente normal “Protestar”, como una interpretación de
apoyo al “sistema comunista liberador” que ciertamente se estaba instalando y
después se instaló en el sureste asiático.
Sin embargo toda manifestación de
protesta ciudadana desapareció y por supuesto estas nunca
sucedieron en los países comunistas, al descubrirse posteriormente, la cruda y
cínica realidad de la violencia del
régimen de Hanoi, el intento de invasión de la China de Mao al propio Vietnam,
el genocidio criminal de Camboya a manos del líder rojo Pol Pot y la posterior y
abusiva invasión Soviética de Afganistán.
El Iluso y manido estribillo
libertario del “1,2,3 Vietnam” del
Che Guevara, entonado por la juventud radical y emotiva latinoamericana, quedo
en desuso vergonzosamente, traicionado por sus propios promotores.
REMISIÓN: César Guillén C.