VALORES DEMOCRATICOS-Cesar Guillen
Citterio- Movimiento Laborista
EL
RESENTIMIENTO SOCIAL, COMO JUSTIFICACION DEL FRACASO.
Siempre se ha
utilizado el resentimiento social como una flecha envenenada contra el sistema
democrático, sin saber que esta es una característica simplemente individual
por problemas personales no superados. El resentido social tiene una
personalidad de memoria contumaz, es decir persiste en el error. La mayoría de
las veces se siente incapaz, es irresoluto y moldeable.
Al adquirir
alguna posición de poder se vuelve temible y cínico, dispuesto a vengarse, sin
saber de quién ni porque. Nunca agradece ningún favor ni ayuda. Se torna
hipócrita, ladino y traicionero. Nunca asume responsabilidades, la culpa es
siempre de los demás que le quieren hacer daño.
El resentido es
de conducta hipócrita y siempre trata de rodearse de vanos, acomplejados, ambiguos sexuales y
de otras formas de personalidades resentidas.
Un viejo proverbio romano decía que no había peores
tiranos que los esclavos, ni hombres más soberbios que los salidos de la nada.
Esta actitud
fue y ha sido siempre manipulada por los caudillos mesiánicos latinoamericanos,
pues ellos mismos son producto de esta singular conducta, donde reflejan la
poca capacidad intelectual para entender y afrontar virilmente las condiciones
y situaciones a la que nos expone a cada uno de los seres humanos las
circunstancias propias y particulares de la vida.
Un Ministro
Revolucionario de Agricultura, dijo que un médico tenía que ganar igual que un
agricultor y uno de educación dijo que no se podía educar mucho al pueblo porque
al estudiar se convertía en un burgués. Ejemplos claros y contundentes del
significado de este artículo.
Si el
Libertador hubiese pensado que la Lucha de la Independencia era un lujo de
algunos pudientes, y si el Gral. Páez, por el contrario veía que aquello era un
problema solo de los ricos mantuanos, jamás se hubieran sacrificado y
participado en ella. Así de simple.
Jamás le echaron
en cara a quienes les seguían, que habían sido huérfanos o pobres y con mala
suerte en la vida. Por el contrario asumieron sus circunstancias y la superaron
en bien de todos los venezolanos de ese tiempo. Nunca culparon de sus fracasos
a factores externos, no se le arrastraron a otros países, ni lloriquearon ni
manipularon a nadie.
Lo asumieron
como lo que eran. Hombres de coraje, de temple y de pensamiento libre. ¿Podemos
tomar de ellos por lo menos ese simple ejemplo?
IMAGEN: Cortesía Twtrland /Manuel Andara C.