La absurda doctrina militar chavista
Fernando Ochoa Antich.
Los cambios geopolíticos
derivados de la caída del Muro de Berlín y del auge de la Globalización,
trajeron como consecuencia la formulación
de un nuevo pensamiento militar
en numerosas fuerzas armadas a nivel mundial. En el caso venezolano se
instituyó la Doctrina Militar Bolivariana, estableciéndose tres lineamientos
estratégicos: el fortalecimiento del poder militar de la Nación, la
profundización de la unidad cívico militar y la participación popular en las tareas de la defensa
nacional. En concordancia con estos tres
lineamientos se modificó la macro estructural de la organización militar
transformando a las Fuerzas Armadas Nacionales
en Fuerza Armada Nacional, se asignaron responsabilidades en materia de seguridad de la Nación al
Estado y a la Sociedad Civil y se establecieron tres
funciones específicas para la Institución Armada: garantizar la independencia y
soberanía de la Nación, asegurando la integridad del espacio geográfico
mediante la defensa militar; cooperar en el mantenimiento del orden interno; y
participar en el desarrollo nacional.
Hasta aquí estas transformaciones parecían
aceptables y bien orientadas. Los estudios para diseñar una nueva doctrina
militar se iniciaron durante un taller presidido por Hugo Chávez durante los
días 12 y 13 de noviembre de 2004. Allí expuso su tesis de que el nuevo
pensamiento militar debería tomar en cuenta las experiencias de Bolívar,
Miranda, Guaicaipuro, Sucre y Zamora, estudiar las experiencias de la lucha
guerrillera para enfrentar la posibilidad de un conflicto similar a la Guerra
de Iraq como consecuencia de una intervención militar de los Estados Unidos.
Consideró acertada la estrategia propuesta por José Antonio Páez, ante una
posible invasión de la Santa Alianza, de establecer una línea de defensa en
profundidad. También propuso como objetivo estratégico fundamental la incorporación del pueblo a la defensa
nacional. En el mes de abril del año 2005, un nuevo foro organizado por la
comandancia del Ejército analizó los fundamentos teóricos de la Guerra de
Cuarta Generación y de la Guerra Asimétrica.
El resultado de ese análisis impulsó el
desarrollo de nuevos principios de empleo de la Fuerza Armada. Inicialmente se utilizaron
los conceptos que sustentan a la Guerra
de Cuarta Generación y a la Guerra Asimétrica. Sin embargo, los principios que
sustentan la Guerra de Cuarta Generación no fueron suficientemente considerados
en la revisión de nuestro pensamiento militar por considerar que habían sido
concebidos por los Estados Unidos. Al
contrario se aceptó a la Guerra Asimétrica como premisa fundamental para
orientar la nueva doctrina militar, entendiéndose esta concepción como la respuesta de uno de los actores en la
guerra frente a un oponente de mayor capacidad militar, sin enfatizar en la búsqueda
de una paridad de fuerzas, sino en el empleo de tácticas no convencionales. La
Guerra Asimétrica tendría carácter defensivo para resistir y repeler una
invasión que superaría la capacidad militar de la Fuerza Armada mediante la
utilización de todo el pueblo en acciones de resistencia.
.
La guerra de Tercera Generación se caracteriza por ser una guerra de
maniobra en la que se trata de neutralizar la potencia del enemigo mediante
la búsqueda de debilidades en su dispositivo para aplicar sobre ellas la potencia propia consiguiendo
de esta manera anular su capacidad operativa. En la defensa, se intenta atraer
al enemigo hacia el interior para aislarlo y destruirlo. La guerra de Cuarta
Generación corresponde a lo que actualmente se identifica como la guerra del
futuro, donde la ampliación del campo de batalla se dispersa en la totalidad de
la sociedad enemiga y en la que las acciones tácticas son conducidas por
pequeños grupos de rápida actuación. Es de gran importancia su capacidad de subsistencia por sus propios medios en el espacio donde van a operar. Esto
permitiría a un pequeño número de combatientes atacar y causar un gran daño a
elementos importantes en la retaguardia enemiga. Este hecho rompe el
esquema tradicional del conflicto al
disminuir el nivel operacional.
En definitiva, la concepción chavista de
la Defensa Nacional se orientó por los principios de la Guerra Asimétrica al
considerar, sin fundamento alguno, a los Estados Unidos como el enemigo
potencial de Venezuela y no evaluar nuestras verdaderas hipótesis de conflicto
y la multiplicidad de amenazas
existentes en contra de nuestra soberanía y estabilidad social. La tradicional
doctrina militar venezolana estaba orientada por los principios de la Guerra de
Tercera Generación y buscaba darle respuesta a estas hipótesis de
conflicto y a las reales amenazas de
nuestra sociedad. Es absurdo pensar que
una Fuerza Armada puede transformarse en corto tiempo, sin existir verdaderas
causas, de una estructura militar orientada a una Guerra de Tercera
Generación a una capaz de enfrentar
una Guerra Asimétrica con sólo haber
creado las Milicias Bolivarianas e insistir en una campaña de propaganda con la
bandera de la unión cívico militar. Cuestionar esta concepción de la defensa
nacional debería ser un permanente reto para las nuevas generaciones militares.
Es el único camino posible para recuperar el profesionalismo militar y
restablecer la institucionalidad de la Fuerza Armada.
Caracas, 22 de noviembre de 2015.
@FochoaAntich.