OPINIÓN
F.A.N., UNA VISIÓN RETROSPECTIVA Y
ACTUAL
Por: Jesús R. Malaver
V.
La retrospección incluye solo la evolución
de las Fuerzas Armadas Nacionales, en el plano de la influencia política de las
mismas, en la denominada era democrática venezolana, que arranca con el
gobierno de Rómulo Betancourt. La anterior a esta, fue una etapa plagada por la
imperancia de regímenes dictatoriales de corte militarista, hasta el 13 de
febrero de 1959. La nueva tendencia de lo militar bajo la ´´democracia
representativa, responsable y alternativa´´, era según la Carta Magna del 61,
en su artículo 132...´´Las Fuerzas Armadas Nacionales forman una institución APOLITICA,
obediente y no deliberante, organizada por el Estado para asegurar la defensa
nacional, la estabilidad de las instituciones democráticas y el respeto a la
Constitución y a las leyes, cuyo acatamiento estará siempre por encima de
cualquier otra obligación. Las Fuerzas Armadas Nacionales estarán al servicio
de la República, y en ningún caso al de una persona o parcialidad política´´. No
obstante, con flamante representación constitucional, a pocos años de la
democracia, las ansias políticas, de desobediencia y deliberancia conducen a un
sector militar, a rebelarse por primera vez,
cuando en la apacible ciudad de Barcelona, capital del Estado Anzoátegui,
el 26 de junio de 1961, un grupo de militares alzados en el Cuartel Pedro María
Freites hace armas contra el gobierno, acción esta no muy clara en la historia,
etiquetado como el ´´Barcelonazo´´, y neutralizado a la inmediatez por tropas
del Ejército leales a Betancourt. El segundo intento de sublevación militar,
más organizado y contundente contra el régimen de Betancourt, grupo comprometido
con ideología izquierdista, fue aquel
llevado a cabo un 4 de mayo de 1962, en una base naval de la ciudad de
Carúpano, en el oriente de Venezuela, con la participación en su mayoría de
oficiales medios y tropas, que fueron inmediatamente aplacados por los
contingentes leales al gobierno en ejercicio. Muchos fueron los fallecidos de
ambos bandos, heridos, detenidos, encarcelados y destituidos de sus
profesiones. Igualmente varios de los líderes y seguidores militares, se
incorporaron al beligerante ejército guerrillero que hacía armas contra las
políticas de Betancourt. Muy cercano al ´´Carupanazo´´, de nuevo el interés
político-militar, se ve plasmado en una violenta sublevación, -la tercera- ocurrida
en junio de 1962, esta vez en la ciudad costera central de Puerto Cabello,
donde tropas combinadas de las Fuerzas Armadas y civiles, toman la población,
con la intención de derrocar al gobierno vigente. Nuevamente fracasan en su
propósito, y la asonada conocida como el ´´Porteñazo´´, se convierte en un baño
de sangre con cientos de muertos, incluidos militares y civiles. El movimiento
era patrocinado por fuerzas vinculadas a partidos y organizaciones guerrilleras
de izquierda. En vista de esta ´´penetración´´ de las Fuerzas Armadas, por
factores políticos parciales del socialismo y el comunismo, estas son sometidas
a un proceso de depuración de elementos vinculados de una u otra forma, con
ideas subversivas.
Durante la década de los años 60, la
espiral de violencia política, conduce a los gobiernos de turno, a enfrentar
las guerrillas utilizando todas las fuerzas militares -Ejército, Armada y Aérea-, lo que lleva a
una derrota contundente de las fuerzas subversivas, y a un lamentable saldo de
muertos de ambos bandos. Se cometieron crímenes de lesa humanidad, violaciones
de los derechos humanos, que comprometían gravemente al estamento militar,
entrenado para tales fines en escuelas extranjeras especializadas en guerra
antisubversiva. Las Fuerzas Armadas comienzan a ser influidas y controladas por
el poder político, donde los Ministros de la Defensa eran escogidos y nombrados
por sus simpatías con el régimen, así como el Alto Mando Militar y otras
autoridades en las diversas fuerzas, violándose con ello la Constitución y
otras leyes de la República. Ciertos militares, incluidos Ministros de la
Defensa, comienzan a involucrarse en
hechos de corrupción administrativa, que escandalizaron al país, con recordados
casos como el de la Chatarra Militar,
las Fragatas Italianas, Misiles, Aviones G-222, Lanchas Anfibias, Lanchas
Patrulleras, y otros que condujeron al exilio a varios uniformados de alto y
medio rango. La política de los gobiernos de AD-COPEI, involucran a militares
en sus asuntos personales, familiares, políticos, administrativos, etc.,
exponiendo a la institución al desprestigio público nacional e internacional.
Durante los hechos conocidos como el
´´Caracazo´´, en febrero de 1989, el gobierno de CAP, ordena a su Ministro de
la Defensa para el momento, Gral. Ítalo del Valle Alliegro, intervenir en los
sucesos, produciéndose una masacre de civiles. En los hechos, varios militares
resultaron muertos, entre ellos el Capitán del Ejército Luis Felipe Acosta
Carles, en una incursión represiva contra sectores populares de la parroquia El
Valle. En fecha 4 de febrero de 1992, un alzamiento militar contra el régimen
de Carlos Andrés Pérez, dirigido por tropas del Ejército, liderizadas por el
Teniente Coronel Hugo Chávez y otros, a nombre del MBR-200, son derrotados y
detenidos por efectivos leales al gobierno vigente. Cientos de militares de
ambos bandos son muertos, así como cientos de heridos. Estos hechos se repiten
nueve meses después, exactamente el 27 de noviembre de 1992, cuando tropas
combinadas del Ejército y la Aviación, así como de civiles, se alzan
nuevamente, siendo derrotados por los
militares leales al gobierno. Varios son detenidos, otros escaparon al exilio,
cientos asesinados y heridos entre militares y civiles. El famoso artículo 132
de la Constitución era nuevamente violado flagrantemente. También los militares
involucrados directa y evidentemente en acciones de corte político, aunque en
el Título I, Capítulo 1, Sección I, Disposiciones Generales, de la Ley Orgánica
de las Fuerzas Armadas Nacionales, del 26-9-1983, el Artículo 6, rezaba
textualmente así: ´´El personal militar de todos los grados y categorías en
situación de actividad o disponibilidad, según el caso, no podrá tener
participación DIRECTA NI INDIRECTA EN LA POLITICA, ni ejercer ningún derecho
político. Igual prohibición regirá para los que estén movilizados para fines de
instrucción o en situación de emergencia´´. Mientras que el Artículo 7
decía...´´El militar con mando efectivo no podrá ejercer al mismo tiempo, cargo
POLITICO o administrativo en el orden civil´´. Unas cosas decían las leyes y
otra era la conducta de políticos y militares. Los militares de las dos
asonadas del 92 son encarcelados por espacio de dos años, siendo absueltos por
el gobierno de Caldera II, cuando las ordenanzas legales del país prescribían
otras sanciones/decisiones, para este tipo de delitos militares. A lo largo de
la historia castrense venezolana en la era democrática, en los cuarteles
existían problemas naturales y lógicos inherentes a la institución. Uno de los
que más molestaba siempre, era el relativo a los ascensos, que muchos
consideraban, era discriminatorios, y tenían un marcado tinte político, cuando
eran seleccionados militares simpatizantes del gobierno y partido, para cargos
de dirección, administrativos y oficiales, que no dejaban de ser discutidos y
aprobados por las autoridades cívico-políticas de los gobiernos de turno.
A
través del indulto presidencial del Presidente Caldera, del año 1994, los
llamados militares golpistas del 92, salen a las calles a hacer política pura,
en organizaciones como el MBR-200, luego convertido en el MVR, alzándose con el
triunfo en diciembre del 98, cuando el militar que dirigió la otrora
insurrección, alcanzaba la primera magistratura nacional. Echada por tierra la
Carta Magna del 61, y aprobada la del 99, le dedican a lo militar en el
Capítulo III De La Fuerza Armada Nacional en el
articulo 328 lo siguiente: ´´La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente
profesional, SIN MILITANCIA POLITICA, organizada por el Estado para garantizar
la independencia y soberanía de la Nación.....En el cumplimiento de sus
funciones, está al servicio de la Nación y en ningún caso al de persona o
parcialidad POLITICA alguna.....´´ Cuando en las administraciones anteriores
los militares no tenían derecho al sufragio, el novedoso régimen les crea el
Artículo 330...´´Los o las integrantes de la Fuerza Armada Nacional en
situación de actividad tienen derecho al sufragio de conformidad con la ley,
sin que les esté permitido optar a cargo de elección popular, ni participar en
actos de propaganda, militancia o proselitismo político´´. De nuevo las leyes
por un lado y la conducta militar por el otro. La demostración de que el
gobierno denominado como ´´Quinta República´´, es un proceso de corte militar,
no le deja dudas a nadie. Y que esta generación de militares, nacidos, criados
y desarrollados en los que ellos llaman la ´´Cuarta República´´, están
comprometidos hiperpolíticamente en la actual coyuntura de hace 17 años,
tampoco les deja dudas a nadie. Estamos en presencia de una nítida, puntual y
flagrante violación de su propia constitución y otras legislaciones. La
beligerante oposición contra este gobierno, registra en los anales, los
acontecimientos del 11 de abril de 2002, por todos conocida, sin un disparo
militar, ni bajas significativas en el sector castrense. Dos días después son
repuestos al poder. Nunca en la historia militar de Venezuela, esta fuerza
había gozado de tanto desprestigio, y de tan exagerada identificación,
militancia y activismo político, alta presencia en cargos y funciones
gubernamentales, al extremo de que
diversas investigaciones periodísticas y de instituciones nacionales
reconocidas, nos hablan de un estamento con una de las peores imágenes en el
tinglado de la infraestructura pública. Los militares desde hace más de década
y media, vienen siendo acusados de graves hechos de corrupción administrativa,
de violación de los Derechos Humanos, de participación en delitos comunes, de
traición a la patria, de discriminación hacia el resto de sus colegas, de mal
ejemplo nacional e internacional, de parcialidad político-partidista, de
privilegismo, nepotismo, y otros etcéteras. Las FAN, a pesar de sus problemas
internos, inherentes a todo grupo humano e institucional, era una fuerza de
respeto, que infundía seguridad nacional. Hoy en día es objetivo inclemente de
una delincuencia desbordada, que no le importa rango militar para asesinar.
Triste y lamentable es ver la cronología cotidiana donde las cifras criminales
nos indican una preocupante baja de efectivos de las Fuerzas Armadas, en todas
sus modalidades militares. Eso en los gobiernos del Pacto de Punto Fijo, era
prohibitivo para la delincuencia de esa etapa, por las contundentes
consecuencias que ello traía para aquel que atentara contra la vida de un
militar. Es indubitable que la política
infectó, contagió a parte de una
institución que debe ser modelo positivo, para la nación y el mundo. Es el
momento de rescatarla, e impedir su total destrucción. Aun estamos a tiempo.
Debemos reconstruir una nueva Fuerza Armada, de supremacía institucional, que
sea garante de un gobierno decente, de gente decente, de una sociedad y un país decente.
Jesus Malaverkanter53@hotmail.com
IMAGEN SUPERIOR: Por cortesía de: La Prédica Castro Comunista en Venezuela