Los parlamentarios opositores de la Asamblea Nacional (AN) están embarcados tras bastidores, en una pelea pecuniaria sin precedentes en Venezuela: reciben dietas en dólares o equivalentes en euros, pero unos menos y otros más, en una escala de dudosa equidad que va de 300 a 1.800 dólares por sesión o semanalmente. Multipliquen y saquen cuentas. Claro, todo en secreto, a espaldas del pueblo que los eligió en diciembre de 2015.
Por supuesto, los diputados de Voluntad Popular (VP), el partido liderado por Leopoldo López y Juan Guaidó, reciben entre 1.700 y 1.800 dólares por sesión cada semana, es decir, de 6.800 a 7.200 dólares mensuales, los picos más altos de la escala secreta que maneja el presidente de la AN y sus más allegados, sin injerencia de las otras fracciones políticas, que junto con VP integran el famoso «G4» (Acción Democrática, AD; Primero Justicia, PJ; y Un Nuevo Tiempo, UNT).
Estos «convidados de piedra» -igual que los de Causa R, muy cercana al G4 pero excluida de las decisiones clave- reciben las mesadas, pero no deciden ni tienen derecho a vulnerar el secreto que guardan celosamente Guaidó y VP, quienes administran los centenares de millones de dólares que desde enero pasado, han recibido del gobierno de Donald Trump ($270 MM al menos) y de gobiernos europeos, supuestamente para paliar la «crisis humanitaria», sin contar con los aportes del gobierno colombiano, partidas secretas que poco a poco se irán conociendo.
¿Dónde están los reales, Guaidó? Este pleito interno de los parlamentarios opositores en la AN, es la primera refriega pecuniaria «dolarizada» entre quienes proclaman lucha contra «la dictadura de Maduro», y de vez en cuando denuncian las tropelías de corrupción cometidas por civiles y militares afectos a los gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Lo más relevante del caso es que todos quieren recibir lo mismo; y tal vez, si así fuese, pues no se hubiese conocido que diputados y diputadas de oposición cobran sus dietas en dólares sin rubor, mientras los trabajadores y trabajadoras perciben remuneraciones con base en un salario mínimo mensual de 150.000 bolívares (unos $ 5 mensuales), más algunas bonificaciones atadas a ese mísero salario.
Juan Guaidó debe información concreta y cierta a la opinión pública, sobre estos millonarios aportes de gobiernos extranjeros: ¿cuánto ha recibido? ¿dónde están esos reales? ¿quién los administra? ¿cómo los administra? ¿cuánto de eso ha recibido el partido Voluntad Popular, y cuánto los otros partidos embarcados en la política de «cese de la usurpación»? Y, por supuesto, ¿cuál es la escala asignada a las dietas de los diputados de la AN bajo su conducción? No digo que la referida arriba sea 100 % exacta, pero fue la referida por al menos tres fuentes: una opositora, una independiente y una del Psuv.
Confidencialmente, se conoce que un grupo de diputados opositores ha planteado el enojoso tema formalmente en el seno del parlamento, pero el llamado «guaidoísmo» se ha irritado muchísimo y ha bloqueado cualquier discusión formal y pública al respecto, lo que deja muy mal parada a la bancada de Voluntad Popular, y compromete a sus socios del G4.
Lo complicado del caso es que es tema nacional, pero también internacional: el gobierno estadounidense «se ha bajado de la mula» muy duro apoyando a Guaidó, tanto con aportes de la USAID con supuestos fines «humanitarios», como los realizados por los departamentos de Defensa (Pentágono) y de Seguridad Nacional.
En algún momento, el Congreso de Estados Unidos, con mayoría demócrata, exigirá a Trump y sus halcones de la Casa Blanca rendir cuentas de las partidas asignadas y entregadas a Guaidó y compañía, para el derrocamiento del presidente Nicolás Maduro. Algo parecido ocurrirá en Colombia, incluyendo la preocupación legítima en cuanto a la aplicación de los pagos internacionales con fines humanitarios, referidos a los emigrantes venezolanos y la «ayuda humanitaria».
¿Y la Asamblea Nacional Constituyente? La investigación del siglo Pero, esto es tema también para la Asamblea Nacional Constituyente, presidida por el díscolo y agresivo Diosdado Cabello, primer vicepresidente del PSUV, y supuestamente «segundo hombre fuerte» del gobierno venezolano.
Ya que Juan Guaidó, presidente de la AN, y la mayoría opositora que la controla, se niegan a considerar e investigar dónde están y cómo se administran esos reales de origen extranjero, pues la ANC cuenta con todas las facultades para abrir una investigación, a la cual ni formal ni legalmente puede oponerse la Asamblea Nacional, según la Constitución vigente:
«Artículo 349 (…) Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente…»
Sería la investigación del siglo, por no decir el escándalo internacional de mayor trascendencia en América Latina y el Caribe, que podría arrastrar no solo a Guaidó y a VP al foso de la historia venezolana, sino al mismísimo gobierno de Donald Trump, principal sostén de la oposición de turno, bajo el inclemente escrutinio de la mayoría demócrata, que lo lleva por la ruta del juicio congresional y su posible destitución política.
Complicidades y temores Claro, las complicidades y temores propios no dan para mucho en el concierto político venezolano actual: se les podrían prender vigorosos y desesperados ventiladores, en medio de la orgía de acusaciones y contraacusaciones entre tirios y troyanos. Algo así como una muerte segura, ante un pueblo defraudado, traicionado, robado y maltratado de mil maneras por esa politiquería corrupta e irresponsable que nos mantiene entrampados y aparentemente sin salida.
Sin embargo, independientemente se esas complicidades y temores, a Juan Guaidó le toca -está obligado moralmente- rendir cuentas de los millones de dólares está manejando con su hermano Gustavo Guaidó, cuyos vínculos con connotados corruptos del chavismo como Pedro Torres Ciliberto y Pedro Torres Picón son protuberantes.
Se cierra el chorro financiero de EEUU Adicionalmente, surge otra complicación para Guaidó y VP: el gobierno de Dolnald Trump, con tantas contrariedades y riesgos encima, habría decidido cortar los aporte financieros a Guaidó & Co. (Esto no lo he reconfirmado ni se conoce públicamente, hasta hoy, pero fuentes confidenciales nos lo han asegurado como cierto, desde Estados Unidos).
Tres motivos básicos abonarían esa decisión del gobierno estadounidense:
1.- Los pocos resultados obtenidos por la oposición de turno, en cuanto al derrocamiento de Maduro;
2.- Lo impropio e inescrupuloso del manejo de los millones de dólares entregados por Trump a Guaidó & Co.;
y 3.- El mencionado riesgo de Trump, en medio de las investigaciones en su contra en el Congreso de Estados Unidos.
Manuel Isidro Molina – Periodista @manuelisidroXXI
FUENTE ORIGINAL: NOTICIAS BARQUISIMETO