RECORDANDO ALTAMIRA XCIX
¡¡¡CESE DEL DESPOTISMO USURPADOR!!!
¡¡¡FUERTE GOBIERNO DE TRANSICIÒN!!!
¡¡¡ELECCIONES EN PLENA LIBERTAD, QUE NO ES LO MISMO QUE ELECCIONES LIBRES!!!
DUCENTÈSIMO TRIGÈSIMO SÈPTIMO Y CENTÈSIMO NONAGÈSIMO SÈPTIMO ANIVERSARIOS
navigare necesse, vivere non necesse...al combate valientes marinos…Dios y Patria…nuestro excelso y glorioso pendòn…
24 julio 2020
Estimados compatriotas, como sabemos, los 24 de julio se conmemoran, en Venezuela, el natalicio del Libertador Simón Bolívar; la gesta de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, con la cual se consolidó nuestra independencia y por tal razón, el Día de la Armada de la República de Venezuela (A.R.V.)
El 24 de julio de 1998, tuve el honor de comandar la parada del Día de la Armada, en la Base Naval de Puerto Cabello. Lejos estaba yo de pensar lo que acaecería en nuestra amada patria y de que, ésa sería la última conmemoración de tales eventos históricos, en una Venezuela libre y democrática. Pero, en diciembre de ese mismo año, los venezolanos abrimos el paso a la revolución castro chavista e, inmediatamente (en realidad desde el mismo plan república) comencé a percibir que algo muy malo se nos vendría encima.
Hoy, ante la catástrofe nacional, no consigo forma ni expresión adecuada para manifestar júbilo alguno. Pero si me es imposible dejar de manifestarme en memoria a la otrora A.R.V., y recordar las razones por las cuales hasta 1998, podíamos sentirnos orgullosos de ser integrantes de la Armada de la República de Venezuela (A.R.V).
Hasta ese año de 1998; sin pretender soslayar deficiencias y errores que, como en toda institución, se presentaban y se establecían mecanismos para corregirlas; podemos afirmar que el desempeño de la institución siempre se mantuvo dentro de los marcos constitucionales y legales, no me queda duda sobre ello.
Siempre estuvimos orgullosos de cumplir con las tres líneas de acción principales, que se desprendían del marco legal establecido; Defensa Nacional; Salvaguarda Nacional, y Contribución al Desarrollo Nacional. Las discutíamos constantemente en actividades tanto académicas como en operaciones y desempeños de todas las unidades y establecimientos navales.
En la línea de la Defensa Nacional; manteníamos actualizados los planes de acción contra las amenazas históricas y vigentes hacia nuestros intereses y objetivos nacionales y neutralizábamos a nuestros enemigos en tiempo real, sin reservas ni contemplaciones. Nos esmerábamos en garantizar la soberanía, integridad e inviolabilidad de nuestros espacios acuáticos patrimoniales. Para ello nos manteníamos ejerciendo presencia en constante patrullaje y vigilancia. Cumplíamos con gran esfuerzo, sacrificio y profesionalismo nuestros planes anuales de operaciones con ejercicios; navales, aéreo-navales, anfibios, y numerosas operaciones nacionales e internacionales, entre otras; UNITAS; CAIMAN; VENBRAS; SPRING BOARD; HALCÒN VISTA; QUIGUA; SALAMANDRA; además de los adiestramientos independientes que cada comando realizaba, para que sus unidades pudieran ser calificadas y seleccionadas para participar en las mencionadas actividades, era un mérito que se veía recompensado con la “E” de eficiencia a la mejor unidad de cada comando, o por un sencillo mensaje de “BZ” (bravo-zulú), por medio del cual una unidad o un individuo de cualquier unidad, recibía felicitaciones de sus superiores o iguales. Nuestro apresto operacional se mantenía en niveles óptimos y bien ponderados con relación a las fuerzas navales del caribe y sur américa.
En la línea de la Salvaguarda Nacional, la cual ejercíamos en paralelo al de la Defensa; siempre manteníamos control, vigilancia y protección del patrimonio nacional. Con frecuencia nos vimos en la obligación de asumir ese rol, suspendiendo al momento, la ejecución de operaciones y ejercicios, y destacando unidades apenas se detectaban situaciones irregulares o emergencias de búsqueda y rescate a lo largo de nuestras zonas operacionales tanto en el mar como en las zonas fluviales. Actuábamos, dentro de nuestras atribuciones y en colaboración con las otras fuerzas e instituciones del país. Siempre en resguardo de la integridad del patrimonio y del entorno ambiental. Manteníamos constante vigilancia control y prevención, sobre posibles usurpaciones, explotaciones, usufructos y daños ambientales, que violaran nuestras leyes. Con gran sacrificio manteníamos presencia física permanente, en Isla de Aves y en Los Monjes con incipientes centros de alerta y estudios compartidos con centros de instituciones científicas acreditadas del país.
En la línea de la Contribución al Desarrollo de la Nación; nuestros centros de formación, capacitación y adiestramiento, formaban ciudadanos útiles a la Patria. Por medio de los comandos de guarnición en tierra, Bases, Apostaderos y Puestos Navales y Fluviales y de los Comandos de Infantería de Marina, se mantenían excelentes relaciones institucionales con los organismos y fuerzas vivas de cada región. Compartíamos nuestras instalaciones académicas, deportivas y recreacionales con innumerables escuelas y organizaciones de la localidad. Generábamos un polo de crecimiento económico en esos lugares. Ejecutábamos acciones cívicas y de apoyo logístico en la mayoría de las islas y zonas necesitadas de algún servicio, en nuestras áreas de influencia en todo el país.
En fin, la ARV, por lo antes descrito, era respetada admirada y amada, tanto por la gran familia naval, como por el resto del país. Y eso no es porque lo diga yo, sino porque lo viví y vivimos muchos. Nuestras familias, amistades y allegados, son testigos de todo ello.
Respetados compatriotas, como dije al principio, todo comenzó a cambiar en diciembre de 1998, a tal punto que al llegar a los actuales momentos, cuando hacemos una evaluación comparativa entre; lo que se hacía en la Armada de la República de Venezuela - y por extensión en las FAN - en ejecución del mandato constitucional, y; lo que podemos evidenciar realizan hoy, las milicias usurpadoras, podemos apreciar la gran diferencia y total degeneración que han sufrido estos roles, desde que le abrimos el paso a la peste del siglo XXI y los altos mandos permitieran el crecimiento del engendro de la milicia revolucionaria, de la traición.
Es pues tiempo de reaccionar y hacer algo al respecto, de desconocer y deponer a todo mando traidor y subordinado al Grupo Delincuencial Transnacional que usurpa el poder, tiraniza y destruye a Venezuela y sus ciudadanos. Sólo así podremos volver a sentir aquel orgullo, al oír las gloriosas notas y letras de la Marcha Épica de la Armada.
Estimados compatriotas, cuando uno pierde algo muy valioso sale a buscarlo y a recuperarlo, a menos que no haya percibido que lo perdió. Les aseguro que ese no es nuestro caso.
Siempre habrá tiempo para reaccionar contra el tirano, pero mientras más tardemos será más costosa y lamentable la situación encontrada.
Daniel Comisso Urdaneta
Contralmirante
A.R.V.
(Jamás arbv)