Uniformados, un poquito más de decencia
Saliendo de los episodios de nuestra historia, quiero comentar algunas demostraciones de caballerosidad de un personaje muy reconocido militarmente en el mundo entero: el general Douglas MacArthur, quien sirvió a su patria, uniformado, más de cincuenta años, y que peleó en tres guerras: las dos mundiales y la de Corea. Y antes, estuvo en la ocupación de Veracruz por el ejército estadounidense. Se sintió muy dolido cuando Truman le quitó el mando supremo en el momento en que acometía victorioso y tenía acorraladas a las tropas enemigas —norcoreanas y chinas— en el río Yalú, límite con China. Explicó que era de una necesidad estratégica continuar con el ataque hasta entrar en territorio chino. Sin embargo, Truman, temeroso de que aumentara el conflicto hasta convertirse en una tercera guerra mundial, lo cesó en el mando. Pocos meses más tarde, fue invitado para tomar la palabra en una sesión conjunta del Congreso. No empleó la oportunidad para denigrar a quien lo había destituido. Por el contrario, reconoció que el mando civil es supremo, que el asunto estaba por encima de meras razones militares porque era del interés nacional. Pero sí dejó claro que, en su opinión como avezado analista estratégico, había que parar las pretensiones de China. ¡Ah, si le hubieran hecho caso en 1951!
Al aceptar que su vida al servicio de la patria ha terminado, finaliza con una frase que se ha convertido en el nombre del discurso: "all soldiers never die; they just fade away".
Otro discurso que le ha dado un relieve muy alto en la ética militar (y que el tal Padrino debiera estudiar) es el que pronunció en la Academia Militar de Estados Unidos, la famosa West Point. Durante mucho tiempo fue instructor y oficial de planta allí, y llegó a ser su comandante. Es el titulado "Duty, honor, country" y que constituye el deber ser del militar, su preocupación profesional capital. En cualquier país. Explica que ese lema representa "un gran código moral —el código de conducta y de caballerosidad de quienes deben resguardar esta amada tierra, su cultura y su antigua ascendencia". Más adelante explica que los asuntos controversiales en lo internacional y lo nacional hay que dejárselos a las autoridades civiles para que los discutan y resuelvan. Que los militares, como guardianes de la nación, no tienen parte en ellos; que solo deben mantenerse "serene, calm, aloft," hasta que el mando civil decida emplearlos en "la arena del combate". Eso es lo que no ha entendido la actual cúpula militar venezolana, con el tal Padrino a la cabeza, tan indebidamente ávida de intervención política; peor aún: partidista y sectaria.
Termina el discurso con una frase que es muy querida para mí, que también fui comandante del Cuerpo de Cadetes (uno de los grandes honores en mi vida), porque quisiera que, asimismo, fueran mis últimos pensamientos: "cuando deba cruzar el río, mis últimas cavilaciones conscientes serán acerca del Cuerpo, y del Cuerpo, y del Cuerpo"…
FUENTE:Analítica / https://www.analitica.com/opinion/uniformados-un-poquito-mas-de-decencia/