Lo que nadie dice: así de miserable era Chile bajo el gobierno de Allende.
Por: Vanessa Vallejo.
La prensa llamaba a los militares a tomar el poder en Chile, tras el descalabro económico propiciado por Allende. Fotomontaje: PanAm Post.
Mujeres tirándole maíz a los soldados mientras les gritan que son unos cobardes por no sacar a Allende del poder. Esta es solo una de las cosas que ocurrían en Chile en 1973, y que la izquierda intenta borrar de los anales de la historia.
La izquierda es increíblemente buena cambiando la realidad. Son muy astutos despertando sentimientos y convenciendo a la gente de que tienen la verdad. La estrategia que han manejado en Chile, respecto a lo sucedido con Salvador Allende y Augusto Pinochet, empieza por hacer que el mundo entero se olvide de la miseria en la que estaban sumidos los chilenos antes de que Pinochet tomara el poder.
El General era un dictador terrorífico y Allende un martir, ese es el relato simplista y mentiroso que han creado. Como si Pinochet un día, de la nada, hubiera decidido instaurar una dictadura y quedarse con el poder simplemente porque así se le antojó.
Pedro Sánchez entrampado entre debacle del PSOE y crisis fronteriza
La izquierda oculta las marchas que hacían las madres porque no tenían comida para darle a sus hijos, no hablan ni de las largas filas que hacían los chilenos para conseguir alimentos básicos, ni de la inflación, ni de la escasez. No quieren que nadie sepa que la Cámara de Diputados declaró inconstitucional el gobierno de Allende.
Se llenan la boca diciendo que lo de Allende era un Gobierno del pueblo y para el pueblo, cuando en realidad fue un gobierno minoritario -que llegó al poder por suerte- y al que la mayoría de chilenos odiaba. ¿Y cómo no?, si para 1973 la mitad de la población estaba sumida en la pobreza.
El panorama de Chile para la época antes de que Pinochet tomara el poder era muy similar a la Venezuela de hoy. Increíblemente, la izquierda ha logrado que la gente olvide todo esto y vea a Allende como un romántico idealista.
Allende no representaba a la mayoría de los chilenos y generaba grandes miedos. En 1970 Allende es candidato presidencial por la Unidad Popular (UP), una alianza de partidos de izquierda formada en octubre de 1969. La coalición estaba constituida por el Partido Socialista, Partido Comunista, Partido Radical, el Movimiento de Acción Unitaria (MAPU), el Partido Social Demócrata (PSD) y la Acción Popular Independiente (API).
Antes de eso ya había sido candidato presidencial en tres ocasiones en las que no obtuvo el triunfo. Para 1970 Salvador Allende compite con Jorge Alessandri, candidato de la derecha y de los empresarios apoyado por el Partido Nacional y la Democracia Radical, y con Radomiro Tomic, apoyado por la Democracia Cristiana.
Los resultados de las elecciones fueron los siguientes:
Salvador Allende: 1.070.334 votos (36,2%)
Jorge Alessandri: 1.031.159 votos (34,9%)
Radomiro Tomic: 821.801 votos (27,8%)
Como ningún candidato consiguió mayoría, de hecho, la diferencia entre Allende y el candidato de la derecha fue mínima, apenas de 39 000 votos, le tocó al Congreso decidir. Para convertirse en presidente se necesitaba el voto de 101 congresistas, Allende lo consiguió gracias al apoyo de la democracia cristiana, que se decidió a ponerlo como presidente después de que el izquierdista firmara el Estatuto de Garantías Constitucionales en el que se comprometía a garantizar el respeto de las libertades civiles, las elecciones, la libertad de expresión y en general la Constitución.
Que le hicieran firmar un documento público en el que se comprometiera a respetar la Constitución muestra la desconfianza que existía. Desde antes de que empezara a gobernar, muchos, incluso quienes lo apoyaron, lo veían potencialmente peligroso.
Allende no era, como afirma la izquierda, el «Gobierno del pueblo», tenía un apoyo muy minoritario y siempre fue considerado por muchos como un sujeto peligroso.
El terrorífico plan de gobierno
El gobierno de Allende se basaba en las clásicas ideas keynesianas y marxistas. La intención era que la economía fuera completamente manejada por el Partido Comunista. Pedro Vuskovic Bravo, el ministro de economía de Allende tenía como objetivo convertir a Chile en una economía socialista.
Vuskovic anunció así su proyecto de gobierno: «La finalidad de nuestra maniobra, que se conseguirá a través de la abolición de la propiedad privada, será la destrucción de las bases económicas del imperialismo y de la clase dominante».
Las principales reformas:
Estatización de las «áreas claves» de la economía. Empresas industriales, empresas comerciales y el sistema bancario.
Nacionalización de los principales recursos, la Gran Minería del Cobre (GMC), salitre, carbón, hierro y acero.
Ampliación de la Reforma Agraria (que había sido implementada en el Gobierno anterior, pero que llegaría a su punto máximo en el gobierno de Allende).
Congelación de los precios de los bienes de la canasta básica.
Aumento, vía decreto, de los salarios nominales (solo al principio del gobierno este decretó un alza en promedio del 55% de los salarios).
Sumado a lo anterior, la idea de fondo era aumentar la demanda agregada mediante gasto estatal, lo que se financió vía emisión monetaria causando una terrible inflación.
Evidentemente el plan de Allende no se llevó a cabo pacíficamente. No hay forma de quitarle a la gente sus propiedades de manera pacífica.
La reforma agraria, por ejemplo, estuvo principalmente en manos de paramilitares, quienes por la fuerza arrebataron las propiedades no solo a grandes terratenientes, sino principalmente a gente humilde que se quedó sin nada, porque excusados en que eran el gobierno del pueblo unos socialistas les robaron lo que tenían.
Para realizar la estatización del sistema bancario Allende decidió, evadiendo al Congreso, que se negaba a aprobarle sus decisiones inconstitucionales, dos causales para intervenir un banco: por la detección de alguna irregularidad financiera y en caso de que existiesen problemas laborales que impidiesen su normal funcionamiento.
Así logró, para 1972, tener casi completo control de la banca en Chile. A mitad de ese año el Estado controlaba el 85% del crédito bancario en moneda nacional y del 95% en moneda extranjera.
Para expropiar a las empresas hizo lo mismo: como el Congreso no le aprobaba sus ideas inconstitucionales, gobernaba por decreto.
El resultado: Miseria. Como siempre ha ocurrido donde se aplican medidas estatistas, el resultado tras tres años de gobierno comunista de Allende fue la miseria.
El déficit del sector público pasó del 1,4 % del PIB en 1970 al 22,9 % en 1973, ya que el plan era impulsar la demanda con gasto estatal.
El gobierno impuso precios máximos, pero a pesar de eso, como siempre ocurre cuando se decreta control de precios, la inflación era brutal. Para 1973 lo normal en Chile era ver filas enormes de gente intentando conseguir alimentos básicos. La inflación oficial, la que daba el Gobierno, era del 300 %, pero el aumento real de los precios llegó a pasar el 600 %.
«¿Ha ocurrido algo semejante en algún país del mundo? En 1970, cuando Allende llega al poder, un par de zapatos costaba 150 escudos. En 1973, ese mismo par de zapatos salía a 3.000 escudos. Lo mismo ocurría con los bienes básicos. Un pollo costaba 80 escudos en 1970 y 1.500 escudos en 1973. Peor aún, era difícil encontrar los productos, por el desabastecimiento», dijo el expresidente chileno Eduardo Frei -antecesor de Allende- en una entrevista para ABC realizada un mes después de que Pinochet tomara el poder.
«Los militares fueron llamados y cumplieron una obligación legal, porque el poder Ejecutivo y el Judicial, el Congreso y la Corte Suprema, habían denunciado públicamente que la presidencia y su régimen quebrantaban la Constitución, los acuerdos votados en el Parlamento y las sentencias dictadas por jueces absolutamente extraños a la política (…) Cuando un gobierno procede así, el derecho a la rebelión se convierte en un deber. Es un derecho jurídico, proclamado por todos los tratadistas e historiadores, como el padre Juan de Mariana en España», agregó el expresidente en la entrevista.
La gente tenía hambre, no había productos básicos, tenían que hacer filas eternas para intentar conseguir algo. Las mujeres hacían las «marchas de las ollas vacías», salían con sus niños a protestar porque no tenían qué darles de comer.
Los ladrones del gobierno expropiaban a grandes empresarios y a gente humilde por igual. La Cámara de los Diputados declaró inconstitucional el gobierno de Allende por las continuas y sistemáticas violaciones a la carta magna. Por eso las mujeres le tiraban maíz a los regimientos, por eso la mayoría de los chilenos rogaban que alguien sacara a Allende del poder. Los militares en Chile respondieron a ese llamado.
FUENTE: PanAm Post / https://panampost.com/vanessa-araujo/2019/09/17/lo-que-nadie-dice-asi-de-miserable-era-chile-bajo-el-gobierno-de-allende/
REMISIÓN: Carlos E. Méndez.