Así como Moisés huyó de Egipto, el Valiente ANDY BARRIOS huye de Suramérica, ante la persecución de sus enemigos, un día inesperado es interceptado por varios sujetos desconocidos y que están ligados a la llamada agrupación mercenaria "Operacion Continente Americano 2020", que sin mediar palabras pretendían acabar con su integridad física, nunca imaginó que aunque se encontraba muchos kilómetros de su tierra natal, los esbirros del régimen comunista lograrían ubicarlo, cuando pensó que la pesadilla Venezolana quedaría atrás, jamás creería que desde un País como Chile, que posee garantías constitucionales mucho más sólidas que en Venezuela, podría estar sujeto a los mismos riesgos, que hoy forzosamente viven los venezolanos, ante la intolerancia política.
He aquí un breve resumen de su historia: aquel 09 de diciembre de 2017, y en vísperas de las celebraciones decembrinas, ingresan a su hogar en la ciudad de Caracas, ocho (8) funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), quienes sin orden judicial, someten a todos los presentes, los atan de brazos y pies, con tortura al suelo, sucesivamente someten a su esposa la ciudadana Cindy Ines Carrillo Thomas, la cual se encontraba de reposo maternal, a quien le atan las manos, y le apuntan hacia su rostro con el cañón de un fusil junto a su hija recién nacida, igualmente lo hacen contra el ciudadano Miguel Alberto Yamarte Sándoval, empleado de su empresa, quien se encontraba en dicha vivienda, para el momento de los hechos, la violencia no quedó allí, consumandose un hecho aún más atroz contra la ciudadana Barbara Yaelis Monasterio Rodriguez, esposa del señor Miguel Yamarte, antes mencionado, siendo ultrajada en contra de su voluntad, y no quiero dar más detalles, por qué lo sucedido con esta dama, es un hecho traumático e imborrable en la vida de un ser humano, y que empaña el desempeño de quiénes prestan servicio para el Sistema de Inteligencia en Venezuela.
Finalmente desde la Corporación Gremial Fuerza Pública en el Exilio, nos hacemos solidarios con nuestro hermano de armas, y su grupo familiar, exhortamos a las organizaciones que defienden Derechos Humanos, a sumarse a elevar la voz en apoyo con esta familia venezolana, que hoy forzosamente en el exilio claman por justicia.
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