¿ES COLOMBIA LA ULTIMA ESPERANZA?
Stanislaw E. Dubis C.
Generalmente, las elecciones despiertan la pasión política del país donde se llevan a cabo. El apasionamiento ocurre en el proceso de campaña y desde luego, en la medida en que se acerca la fecha electoral definitiva, esa pasión aumenta y muchas veces se desborda generando consecuencias impredecibles. Una vez concluidos los comicios y conocidos sus resultados, se producen análisis de lo qué ocurrió, qué y quién lo hizo bien, o quién lo hizo mal y por lo tanto, ese candidato no resultó triunfador. Muy poco tiempo atrás, escribí una nota sobre la disfuncionalidad de la relación entre el concepto político actual y pueblo, vale decir, los electores. Lo ocurrido en las primarias colombianas ratifican lo que en esta misma tribuna dijimos en ese momento. No pretendo poseer exclusividad en el criterio, y mucho menos convertirme en dueño de una verdad que salta a la vista y que ha sido enfocada recientemente por muchos analistas: el sistema estado-partidista vigente demanda una revisión profunda. El señor Rodolfo Hernández es una cara “fresca” en la política de su país a pesar de sus 77 años, es un hombre sin ataduras partidistas, con virtudes y defectos, pero por encima de todo, un rostro “humano”, es el reflejo de la gente de a pie y, por ello se ha convertido en la verdadera esperanza de Colombia. El ingeniero Hernández dista muchísimo del estereotipo político al que nos tienen habituados. Colombia es un pueblo con múltiples problemas en su estructura social, donde de manera tradicional, la raigambre del estrato hace mella en la diferenciación de clases, donde un individuo “estrato seis” mira con desgano y hasta desprecio a un ciudadano de “estrato uno” (no me lo han contado, pues yo viví seis años en Colombia y lo vi y certifico). Ese cúmulo de frustraciones, aunada a decepción del reinado del partidismo-estado, liberal o conservador, han cansado al ciudadano común, ese que simplemente sigue sufriendo a diario los mismos embates a los cuales el sistema los ha sometido toda su vida. Colombia se convierte por ello, tal vez, en una última esperanza; no solo para los colombianos, sino para toda Latinoamérica, que vive políticamente una de las etapas más sombrías de toda su historia, por la entronización de una narco-izquierda que ha llegado con un discurso supremamente populista, pero sin soluciones concretas en sus manos.
La decepción y hastío social se han convertido,
de norte a sur en este continente, en una caldera sometida a presiones extremas
y que pudiese estallar en el momento menos pensado, generando un caos de
consecuencias impredecibles. Lo que pueda ocurrir en la segunda vuelta de las
elecciones colombianas se va a proyectar en el resto del continente sin lugar a
dudas. En mi criterio, pudiese significar la muerte del modelo partidista
tradicional y todo el rancio liderazgo que se niega a aceptar su relevo, no
solo generacional, si no conceptual. Por ser los que más conozco, y como
ejemplo, nombro a los venezolanos: Henry Ramos Allup, Claudio Fermín, Antonio Ledezma, Manuel Rosales, el pastor, Javier Bertucci, o los más recientes y por su
edad, pertenecientes a la “generación boba” o “generación de cristal”, como
prefiera llamársele: Juan Guaidó, Leopoldo López, Henrique Capriles, María Corina Machado, Julio
Borges, etc. Todos, sin excepción han resultado ser unos buenos para nada. El
pueblo, el verdadero dueño de la alternabilidad político-administrativa, está
harto del modelo que esos grupos han propuesto, particularmente en Venezuela
durante toda su trayectoria pública. Eso ocurre; casi cual copia al carbón, en
el resto de países de Latinoamérica. Es hora de decirles a esos desgastados
“pseudo líderes” que ya basta, es la hora de relevo y establecimiento un nuevo
modelo sociopolítico.
Ahora bien, no perdamos de vista que,
siendo el señor Rodolfo Hernández un “outsider” en la política colombiana, si
triunfa en segunda vuelta, no la va a tener fácil. El bipartidismo tradicional
colombiano lo va a torpedear desde el primer día. La izquierda, perdiendo un
bastión estratégico y donde se juega la última carta apostada por el foro de
Sao Paolo o los acuerdos de Puebla, que resultan ser lo mismo; todos, bajo la
sombrilla ideológica del Nuevo Orden Mundial (NOM), buscarán la manera de hacer
su gestión poco menos que imposible. No obstante, si ese liderazgo emergente
capta el apoyo popular desde el mismo inicio del mandato, con hechos y acciones
concretas que lo diferencien de todo lo anterior y satisfaga las expectativas
impuestas, no habrá fuerza que lo limite. El compromiso para el Sr. Ing.
Hernández, es enorme.
La situación colombiana, va atada de manos con la venezolana. Si miramos la complejidad del mapamundi geoestratégico y geopolítico actual y lo que hay detrás de esos dos países, donde existe una inversión declarada de intereses tan disímiles como los de los Estados Unidos, los chinos e iraníes, o los rusos y el narcotráfico, o hasta los norcoreanos, los turcos, etc., tal vez entendamos que ambos países representan una posición privilegiada para atacar al “enemigo ideológico” (para mi hoy día tigre de papel), que resulta ser el concepto de capitalismo representado por Estados Unidos. Generalmente, cuando evaluamos conceptos tan enrevesados y complejos como el que presenta Colombia en esta elección en particular, tendemos a ser un poco laxos en nuestras interpretaciones, pues las variables son tan complicadas y disímiles que nos cuesta concatenarlas. Es por ello que algo que a todas vistas pudiese ser una simple elección presidencial en un país tercermundista, hoy nos damos cuenta, por las implicaciones descritas, que no es así. El nacimiento del liderazgo del señor Hernández en Colombia, representa sin lugar a dudas, un hito que pudiese convertir nuestra historia reciente en un antes y un después. Todo va a depender de cómo evolucione desde el primer día la gestión que ha sido encargada y entregada por un pueblo que, harto del modelo tradicional, apuesta a una opción diferente. O que, por el contrario, un Petro comunistoide, guerrillero, narcotraficante, mentiroso, cínico, etc. y con todos los calificativos adversos en un candidato presidencial, logre un triunfo que desde mi perspectiva le va a resultar difícil, mas no imposible. La historia será diferente si esto llega a ocurrir, sin lugar a dudas. Por todo lo anterior, es que sostengo que Colombia pudiera representar la última esperanza de Latinoamérica para retornar a la sindéresis institucional, a motivar la búsqueda que liderazgos continentales que entiendan que su compromiso es responder con soluciones y dar respuesta concreta a los ingentes problemas que enfrenta todo el contexto de países de este lado del mundo, especialmente en lo que se refiere al de educación. Sin duda aseveramos que una sociedad educada, es una presa difícil al engaño político, a la manipulación populista de las izquierdas o a la burla del oportunismo. Después de más de cinco siglos de experimentación, es hora de mostrar madurez.
Valencia, España. 12/06/2022
IMAGEN SUPERIOR: Por cortesía de Internacional Living ¿Dónde está Colombia? Por: Nancy Keirnan. Traductor Google: Colombia es probablemente uno de los países más incomprendido del mundo. Los días oscuros son cosa del pasado. En las últimas dos décadas, Colombia se ha transformado en un país vibrante, próspero y acogedor que es un líder mundial en innovación, comercio y atención médica. Entonces, vamos a presentarte a Colombia. Where is Colombia? A Map Detailing the Location of Colombia - IL (internationalliving.com)