A diferencia de los caudales de tinta que siguen corriendo con el fin de realizar el diagnóstico pre y post mortem del fétido cuerpo interino, inicio mi rutina escritural del naciente período, manteniendo la propuesta que por más de tres años algunos hemos venido exponiendo en cuanto espacio y oreja nos han abierto, que vale acotar, por ser conveniente a los venezolanos y no a la pachangosa simbiosis mud/régimen, muchos han silenciado.
La cosa es así, o se institucionaliza una solución en 2023 o tocará a los que pervivan en 2030, reactivar la lucha democrática en un país en el que los jerarcas, para ese entonces, vivirán en ciudades colgantes para no tropezar con los escombros de la sociedad que dejaron.
¿Y cómo se institucionaliza una solución? lo primero es agruparse, dejando por fuera a los que presumen de tener dos cerebros, a los que sostienen el pensamiento en bloque como solución, sean estos de derecha o izquierda, ambos son atómicamente perjudiciales. Necesitamos gente normal, gente que se equivoque y aprenda, gente que después de leer un tríptico sobre el libre mercado no se sienta Milton Friedman o transmute en perro guardián de los pilares republicanos, creyendo que eso puede corregir la carencia de ciudadanía, de ética o acaso esto les otorga moralidad. Esto último lo reseño porque esos grupos, además de retrasar el cambio, son obstáculo para una Venezuela futura. Los que me conocen, bien saben que soy enemigo acérrimo del comunismo y todos sus derivados <<desde siempre>>. Sólo aclaro.
Lo segundo, es olvidarse de atajos y soluciones inmediatas facilitadas por ungidos. Ahora los objetivos deben ser trazados a mediano y largo plazo, ganando pequeñas batallas, una tras otra, con disciplina, constancia y capacidad de responder ante afrentas y oportunidades (responsabilidad).
El tercero y más importante de los pasos, es agremiarnos y presentar vocerías propias y autorizadas ante todas las instancias, nacionales e Internacionales, de ese modo, los del G4, que ahora son G3, pero todavía van a la cama con el G1, no podrán titularse la representación de quienes no los han elegido, pero sobre todo los repudian por ser traficantes de esperanza.
Intentemos hacer una pausa para contextualizar con cabeza fría el escenario político nacional; "Venezuela es gobernada por un grupo criminal, mientras otro grupo cómplice, que dice ser contrario, ha defenestrado un apéndice de su mismo grupo que autoproclamó una presidencia paralela". Mientras esta orgía ocurría, millardos de dólares destinados a ayuda humanitaria se desaparecieron entre putas, viajes, hoteles tequeños y whisky. La cereza del helado es que; ninguno de ellos es legítimo o ha sido electo. Esto es un enrevesado digno de la literatura rusa.
Si se logra que los principales grupos de interés para organismos internacionales, rompan con la representación imaginaria de la que se jactan y jartan los falsos grupos de oposición, no quedaría nada, nada, romperíamos definitivamente el principal muro de contención que tiene el Madurismo.
La sola posibilidad de que esto ocurra, es lo único que perturba a un régimen fortalecido. Y es que, de presentarse nuevos actores, ajenos a la tradición política opositora, no podrán trazar con la pericia acostumbrada su futuro próximo o mediato, pues en el mejor de los casos tardarían años en sacar la misma radiografía que hoy tienen de sus contertulios opositores, la que por años ha sido su herramienta más efectiva y preciada. Maduro y Diosdado saben de sobra quién se orina encima al insinuarle rejas, quién baja sus pantalones por dinero, quien asiente a las acciones más bajas por evitar la publicación de fotos y vídeos de corte travieso, y lamentablemente, también conocen quienes tienen convicciones a prueba de cárcel torturas y acosos. A estos últimos los mata o mantiene a distancia Intercontinental.
Lo que aquí formulo es tan posible cierto y necesario, que organizaciones como la OEA o gobiernos como el de Estados Unidos, están instando, cada día de manera más pública, a que esto ocurra. El balón está en nuestra cancha, la próxima oportunidad no será antes del 2030.
"Alea iacta es"
Eduardo Figueroa Marchena
Eduardo Figueroa Marchena. Lcdo. Cs. y artes militares. Msc. Ex Preso Político, Idealista, Msc.en Economía, Msc. Participación ciudadana y psicología social, Premio Sajarov a la libertad de conciencia 2017 y columnista #LaProtestaMilitar
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