Alex Saab en Venezuela.
Enrique Meléndez.
Diera la impresión de que el cuento de Alex Saab se va a convertir como en una novela de Franz Kafka, en el sentido de que, después de haber hecho un gran esfuerzo por obtener algo muy deseado, resulta que no era lo que uno pensaba. En efecto, significa un triunfo para Nicolás Maduro; a su vez, una derrota para Joe Biden, sobre todo, porque se ha echado encima a medio mundo, que ha pegado el grito al cielo, en especial, en medios judiciales de los EEUU, teniendo presente el engorroso proceso, que se le siguió, incluido allí su extradición de Cabo Verde. Así como a través de una campaña dieron lata durante los días, que siguieron a la detención suya en el país insular africano, magnificando a un héroe falso; al punto de que hasta en el Metro de Caracas tú veías vallas completas con el rostro suyo: "Libertad para el Diplomático Alex Saab"; lo más probable es que durante todos estos días, Maduro aprovechará para fanfarronear hasta la saciedad con este acontecimiento. No pasemos por alto que viene de la derrota de las primarias; de la derrota del referéndum, y del pestañeo que tuvo frente a Irfaan Alí en la entrevista que ambos sostuvieron en San Vicente.
Claro, lo que indigna es que Saab se transforma en un objetivo político; siendo un delincuente convicto y confeso; que no termina de ser sino una ofensa al pudor público el recibimiento con honores de jefe de Estado, que se le hizo en Miraflores. He allí lo que se vio como una obra de teatro acartonada ese escenario, que se desarrolló allí, y donde se vio a Nicolasito y hasta un alto oficial llorando, mientras Saab hablaba, como si fuera una gran hazaña; cuando de lo que se trata es del gran verdugo del pueblo, a partir de su condición de comisionado presidencial, para la compra de los productos de las bolsas CLAP, que lo que viene allí son alimentos hasta en mal estado. Porque, por lo demás, los servicios de inteligencia, como dijo uno de los voceros del gobierno de Biden, ya obtuvieron de Saab toda la información, que necesitaban de él con respecto a las rutas del narcotráfico, y los implicados en el negocio. Incluso, a esta altura se considera un agente de la propia seguridad de EEUU infiltrado en el régimen chavomadurista o eso es lo que se supone. ¿Para qué le sirve a Maduro? Una de las condiciones, que le pusieron, para concederle la libertad fue, la de que no puede seguir en el negocio de la importación de productos para las bolsas CLAP; pues no se olvide que una de las acusaciones, que se le hacen, es que aprovecha esta ruta de la importación de alimentos, para el tráfico de drogas. Claro, lo más probable es que pase a convertirse en asesor financiero, en especial, para el lavado de dinero, siendo el principal testaferro de Maduro; dada su condición de especialista en esta materia; como es posible que desaparezca del escenario, como ocurre siempre con este tipo de agente doble, que deben tener un escape avistado. Quien sabe si termina viviendo en San Marino, de donde procede el avión, que lo trajo a Venezuela, cuyo flete nadie sabe quién lo paga; pues si lo hizo con su bolsillo, no hay problemas; pero si lo hizo el Estado, entonces ahí hay peculado de uso. El mismo avión en el que se condujo, por cierto, Maduro, cuando iba para la entrevista con Irfaan Alí. Ahora, ¿quién paga esos fletes?, ¿por qué Maduro no viaja en los aviones de Conviasa; que sí los usa Díaz-Canel? He allí uno de los problemas que confronta el tercio: la necesidad de andar clandestino.
Luego, en la opinión pública colombiana también se produjo una gran indignación; sobre todo, la senadora uribista María Fernanda Cabal, hizo ver la situación, en la que queda la justicia, a partir del momento en que un delincuente convicto y confeso deja de tener cualidad jurídica, para transformarse en un objetivo político, y a partir de allí entregarlo a un narco Estado. Incluso, la senadora Cabal lo señaló: cinco años de pesquisas por parte de la DEA en los EEUU, para dar con el susodicho; para terminar convertido en un objeto de trueque político; que es lo que supone ese canje, que dio lugar a su libertad, por una parte y a la de 9 estadounidenses, por la otra, y que el gobierno tenía secuestrados. Que es el otro desbalance, que sufre la justicia, a partir del momento, en el cual un régimen secuestra a un sujeto extranjero, y lo convierte en un rehén, bajo la siembra de un delito; que fue lo que pintó la periodista de uno de los canales del Estado, que cubría el evento del arribo de Saab al aeropuerto de Maiquetía, cuando se proyectó o proyectó, precisamente, el contexto de esta estrategia de terror, que maneja el régimen, al considerar que eso era lo que había hecho EEUU, con respecto a Alex Saab; quien, según Jorge Rodríguez, daba la vida, para traerle medicinas a los enfermos de Covid en Venezuela. Fábulas de esta gente van y vienen, y que es lo que yo llamo situación latosa; sobre todo, porque allí se maneja la mentira hasta el hartazgo:
-Cuando cayó el diplomático Alex Saab –dijo Jorge Rodríguez en una de las alocuciones, que ha tenido de entonces a esta parte-, yo le escribí un mensaje, donde le dije que, en efecto, los enemigos de la Revolución Bolivariana, habían logrado aprehenderlo; pero que, felizmente, había llegado el barco, con el cargamento de vacunas contra el Covid, que había fletado para Venezuela.
A continuación dijo que en la delación de la ruta, que llevaba ese día Saab, estaban implicados: María Corina Machado, Juan Guaidó, Julio Borges, quienes se la soplaron a los agentes de la DEA; que en Cabo Verde sufrió toda clase de torturas: lo que no parece. Significa que en el país de las mentiras el psiquiatra Rodríguez maneja el monopolio de la verdad.
REMISIÓN:
Enrique Melèndez melendezo.enrique@yahoo.com
Date: dom, 31 dic 2023 a la(s) 10:15 a.m.