ENFRENTAR A LOS EXTREMISTAS DEL
PODER.
*Jesús Enrique Briceño García.
La sapiencia de la Iglesia sobre
sistemas políticos se materializa en casos como la Encíclica DIVINI REDEMPTORIS
del Sumo Pontífice Pio XI en contra el comunismo, o la crítica al Socialismo
que hacía Juan Pablo II abogando por más libertad. Mas recientemente la
racionalidad ante la perturbación de gobiernos autoritarios clamada por el Papa
Benedicto XVI en una conferencia que dictó en la universidad de Regensburg, en la que apuntó al meollo de la
violencia, en quienes justifican la violencia para alcanzar sus objetivos y
esto unido a la crítica al comunismo de nuestro actual Papa Francisco,
conforman la critica que todo buen ciudadano debería hacer a la violencia que
afecta nuestra civilización y a la pasividad que justifica el uso y la
manipulación de la religión o de la política, para santificar y justificar
abusos, guerra y muerte. Las Organizaciones Guerrilleras, la Jihah, los
golpistas, así como aquellos que matan por drogas, son personas que justifica
la muerte de inocentes para alcanzar el Poder, unos del Estado, otros del
Dinero, para imponer sus ideales y en esa exaltación del idealismo, sus mentes
perturbadas imaginan alcanzar máximas recompensas, aun a costa de la vida de
otros, al igual que cualquier perturbado mental que masacra niños en un colegio,
cumpliendo con alucinaciones de sus
mentes dislocadas. Estas personas, se abrogan en forma inmoral los principios,
los fundamentos sociales, religiosos, políticos o económicos para lograr los
objetivos: “El fin justifica los medios”, es su máxima y apelan al uso de la
fuerza quien sea se oponga a su manera de pensar. Peor aún, con principios
antinaturales, sensibilizan la ingenuidad humana y aquella poca capacidad de
penetrar en los misterios que ofrecen el desconocimiento de las cosas por parte
de los más débiles: El PUEBLO. Imponen formas anticuadas de barbarie, como la
de los Talibanes en Afganistán que destrozaron toda forma de progreso. Imponen
ante la mirada atónita de los más educados, formas de gobierno retrogradas
capaces de quebrar un país rico en materias primas y hacerlo importar hasta un
70% de sus necesidades alimenticias, solo por el hecho que los productores y
empresarios, representan ideas adversas a su doctrina política. ¿Qué dirían los
científicos de la economía si revisaran los desastres en decisiones económicas,
con las cuales han manejado a su antojo extremistas, que prefieren que los
empresarios extranjeros, manejen los sistemas productivos venezolanos?. Un
Presupuesto que solo maneja el 60% del ingreso real y el otro 40%, es dinero
debajo del colchón que se usa a manirrota para los amigos extranjeros del
régimen. ¿Cómo nos juzgaran las futuras generaciones con nuevas ideas y nuevas
formas de mercado, si vieran el aislacionismo con que estos extremistas están
manejando el Estado venezolano?, o ¿Qué dirían los padres de la Democracia en
Venezuela, si nos vieran sometidos por una banda de extremistas que se reparten
el botín del Estado y que por el hecho de tener las armas de la República,
someten la sociedad, apoyados por un Alto Mando con parcialidad política en
lugar de defender la Soberanía e Integridad Nacional?. ¿Qué clase de
venezolanos somos que no reaccionamos ante tal nivel de abuso? Castrocomunistas
entronizados en el poder, aun a costa de evidentes violaciones de la Constitución.
Una invasión cubana que penetra incluso comandos operativos de la FAN y una
intromisión patética del poder dirigido desde cuba, en asuntos que van desde
nuestras Cedulas de Identidad y Registros Nacionales, hasta el manejo de
Puertos y la Pesca nacional.
El perdón por las barbaries,
parece ser siempre la conducta de la gente desarrollada. Nunca he oído a
extremistas musulmanes, pedir disculpas por miles de asesinatos que han causado
por pregonar ideas de la Liberación de Palestina, contra gente inocente en
Israel, en Argentina, en Tailandia, y muchísimos países o por el abominable
crimen en las Torres Gemelas en USA donde tanto asesinato se materializó. Más
cercanos aún a lo que nos pasa, nunca he oído reivindicar a los
castrocomunistas los muertos que ocasionaron por la invasión cubana de los años
60, por los cientos de asesinatos en los golpes del porteñazo o el carupanazo y
menos por los 400 asesinatos de gente inocentes con los golpes catrocomunistas
del 92, todos tratando de imponer la doctrina comunista en un país que
progresaba y respetaba la Democracia hasta los límites de haber sometido a
juicio a un Presidente. ¿Esos asesinatos, si son justificados?. ¿A cuenta de
qué?. ¿A ellos no les interesa la muerte de los más débiles con una
justificación fundamentalista para comprometer
mediante sus ideologías a sus seguidores?.
En Venezuela, estamos hartos de
tanto crimen impune, de tanto control que ha hecho del país una guarida de
extremistas, con el más bajo nivel mundial de confianza para invertir y el más
alto nivel de corrupción. De tener una FAN altamente operativa, ahora no se
habla de Empleo Táctico, sino de batallones de generales y almirantes hablando
de política y de negocios.
Estamos cansados del discurso que
justifica la violencia y la división de clases, como medio para gobernar. Es
hora de hacer un alto, para reflexionar sobre esta disquisición del extremismo,
en nuestro caso el totalitarismo castrocomunista, que justifica todo el poder
apoyado en las armas, para hacer lo que le venga en gana, inclusive ideologizar
para matar. Estamos presenciando impávidos el desvalijamiento de las
Instituciones del Estado y sus recursos. Indolentes ciudadanos ante el actual
rumbo de la Democracia, que promueve el apoyo a los seguidores del régimen
estructurados en milicia indisciplinada, en motorizados agrupados en círculos
bolivarianos o agrupaciones paramilitares que son capaces de ser justificados
hasta por ministros del gabinete en el uso de sus armas, en impunidad, en
violencia, incluso muerte, como las que justificaron desde Puente Llaguno,
Plaza Altamira, la Paragua y los miles de muertos que justifican como
enfrentamientos y que dislocan el avance del progreso de un país.
Conocer sobre el extremismo en
Venezuela, es tarea prioritaria en el quehacer de nuestros dirigentes, ya que a
diario esas personas desarrollan una cultura aislacionista, imponiendo sus
criterios, sentimientos e ideologías a toda costa y enseñando a usar los
principios de cualquier medio violento para justificar sus fines de alcanzar el
poder de los Estados que quieren someter. A
diario palpamos la pobreza, producto de un sistema Socioeconómico totalmente
retrogrado y que en lugar atacar las causas de la improductividad, atacan con
una guerra económica que solo ellos han inventado y destrozan lo poco que queda
de actividad económica. ¿Qué Estados Mayores son capaces de atacar sus propio
PUEBLO?. ¿Cuál sistema de comunicación gubernamental genera hegemonía para
seguir los engaños típicos de este tipo de personalidad extremista?. Nunca apuntan
a la incapacidad de un sistema económico
inviable, que lo que hace es crear una sociedad reprimida, controlada, pasiva,
indolente y a quienes esquilman sus valores. En teoría, es un constante
ritornelo para buscar ideologizar las masas, alcanzar el poder del Estado y
convertir sus medios, en instrumentos de su ideología y no en medios para
lograr el Bienestar General que se exige a cualquier Estado. No conocen, ni les
interesa conocer los principios administrativos con los cuales las sociedades modernas,
capitalistas o socialistas, alcanzan las claves del éxito. Son incapaces de
producir nada nuevo que sea valor agregado para el desarrollo de la humanidad y
lo hacen porque capturan el poder, amasan poder, nunca saben para que es, sino
para beneficios personales o de su
partido castrocomunista. Averigüen amigos todos, las cientos de denuncias
escritas y solicitudes de impugnación que han sido abiertamente conocidas, pero
que ninguna está siendo investigada, como los casos Corrupción y Narcotráfico
de Mackled, las denuncias contra la Justicia Venezolana de Aponte Aponte, las
denuncias de todo género de crímenes de Mario Silva, los casos de detenidos en
USA que denuncian a este gobierno lleno de corruptos, maletines enteros de $
van y vienen a Budapest, Argentina, decenas de Boliburguses cuyas riquezas
superan lo creíble, cientos de denuncias de empleados públicos que con solo ver
sus declaraciones patrimoniales, deberían ir presos. Sin embargo, los
extremistas, claman por una ley anticorrupción. ¡Qué triste realidad la que
estamos sufriendo por falta de valentía ciudadana para luchar activamente por
nuestra Democracia!. Mientras tanto estamos obligados por unos cuantos que
dirigen el gobierno, a sufrir pobreza y odios entre nacionales, producto de un extremismo
inaudito. El Estado, el todopoderoso, suprime las libertades, mantiene presos
políticos, exilados, presión sobre los medios, abierto control de los sistemas
de producción y al pueblo lo someten con dadivas, a cuenta de suprimir nuevas
formas de producción. Están imponiendo el castrocomunismo cuyo resultado en 15
años es el desastre más patético de cualquier gestión mundial.
Los comunistas, como todo
extremista, impusieron a sangre y fuego, desde 1914, el criterio de la
dictadura del proletariado y esta sobre la sociedad, dejándola anquilosada por
más de 70 años y en sus hombros 70 millones de muertos. En Venezuela, nos han
sometido y los extremistas del poder han desarrollado un terrorismo de Estado
que ha generado el abstencionismo, la falta de participación y la anomia que
hay que desmontar, que hay que enfrentar en la calle haciendo uso de la
Constitución. Hay que demostrar, que Votar acompañado por un conteo físico, nos
permitirá rescatar la Democracia y su camino normal de perfeccionismo que han
alcanzado los pueblos de progreso. La alternativa es que despertemos a esos
hijos de la Democracia que se han aletargado para salvar la condición de libres
y soberanos y guiarnos nuevamente a los pasos del progreso. Lo contrario es
seguir con estos niveles de pobreza que perturban la vida en su afán de
bienestar general. El reto de la Democracia es letal para la subsistencia.
ENFRENTEMOS A LOS EXTREMISTAS DEL PODER.
*Vicealmirante, Doctor
en Administración
REMISIÓN: Jesús Enrique Briceño García.