Carta Pública a Nicolás Maduro
Caracas 6 de julio de 2016
Señor presidente:
Me dirijo a usted en la oportunidad
de recordarle lo que lamentablemente usted y al parecer muchos venezolanos han
olvidado sobre su elección y flagrante violación del artículo 233
constitucional, el cual establece específicamente que al presentarse la falta
absoluta del presidente de la República, como consecuencia de la muerte del
titular de ese cargo, se debe convocar a una nueva elección a los treinta días
subsiguientes. “En este caso, mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente,
se debe encargar de la Presidencia, el vicepresidente Ejecutivo”. Esa
disposición lo obligaba a usted a escoger entre ser el encargado de la
presidencia de la República o el candidato del PSUV, para lo cual debía
separarse de la vicepresidencia. Este
artículo no requería interpretación alguna, tal como fraudulentamente lo hizo
la Sala Constitucional del TSJ, sino que debió haberse acatado plenamente.
Además usted utilizó sus funciones de encargado de la Presidencia de la
República para ejercer un descarado
ventajismo electoral para obtener un dudoso resultado que le dio la victoria
ante Henrique Capriles…
Escuché su discurso
en el desfile militar conmemorativo de los 205 años de la firma del Acta de la
Independencia y día de la Fuerza Armada Nacional. Allí usted hizo comentarios
despectivos sobre los gobiernos democráticos que tuvo Venezuela desde 1958
hasta 1998 y de las Fuerzas Armadas Nacionales, las cuales cumplieron leal y
profesionalmente sus deberes militares establecidos en el artículo132 de la
constitución de 1961, el cual pautaba que “la Fuerza Armada Nacional es una
institución apolítica, obediente y no deliberante, organizada por el Estado
para asegurar la defensa nacional, la estabilidad de las instituciones
democráticas y el respeto de la constitución y de las leyes, cuyo acatamiento
estará siempre por encima de cualquier otra obligación. Las Fuerzas Armadas
Nacionales estarán al servicio de la República y en ningún caso al de una
persona o parcialidad política”. Justamente, Hugo Chávez incurrió en la
flagrante violación de ese artículo, traicionó a sus superiores y subalternos y
fue responsable de la muerte de 34 soldados el 4 de febrero, y cerca de 300 el
27 de noviembre de1992.
Usted afirmó en sus
palabras que las Fuerzas Armadas Nacionales habían permitido que esos gobiernos
cedieran nuestra soberanía y el control de nuestras riquezas al imperialismo
norteamericano. Esa afirmación es una infame calumnia, por decir lo menos. Los
gobiernos democráticos, condujeron una política de trascendente nacionalismo.
Como ejemplos de esa incuestionable realidad podemos mencionar la creación de
la OPEP por Rómulo Betancourt, la nacionalización del gas por Rafael Caldera, y
el importante esfuerzo que hizo Carlos Andrés Pérez para fortalecer la relación
Sur-Sur y nacionalizar el petróleo y el hierro. Usted también plateó, de una
manera irresponsable, incrementar, en medio de la tragedia que vive nuestro
pueblo, la capacidad de combate de la Fuerza Armada Nacional, para hacer frente
a una supuesta guerra no convencional.
Esa decisión es inaceptable… Usted debe
entender que la razón por la cual el pueblo no asistió al desfile fueron dos:
el rechazo de los venezolanos a su figura pública y los desastrosos resultados
de su gobierno, por los cuales deben enfrentar el hambre, una inseguridad
galopante, la obscena corrupción de los funcionarios y la colonización cubana;
así como el desprestigio de nuestra Fuerza Armada Nacional gracias a la
inaceptable actuación de muchos de sus Mandos comprometidos militantemente con
el PSUV y la acción represiva en contra de los ciudadanos que exigen el libre
ejercicio de sus derechos civiles.
La Fuerza Armada
Nacional no requiere que nadie la defienda y mucho menos usted que ha sido
junto al teniente coronel Hugo Chávez los principales causantes, en medio de la
complicidad de un importante número de generales, del debilitamiento de su prestigio
institucional ante los venezolanos y el mundo. Es imposible negar, lo conocen
ampliamente los cuadros militares, que las distintas reformas de nuestra Ley
Orgánica, ocurridas durante estos 18 años de régimen chavista, comprometieron
los valores fundamentales que inspiran la unidad de mando, la jerarquía, el
compañerismo y el espíritu de cuerpo, los cuales siempre caracterizaron a
nuestra Institución. Es inexplicable, que ustedes se hayan atrevido a violar la
Constitución de 1999 al crear la Milicia Bolivariana, organizarla y armarla,
con la clara intención de utilizarla, en caso de ser necesario, en contra de la
Fuerza Armada Nacional. Nadie entiende las razones que pueden haber existido
para la creación de los oficiales
técnicos, los de milicias y los de tropa y muchos otros aspectos que han
comprometido la jerarquía y el mando en la Fuerza Armada Nacional. Lo más inaceptable es que se
haya aceptado la presencia de cubanos en nuestros organismos de inteligencia
para atemorizar y controlar a los efectivos militares.
Usted, en su discurso, le pidió lealtad a la Fuerza Armada Nacional ante
la crisis que enfrenta su gobierno. En
verdad, esa es su obligación: cumplir cabalmente el contenido del artículo 328 de la constitución vigente y respaldar, dentro
de esos límites, al gobierno legítimo de la República. Lamentablemente debo
decir que la crisis nacional es de tal magnitud que puede llegar a ocurrir que
la Fuerza Armada Nacional tenga que decidir entre cumplir su deber militar o
favorecer que Venezuela sea destruida en
medio del hambre, la desnutrición de nuestros niños y las enfermedades. Esta
verdad debe ser reflexionada profundamente por usted. En caso de que usted no
logre entender la trágica situación nacional, podemos volver a vivir momentos dolorosos
de nuestra historia. Soy de los que creen, firmemente, que convocar el
Referendo Revocatorio este año es lo más
conveniente para nuestro país y para usted. Si triunfa obtendría suficiente
legitimidad para gobernar; si es derrotado, como pienso que va a ocurrir,
saldría dignamente de la presidencia de la República. Piénselo… En política
siempre hay tiempo para recuperarse… No se deje engañar por Raúl Castro, cuyo
único interés es continuar recibiendo
nuestro petróleo. Reflexione por el bien de Venezuela…
Caracas, 10 de julio de
2016.