FOTO: Imagen REFERENCIAL, por cortesía de Nicolás Cortez en Twitter
El viernes próximo pasado tuvimos en Venezuela la presencia del señor Rubén Pernía, representante de la Organización de Estados Americanos (OEA), para suscribir un “convenio de observación” con el Consejo Nacional Electoral (CNE.) La visita del funcionario, para el desgobierno, tiene la intención de mostrar confianza, claridad y transparencia en el venidero acto electoral, pero para la gran mayoría de nuestros coterráneos, nos da una ligera idea de como el cuestionado ente comicial nacional, trata de sobreponerse a las denuncias en su contra, con el aval de una organización internacional, que envía un representante que parecería que proviene de un alejado planeta, de un distinto sistema solar al nuestro, por la forma apreciar los efectos de la situación social, política, militar, económica, petrolera, diplomática y electoral que vive el nuestro país.
En su rueda de prensa daba la idea de que trataba de convencernos o esperanzarnos con el argumento que “en democracia el poder se comparte,” que nadie puede conservar el poder individual o eternamente, a la par de que incentivaba a formular las “denuncias y quejas” que a bien tengamos los venezolanos, en torno a las elecciones de Diputados a la Asamblea Nacional, el 4 de Diciembre de los corrientes.
Señor ilustre representante de la OEA, la mayor denuncia o queja de la oposición democrática de este país, se encuentra sustentada por diversos documentos presentados ante ese Organismo, por haber “avalado el fraude electoral” en el proceso del Referendo “Revocatorio Presidencial. En su argumento sugiere que no pretenden convalidar ninguna acto, (cosa que en Venezuela ya lo hicieron). Ni socavar las posiciones políticas (cosa que ya el desgobierno lo ha hecho), con el simple propósito de instaurar en Venezuela un sistema totalitario. Tiene razón usted al afirmar que no viene a impedir el trabajo de los Partidos Políticos de oposición con la presencia observadores internacionales del proceso electoral. Ya no es necesario. Dichos observadores, tenían que haber venido con antelación para que incluyesen en el informe final la violación a los derechos políticos y los derechos humanos. La ausencia de estado de derecho, las agresiones a la libertad de expresión, información y comunicación, la persecución, la detención, la tortura y la muerte en contra de los que usted catalogó como, “adversarios”.
La OEA, tendría que haberse apersonado con tiempo, para que presenciase la detención, enjuiciamiento y condena de civiles y militares que se han negado a ser instrumento callados del régimen de turno en Venezuela. De igual forma hubiesen tenido la oportunidad de catalogar las condiciones democráticas de la administración Chávez, con la actuación implacable del Dr. Isaías Rodríguez, Fiscal General de la República a favor del régimen, sesgando actuaciones y librando ordenes de captura contra la periodista Patricia Poleo, el General Eugenio Añez, el Señor Salvador Romaní y el empresario Nelson Mezerhane, señalándolos como actores intelectuales del asesinato del Fiscal Danilo Anderson, pretendiendo incluir a todos aquellos que se relacionen o participaron en los sucesos del 11 de Abril, la desobediencia de la Plaza Francia de Altamira y el paro petrolero. Advirtiendo que pretenden “llenar un autobús” de imputados o detenidos, para causar terror en el lado opositor.
Están a tiempo de observar la división política de la oposición a través de los segmentos de televisión, donde días antes un dirigente político del partido Primero Justicia, de nombre, Juan Carlos Caldera, se siente conforme y satisfecho con las condiciones logradas en acuerdos con el CNE referidos al voto y el proceso y escrutinios. Ciertos partidos políticos, para su subsistencia, aceptan las migajas o sobras que reparte la revolución en materia electoral. Bajan la frente ante la imposición del bandidaje revolucionario disfrazado de poder electoral, en perjuicio del derecho universal directo y secreto del sufragio.
De igual forma podrán ver, la posición del comunicador social, teniente coronel retirado de la Aviación, Iván Ballesteros, candidato a la Asamblea Nacional, donde renuncia por las pocas posibilidades que ofrece el CNE ante el proceso electoral. Planteamiento que comulga con su afirmación en el programa de radio “Plomo Parejo” en días pasados donde afirmó que en la Fuerza Aérea Venezolana lo enseñaron a ser honesto, apolítico, anticomunista y a no perseguir a sus compañeros. ¡Celebro con orgullo su decisión! Y finalmente la posición del Dr. Giussepe Gianneto, ex rector de la Universidad Central de Venezuela (UCV) candidato a la Asamblea Nacional, incentivando a concurrir al proceso. ¿Será todo esto normal en un país democrático?
A nuestra manera de ver, en materia política en Venezuela, el termino de “adversarios” es inaceptable para el desgobierno, los que estamos en contra posición al régimen somos “enemigos.” Ya es un hecho, que en ámbito internacional ahora tan solo George W. Bush, el presidente de los Estados Unidos de América, no solo lo es. Apreciamos, que también paso a serlo el presidente de México Vicente Fox a quien Hugo Chávez, catalogó de “cachorro del imperio”
Las actuaciones de una mayoría significativa de venezolanos que tenemos diferencias sustanciales y serias con el sistema de gobierno en Venezuela, se entienden como rivalidades contra el régimen, porque nos mostramos de la siguiente forma:
Contrarios, porque luchamos día a día por combatir la consolidación del Comunismoen Venezuela. Disidentes por rechazar la inherencia del asesino Fidel Castro en asuntos soberanos de la Nación. Opositores, por no avalar el saqueo y la dilapidación de recursos a nombre de una pretendida revolución Castro Comunista. Competidores, porque no aceptamos la imposición de un modelo político contrario a la forma cívica, pacifica y democrática en que hemos vivido tradicionalmente, rechazando el totalitarismo. En síntesis OEA, como dice el clamor popular; ¡ venga, pa´ que vea!
Para que vean, sucumbir a un país que a fuerza de totalitarismo, se incentiva el socialismo del siglo XXI, en perjuicio de la libertad, donde hay un claro imperio de la tiranía.
Por eso no somos adversarios, estamos catalogados como enemigos del régimen.
La presencia y actuación de la OEA en Venezuela, posterior al aval del fraudulento resultado electoral del 15 de Agosto del 2004, es totalmente demagógica. Los demagogos, pretender una vez más avalar la ambición de un gobernante en la dominación forzada de un pueblo soberano, que se resiste a vivir bajo las sombras del Comunismo.
Cita: “No quieren creer los demagogos que la practica de la libertad no se sostiene sino con virtudes y que donde estas reinan es impotente la tiranía. Así, pues mientras que seamos viciosos no podemos ser libres, désele al Estado la forma que se quiera”.
Simón Bolívar,
Caracas, 15 de Noviembre de 2005