Eddie
A. Ramírez S.
Los 35
años de PDVSA
El 30 de agosto de 1975, hace ya 35 años, Carlos Andrés Pérez firmó el
Decreto mediante el cual se creó Petróleos de Venezuela, S.A (PDVSA) para
planificar, coordinar y supervisar la industria petrolera nacional. Un día
antes había puesto el ejecútese a la Ley Orgánica que reserva al Estado la
industria y el comercio de los hidrocarburos.
El 1 de enero de 1976 PDVSA
asumió el control accionario de catorce
filiales, de las cuales diez eran originalmente concesionarias extranjeras,
tres de capital privado y una del Estado. En ese momento la industria petrolera
solo contaba con 200 trabajadores
extranjeros y las dos principales empresas, Shell y Creole, eran presididas por
los venezolanos Alberto Quirós Corradi y
Guillermo Rodríguez Eraso,
respectivamente. La reversión de las concesiones petroleras y los bienes
afectos estaba prevista para 1983, pero una Comisión de expertos determinó la
conveniencia de adelantarla. El Estado pagó cinco mil millones de bolívares de
entonces a las compañías concesionarias como compensación.
Los primeros
años:
Los años de
madurez:
La internacionalización de la industria petrolera y su apertura al
capital privado fueron dos logros importantes. La estrategia de
internacionalización se inició en 1983 y la misma fue diseñada para procesar y
colocar nuestro petróleo pesado y extrapesado con alto contenido de azufre.
PDVSA alquiló la refinería de Curacao y adquirió el 100% de las acciones de
cinco refinerías y porcentajes entre un
12 y un 50% de otras once ubicadas en los Estados Unidos y en Europa. Esto
permitió elevar nuestra capacidad de refinación a 3.416.000 millones de
barriles por día, de los cuales un millón 190 mil por día es la capacidad instalada en Venezuela.
La apertura petrolera fue concebida en los años noventa como una
herramienta para apuntalar el proceso de nacionalización, sin desmedro del
control por parte de los venezolanos. Esta apertura permitió ampliar la
producción de petróleo en momentos en que el precio del barril era bajo y las
necesidades del fisco limitaban los montos de inversión por parte de PDVSA. La
apertura se realizó bajo las figuras de Convenio Operativos, Exploración a Riesgo
y Asociaciones Estratégicas. Los Convenios aportaron 500.000 barriles diarios y
las Asociaciones Estratégicas 600.000 barriles diarios, producción que no se
hubiese realizado por la falta de recursos de PDVSA. En el caso de las
Asociaciones Estratégicas de la Faja del Orinoco el Estado venezolano
estableció un impuesto de regalía por cada barril extraído de solo un 1% para
poder atraer a los inversionistas a un negocio con tecnología no validada en
gran escala y en un escenario de precios bajos, pero en el entendido de que se
elevaría cuando aumentara la rentabilidad. Es de recalcar que en las decisiones
tenían que contar con la aprobación de PDVSA. Todos los acuerdos realizados fueron
aprobados por el entonces Ministerio de Energía y Minas y por el Congreso
Nacional.
En el año 2001, las reservas probadas eran de 72.574 millones de
barriles, la capacidad de producción estaba en 3.360.0000 barriles por día, la capacidad de refinación en Venezuela y en
el exterior era de 3.416.000 barriles por día, el número de trabajadores, propios y contratados era de 64.364 y la deuda de
8.700 millones de dólares. Se habían
eliminado las tres grandes filiales operadoras, creándose dos grandes
divisiones, la de Exploración y
Producción y la de Refinación, Comercio y Suministro. Los vicepresidentes de
PDVSA presidían cada una, lo cual fue un error ya que la Casa Matriz pasó
prácticamente a ser operadora y se eliminó el “escudo protector” ya que los
directores de PDVSA son designados por el Presidente de la República, no así
los presidentes de las filiales. Quizá lo procedente hubiese sido crear tres
grandes filiales, una de exploración y producción, otra de refinación y otra de
comercio y suministro. Otra debilidad fue no contar con actividades de
responsabilidad social mejor definidas en cuanto a su radio de acción y bajo un
solo mando. Igualmente hubiese sido preferible no sobredimensionar al CIED y al
INTEVEP, sino apoyarse más en las universidades y otros centros de enseñanza y de investigación. La
principal debilidad de PDVSA fue que no logró que los venezolanos nos
interesáramos en nuestra industria petrolera y no haber promovido grandes
debates sobre el manejo de la empresa y sobre las política petrolera. Ello
favoreció que la empresa se percibiera como una “caja negra” y a los petroleros
como personas prepotentes.
Hoy, según declaraciones del propio presidente de la empresa, solo
pueden laborar en la misma los que son rojo-rojitos. La producción está en apenas
2.300.000 barriles por día y es prácticamente igual a la capacidad de
producción, cuando ésta debería estar según los planes cercana a los 6 millones
de barriles diarios. Las plantas refinadoras nacionales operan a pérdida y muy
por debajo de su capacidad instalada, para fines del año 2009 el número total de
trabajadores era de 97.591, el 63% de la ganancia antes de pagar el impuesto
sobre la renta se debió a ingresos por venta de bonos que fueron adquiridos por
los venezolanos con sobreprecio para poder obtener dólares y la deuda de la
empresa monta a 23.000 millones de dólares. La empresa vende crudo a futuro,
con condiciones de crédito contrarias al interés nacional y acepta la figura
del trueque de petróleo por vacas, soya, carne, entrenadores y supuestos
médicos. Es de recalcar que desde la
nacionalización en 1976 hasta la llegada de Chávez el precio promedio del
barril de crudo fue de 18,8 dólares, mientras que en los años del actual
régimen fue de 52,4 dólares por barril, una diferencia apreciable incluso si se
ajustan esas cifras por inflación. Hoy PDVSA es conocida por el caso de maletín
lleno de dólares que envió a la Argentina, por Pudreval y otros hechos de
corrupción como el de la plataforma marina que se hundió, por los 230
accidentes ocurridos desde el 2003 con saldo lamentable de 50 trabajadores
fallecidos y 174 lesionados y por otros hechos de mal manejo. Mientras PDVSA se
derrumba, los profesionales ilegalmente despedidos trabajan en 21 países,
contribuyendo a que los mismos mejores su industria petrolera.
El futuro
Este breve resumen solo pretende recordar algunos hechos relevantes en
los 35 años de PDVSA y agradecer a todos los Presidentes de la República desde
1976 a 1998 por haber respetado la meritocracia e impedido la politización de
la empresa. También a quienes la dirigieron con acierto: Rafael Alfonzo Ravard
y Brígido Natera, ya fallecidos; Calderón Berti, Juan Chacín, Andrés Sosa,
Gustavo Roosen, Luís Giusti, Roberto Mandini, Guaicaipuro Lameda y demás
integrantes de las Directivas. Igualmente a Alberto Quirós Corradi y a Gustavo
Coronel, quienes han podido y debido ocupar la presidencia de PDVSA; ambos
participan activamente en la lucha en
contra de este régimen totalitario, además de contribuir con sus
recomendaciones a construir un mejor país y a visualizar una empresa petrolera
acorde con el siglo XXI. La etapa de
destrucción, como consecuencia de la
politización, se inició con Ciavaldini
en 1999 y se completó con Gastón Parra, Alí Rodríguez y Rafael Ramírez, a
quienes juzgará la historia por ser responsables del colapso de una empresa que
tuvo gran prestigio.
eddiearamirez@hotmail.com
Caracas, 28 de agosto de 2010
MENSAJE DE REMISIÓN:
REFLEXIONES 35 AÑOS DE PDVSA
Amigas, amigos, con motivo de los 35 años de PDVSA me permití resumir
algunos hechos que considero relevantes mencionar para que la fecha no
pase debajo de la mesa. Recuerdo que solo soy un ingeniero agrónomo que tuvo la suerte de conocer a PDVSA cuando
trabajé en el Servicio Shell Para El Agricultor, posteriormente FUSAGRI,
desde donde prestábamos asistencia técnica a los agricultores mediante
contrato con Shell y posteriormente con Maraven y Corpoven. Ya en 1988
ingresé a Palmaven, filial de PDVSA a cargo de actividades de
responsabilidad social, como Director-Gerente Técnico y finalmente como
presidente de la misma. Por ello, el resumen anexo es limitado y el
único objetivo es tratar de dar a conocer a los ciudadanos interesados
las diferentes etapas de la empresa. Corresponderá a otros actores más
importantes, que estuvieron más tiempo en la empresa y que tuvieron
responsabilidad sobre las decisiones que se tomaron escribir un balance
de estos 35 años.