PORTACHUELO/ Por: René Núñez |
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miércoles, 13 de octubre de 2010
Mi monólogo“Civilidad, decencia e inteligencia”
- René ¿Qué lectura le das a los resultados del 26S en el estado Bolívar?
- Insatisfacción positiva. Insatisfacción
porque los bolivarenses siguieron apoyando a quienes desde la Asamblea
Nacional y desde el gobierno central no han defendido los intereses de
la región, en especial los de los trabajadores, y los de las empresas de
Guayana en cuanto al apoyo financiero requerido para mantenerlas y
adecuarlas tecnológicamente a las exigencias competitivas del mercado.
Positiva porque a nivel del estado se redujo la diferencia de votos
entre el oficialismo y la unidad democrática a 13 mil, cuando hace menos
de dos años eran 100 mil votos. En el municipio Caroní, el más
importante, la brecha se redujo de 44 a 8 mil votos. Con mejores
candidatos la MUD pudo haber sido la triunfadora.
- ¿Tú
crees que los 98 diputados del oficialismo fueron exclusivamente
producto de las modificaciones de los circuitos electorales (LOPE)?
-
Ni tanto. Esas cuadraturas electoreras para favorecer al oficialismo no
influyeron en los resultados del Zulia, del Táchira, de Anzoátegui, de
Sucre y de Nueva Esparta, cuyos pueblos armados de valor cívico
impusieron su voluntad democrática mayoritaria en rechazo al
autoritarismo, y la exclusión de sus regiones por parte del presidente
Chávez. Además lo hicieron por la unidad democrática y la pluralidad en
la AN.
- ¿Rectificará el gobierno de aquí en lo adelante?
- Muy difícil. Sería echar por tierra 12 años de destrucción y desmantelamiento de las instituciones como condición -sine qua non-
para implantar el socialismo del siglo XXI, que según Fidel Castro es
comunismo. La huida hacia delante del presidente Chávez es la estrategia
en marcha; sin descartar la posibilidad, si la valentía lo acompaña, de
dar una patada a la lámpara al mero estilo fidelista. Aunque hay una
ligera esperanza que esto no ocurra por la mezcla diversa, rara y
contradictoria de intereses políticos, ideológicos y económicos que en
estos momentos mantiene con dinero y petróleo.
- ¿Qué puede hacer la unidad democrática en la nueva AN?
-
No se debe crear demasiadas expectativas con 67 diputados en el
Parlamento. El gobierno central no está dispuesto a ceder oportunidades y
espacios a sus adversarios aun cuando la Constitución y las leyes se
los impida. Ya conocemos lo que se ha aprobado del proyecto de ley de
reformas que el soberano rechazó con el referendo del 2007. La oposición
tendrá voz pero no decisión influyente. La decisión de renovar antes de
diciembre los magistrados del TSJ, no es más que una maniobra legal
adelantada con la complicidad de la actual AN para seguir legitimando el
camino del comunismo.
- La bancada opositora no debe caer en
provocaciones del PSUV-Gobierno que desde afuera y desde adentro del
hemiciclo insistirán para mal ponerlos ante la opinión pública; su
trabajo debe realizarse con altura e inteligencia, de tal manera que la
ciudadanía en general pueda apreciar quienes están al lado de los
intereses de la nación, los de la democracia, los de la libertad, los de
la propiedad privada, los del progreso, los del desarrollo humano sin
distingo de clase, credo o género.
- ¿Pesimista o optimista para el 2012?
-
Optimista. Los demócratas visionarios no se dejan amilanar con las
dificultades. Aquí los pesimistas son los del gobierno central. Los
perdedores. Los hacedores profesionales de frustración, por debajo de su
capacidad...
- ¿Cómo es eso?
- Se está
ante un gobierno sin resultados. Que defrauda a quienes confiaron en él.
Interesado sólo por la apariencia. Con un rostro agrio, amenazador,
descalificador, preso de miedo. Promotor de la pobreza “ser pobre es bueno”, “ser rico es malo”.
Gobernando como van viniendo las cosas. Fabricador de sueños, sin
entender que soñar sin actuar, sin hacer, es fracaso. Buscador de
culpables. Nunca acepta críticas ni reconoce sus errores y fracasos.
Temeroso de la capacidad, del conocimiento. Agresivo contra la
valorización de los adversarios. Qué hace de la lamentación una conducta
política permanente.
Poniéndose como víctima todo el tiempo. No
juega limpio. Violador de reglas. Improvisado. Se burla de los ideales,
por sus notorias falencias intelectuales y profesionales. Cultor de su
propia personalidad. Mesiánico. El equipo no interesa sino él. Sin él no
hay gobierno ni esperanza. Anclado en el pasado histórico, vive el
presente con absoluto pragmatismo, el futuro no importa. Mantenerse de
por vida en el poder a cualquier precio o costo político, moral y ético
es su prioridad.
- ¿Cuál es la alternativa para el 2012?
-
No hay duda, la democrática. El nuevo gobierno recibirá un país
hipotecado a largo plazo, no sólo en dólares sino en cuotas de
producción (acero, aluminio, hierro y petróleo); una economía privada en
ruinas, pasivos laborales incuantificable, desempleo, demandas
internacionales en proceso, una sociedad polarizada, con odios y
resentimientos sociales muy marcados, unas instituciones públicas
politizadas y corrompidas, una convivencia de flagelos letales como
narcotráfico, guerrillas, etarras, perros de la guerra, relaciones y
acuerdos con gobiernos terroristas; una cultura antinorteamericana, y
una orientación comunista a todo nivel.
- Para encarar este país
sin pérdida de tiempo, se requiere de un perfil-presidente con probada
capacidad profesional, con conocimiento de las materias del Estado, con
motivación al logro, con experiencia de trabajo exitoso y, por supuesto,
con solvencia moral y ética. Entre otros perfiles, un Lorenzo Mendoza
(mi primera opción), una María Corina Machado, un Ramón Guillermo
Aveledo, un Enrique Mendoza llenan mis expectativas ideales para una
Venezuela de primera.
Edición 1.127