El cambio de misión, de visión, de identificación de las instituciones públicas en Venezuela, a la luz del avance del pretendido proceso revolucionario, consolida una representación tricolor de ciudadanos asidos de la mano, en un logotipo de fachada, que indica que “Venezuela ahora es de todos.” Podrán cambiar el aspecto, la forma, la imagen, pero en el fondo, la amplia mayoría de la Sociedad Venezolana , no comulga con la fábula de: "La Venezuela de todos."
Quizás esa Venezuela será de los bandidos, incapaces, acólitos enquistados en el poder del Estado bajo la usurpación de autoridad en las instituciones. Tal vez será de los militares consolidados en una Fuerza Armada Revolucionaria, que por compromiso, cargo, ascensos, prebendas, dinero y bienes particulares, traicionaron el juramento sagrado de la defensa integral de patria y avalaron la invasión cubana y por ende la intromisión del Castro Comunismo en Venezuela.
Podría ser de las fuerzas izquierdistas fracasadas en la conquista del poder del Estado en forma de guerrillas o fuerzas de liberación nacional, que ahora se ven reivindicados por la consolidación de una revolución y un comandante en armas que no ha combatido en ningún frente de guerra para conquistar el objetivo.
Dificultamos que sea de los que rechazan la supuesta entrega del país al Imperio Norteamericano pero en cambio avalan la invasión la dilapidación, el beneficio y la entrega de recursos a las fuerzas revolucionarias en Latinoamérica y en especial a Fidel Castro Russ y su bandidaje Fidelista. Seguro estamos que no es de los que invocando sus deberes, reclaman sus derechos en defensa de las virtudes ciudadanas, la paz, la libertad, la independencia y el respeto a las dignidades humanas.
De manera pues, que es muy difícil hablar de la Venezuela de todos, desde una óptica evidentemente política, porque el plebiscito revolucionario realizado el 4 de Diciembre en torno a la elección de los diputados a la Asamblea Nacional así lo confirman.
El País no puede ser de todos, mientras un gobierno no democrático aprecia, que el lado opositor esta representado por personas que no quieren la paz, que estimulan la violencia y generaliza su estigma, catalogándolos de fascistas, terroristas o golpistas.
Quizás las fuerzas agrupadas en tono al usurpador de la presidencia de la República , Hugo Chávez Frías, celebren hoy con regocijo la obtención del control total de la Asamblea Nacional , pero su acción totalizante, amenazante, amedrentadora, revolucionaria, socialista y Castro Comunista no les garantiza la permanencia en el control del poder del Estado por ningún método electoral.
Los números no mienten, son claros y pueden compararse con los registros históricos de cualquier elección nacional e internacional, para tratar de lograr convencer al conglomerado de venezolanos de su legitimidad, lo cierto es, que en un universo de 12 millones de electores, el 25 % del padrón electoral, que solamente conocía el régimen gubernamental, porque le fue negado a los partidos políticos, eligió al parlamento y un 75 % rechazó la forma, la manera, la imposición del Fidelísimo y el Comunismo en la Venezuela de todos.
Esta manera de actuación, no obedeció a las directrices de George Bush, Súmate o a las del Imperio Norteamericano, como lo pregona hasta la saciedad el régimen, significó la voluntad de “la libertad de conciencia” que adoptaron los venezolanos, interpretada muy bien en esta oportunidad por los partidos políticos, que se negaron a ser cómplices de la envoltura de la patria en papel de regalo navideño para el asesino Fidel Castro Russ.
Quizás la oposición perdió, aparentemente, en versión revolucionaria, pero la Nación no, logramos ganarle un espacio más al Comunismo. El resultado electoral nos devolvió la dignidad a los ciudadanos democráticos, fieles opositores a un régimen que gobierna mediante la imposición, la manipulación y la pretendida legitimidad de una comarca de bandidos representativos de la idea de que "con Chávez todo."
Las elecciones de los diputados a la Asamblea Nacional ; serán legales ante la OEA , la Unión Europea y quizás ante la Comunidad Internacional , pero ilegitimas ante el proceso electoral venezolano, porque fueron conformadas solamente por las fuerzas de partidos políticos afectos al régimen oprobioso de Hugo Chávez. Este, no consiguió consolidar el abrumador respaldo popular, porque el resultado muestra, donde esta la mayoría que rechaza el proceso, el proyecto, el socialismo, el comunismo, en síntesis, el retroceso de la patria mediante una pretendida revolución de incapaces.
Las cifras muestran que pese al triunfo de la “marea roja,” el usurpador perdió, aun cuando siga sus prácticas como jefe del desgobierno, pero tendrá que enfrentar nuevos retos:
¿Con que máquinas, procedimientos, registro de votantes, rectores o directiva del CNE, conseguirá alcanzar los 10.000.000 de votos que sus subordinados le prometieron para su reelección? ¿Será a mocha y trocha? ¿Será con la sobremarcha? ¿Será con el avance de las misiones en el mediático tren revolucionario? ¿Será con la expresiones: “Somos río crecido,” “Somos mayoría,” o con “Chávez sigue siendo el Rey”?
La conciencia demostrada por “el país de todos,” al termino de los comicios, evidenció, que el autócrata tiene trono por usurpación, pero no tiene Reino, porque la voluntad para elegir, de los ciudadanos de la República de Venezuela, no le pertenece a Hugo Chávez.
De allí afirmamos que Hugo Chávez en el plano internacional también perdió. No solo por la forma de ejecutar una política exterior feudal, sino porque los resultados ahora lo muestran como un caudillo sin respaldo popular mayoritario. Esto permite inferir que América Latina, no se subordinará a un monarca sin súbditos y sin reino ante la pérdida de respaldo en la fabulosa “Venezuela de todos.”
Simón Bolívar
Caracas, 05 de Diciembre de 2005