LUIS V. MÁRQUEZ
No creo que constituya la panacea universal, pero ayuda que la oposición democrática haya conformado un centro de dirección política para diseñar y ejecutar la estrategia que enfrente al régimen que sojuzga a Venezuela. La Mesa Unitaria Democrática (MUD) es un instrumento político no sólo necesario, sino –en mi criterio- imprescindible y fundamental para derrotar al totalitarismo en ciernes, que oscurece el firmamento venezolano. Por ello saludamos su concreción y nos manifestamos en vigilia para cuidar su salud, y alertar cualquier síntoma que pudiera enfermarla y desnaturalizarla.
Que es menester incorporar a ella a todos quienes son pero no están, es indudable. No cometeré –sin embargo- el contradictorio y contraproducente desliz, de insinuar que allí pudieran estar, quienes no son. La buena fe se presume, y la mala hay que probarla. Pero nada obsta a que tomemos precauciones para evitar colaboracionismos culposos, que hacen tanto daño como los intencionales.
De manera que -hechas estas aclaratorias iniciales- se precisa deslastrarnos de ojerizas, antipatías y antiguas facturas, para empujar en una misma y única dirección la nave opositora, que es condición indispensable para derrotar la autocracia militarista y comunistoide que se regodea en el poder. Por modesto que consideremos nuestro aporte, debemos y tenemos que confiar en que es necesario para obtener la victoria. Convencernos de ello, es tarea de esta MUD.
Sólo una “masa unitaria” del pueblo disidente, más allá de diferencias políticas, sociales, económicas, educativas e incluso ideológicas; , y una voluntad popular activada, organizada y movilizada en defensa de sus derechos democráticos, es garantía de triunfo. De allí la necesidad perentoria de estructurarla y consolidarla. Caro anhelo y objetivo superior, que debería ocupar puesto señero en la agenda de la recién estrenada Mesa Unitaria Democrática.
Deseos no empreñan, podrá decírseme desde cualquier ángulo de la vida política nacional. La única empresa fracasada de antemano, podemos responder, es la que no se intenta. Que ha habido, hay y habrá obstáculos -incluso levantados por nosotros mismos- para construir la unidad opositora, es un hecho incontestable. Pero el natural instinto de conservación nos va a conducir tarde o temprano, a abandonar los legítimos derechos que podamos tener de ser parte del equipo sustitutivo de la nomenclatura chavista, y a entender que aún no teniendo opción de conformar ese grupo de poder, es preferible trabajar para superar esta tragedia, so pena de pasar a engrosar la masa informe de esclavos que conlleva la instauración del comunismo.
Que Borges haya preferido apoyar en las elecciones regionales de noviembre del 2008, a Antonio Rojas Suárez para Gobernador de Bolívar, en contraposición a la opción de Andrés Velásquez; o que Teodoro Petkoff le haya sugerido a Manuel Rosales reconocerle a Hugo Chávez una votación de 7.309.080 votos, a las 7 p.m. del día 3 de diciembre de 2006, cuando aún no se había terminado de votar; no deberían seguir constituyendo elementos de discordia dentro del liderazgo opositor. Cómo tampoco deberían constituirlo, el hecho de que Oswaldo Álvarez Paz , Antonio Ledezma, y Henry Ramos Allup ,hayan llamado a la abstención en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2005, sin tener un plan “b” que permitiera rematar aquella huelga electoral.
Errores y aciertos hemos cometido todos quienes nos dedicamos a la actividad política. Y al margen de que bien valdría tener presente la sentencia de Leon Blum, según la cual “en la política muchos aciertos no se cobran, pero los errores se pagan doblemente y mucho más”; la hora actual venezolana requiere de un mínimo de desprendimiento personal y político, y de una visible renuncia a la arrogancia, para converger en una línea estratégica que le devuelva la fe al pueblo venezolano, y lo estimule a dar mucho más de lo que ha dado, en su enfrentamiento decidido contra el proyecto totalitario y hegemónico, que ya no esconde sus fauces militaristas, comunistoides y definitivamente antidemocráticas.
El primer paso debe ser -por supuesto- colocar otras sillas para que se sienten a la “mesa”, otros que también tienen el derecho y la experticia , para opinar y aportar ideas en el propósito de articular las políticas de enfrentamiento a la tiranía. En segundo término, deben colocarse en cuarentena las aspiraciones presidenciales y sus consecuentes intentos de protagonismo y figuración. En tercer lugar, y esto influirá tanto en la primera como en la segunda sugerencia, debería –aunque no se anuncie- establecerse en la Mesa Unitaria , la intención de no casarse con ninguna línea estratégica, y en consecuencia no amarrarse a los tiempos jurídicos que utiliza el régimen para continuar su golpe de estado continuado y progresivo contra la institucionalidad democrática y la libertad.
La firme decisión de rescatar el estadio democrático, para que todos podamos jugar -luego- con nuestros respectivos equipos y en igualdad de condiciones, debe ser el objetivo primario y fundamental de esta nueva experiencia unitaria que se inició con la instalación de la MUD. Para ello es requisito sine qua non, producir -desde esa instancia- las decisiones, orientaciones, medidas y políticas, que se traduzcan en la conformación , organización y consolidación de una inmensa “masa unitaria” del pueblo venezolano, dispuesto y decidido a reconquistar -por cualquier medio- su democracia y su libertad.
Que el régimen haya reaccionado con tanto desespero ante la instalación de la MUD, es sintomático del inmenso pavor que le tiene al pueblo disidente unido. Que se haya iniciado un proceso reunificador del liderazgo opositor, le preocupa y le atemoriza. Ellos saben que si la Mesa Unitaria Democrática desarrolla con responsabilidad y tino su labor, encontrará –sin duda alguna- los insumos para engrosar la Masa Unitaria Democrática que más temprano que tarde los aventará del poder. De eso se trata. Amanecerá y veremos.
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Publicado por EL REPUBLICANO en 2:39
Comentario de nuestro remitente:
SI, ESO ES, PARA QUE HAYA MASA UNITARIA DE OPOSICIÓN ES NECESARIO QUE SE ANTEPONGA EL INTERÉS NACIONAL A LOS INTERESES POLÍTICOS PARTICULARES DE CADA ORGANIZACIÓN. COMO BIEN LO PLANTEA ESTE ARTICULISTA, UNA VEZ LIBERADOS DE ESTE NEFASTO RÉGIMEN, YA HABRÁ OCASIÓN DE COMPETIR EN “IGUALDAD DE CONDICIONES” PARA LOGRAR EL PODER Y LA CONDUCCIÓN DEL PAÍS EN DEMOCRACIA. POR OTRA PARTE, NO OLVIDAR QUE EL RÉGIMEN UTILIZARÁ TODOS SUS RECURSOS, LÍCITOS E ILÍCITOS, PARA TRATAR DE DESBARATAR ESTA UNIDAD. NO COMAMOS TRAPOS ROJOS.