Por Miguel Angel Gutiérrez
MEXICO DF (Reuters) - El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, dijo el martes que Estados Unidos tiene el poder de acabar con la crisis desatada en el país centroamericano tras el golpe de Estado que lo derrocó hace más de un mes y propiciar su restitución.
El Gobierno estadounidense ha retirado la ayuda militar a Honduras en castigo por el quiebre del orden constitucional y suspendió visas diplomáticas, pero no ha tomado más medidas, apostando a las gestiones que realiza el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, aún sin resultados.
"Honduras, con todo lo que dicen los golpistas, no depende de Caracas. Honduras depende de Washington (...) Estados Unidos sólo hace así la mano (aprieta el puño) y ese golpe dura cinco segundos", dijo Zelaya en una entrevista con el canal de noticias CNN transmitida el martes por la noche.
"Tomar una decisión es de cinco minutos, implementarla pues puede durar una semana, pero la fuerza que tiene Estados Unidos en la economía, en todas las relaciones internacionales de Honduras, es extraordinaria", añadió.
Zelaya, derrocado el 28 de junio cuando militares lo sacaron de su casa a punta de rifle, se reunió el martes con el presidente de México, Felipe Calderón, que lo recibió con honores en la residencia presidencial y prometió tener una mayor participación en la mediación de Arias.
El mandatario hondureño dijo que viajará a finales de la semana a Brasil respondiendo a una invitación del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
"Hemos dado todo nuestro apoyo a la democracia hondureña y al presidente Zelaya en consecuencia, y estamos dispuestos a seguirlo haciendo más intensamente, a desempeñar los roles que se nos pidan o se nos asignen", dijo Calderón en una conferencia de prensa conjunta con Zelaya.
"Estamos dispuestos a firmar el plan Arias en Tegucigalpa con mi restitución a la presidencia de la república, pero no estamos dispuestos a hacer un juego diplomático en el exterior de Honduras con el único fin de dilatar el proceso de reconstitución de la democracia en el país", dijo Zelaya.
El Gobierno de facto ha dilatado una respuesta a la última propuesta de Arias, que incluye integrar un gobierno de unidad nacional con Zelaya como presidente y una amnistía para delitos políticos, entre otros puntos.
El ministro de la presidencia de Micheletti, Rafael Pineda, dijo posteriormente que la vuelta de Zelaya era inaceptable y que el Gobierno podría soportar la presión externa hasta los comicios de noviembre.
"Se han hecho varios análisis que indican que aún con dificultades, con mucho sacrificio, podríamos resistir hasta lo que falta del período de Gobierno y entregarle el poder el presidente que salga electo", afirmó.
Micheletti ha pedido que una misión internacional visite Honduras para intentar una salida a la crisis, la peor en Centroamérica en los últimos 20 años.
MISION A HONDURAS
El martes, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, dijo que el miércoles o jueves se anunciará el envío de una misión de nivel ministerial a Honduras, tras acordarlo con Arias.
"Vamos a hacer todos los esfuerzos, no vamos a hacer una acción de intervención, lo que estamos haciendo es tratar de obtener de parte del Gobierno de facto una decisión de permitir que la democracia vuelva a Honduras", agregó.
"Digna la actitud del presidente mexicano, del presidente Calderón, al recibirlo como tiene que recibirse a un jefe de Estado, que representa de manera legítima y digna al pueblo de Honduras", dijo Chávez en un acto militar.
Calderón recibió a Zelaya, que usaba traje oscuro y sombrero blanco, en una ceremonia en la residencia presidencial en la que se escucharon los himnos de ambos países interpretados por una banda militar.
El mandatario depuesto agregó que seguirá con su movimiento de resistencia pacífica y que volverá a Ocotal, un poblado en Nicaragua fronterizo con Honduras donde se estableció por varios días apoyado por su par nicaragüense, Daniel Ortega.
(Reporte de Miguel Angel Gutiérrez, reporte adicional de Gustavo Palencia y Gabriela Donoso en Honduras, Conrado Hornos en Montevideo y Enrique Andrés Pretel en Caracas, editado por Anahí Rama y Patricia Avila)