Jesús Eduardo Valencia Arbeláez, conocido también como "Padre" y "Pat", llegó este jueves a Nueva York, donde será juzgado por delitos de narcotráfico y blanqueo de dinero que, en caso de ser hallado culpable, pueden acarrearle una pena de cadena perpetua.
Valencia, de 43 años y con nacionalidad colombiana y mexicana, fue detenido en junio pasado en Bucarest, a donde había viajado para estudiar con otros cómplices el establecimiento de una nueva base de operaciones en Rumanía.
Este hombre está considerado por las autoridades estadounidenses como el líder de una sofisticada organización dedicada al tráfico de drogas, con sede en Colombia y Venezuela y con operaciones también en numerosas países, incluidos Bolivia, España, Holanda, Sierra Leona, Guinea, Mauritania y Estados Unidos.
Valencia y otros miembros de la organización trataron en los dos últimos años de adquirir un avión para transportar toneladas de cocaína desde Venezuela a diversos países africanos, explicó la Fiscalía en un comunicado de prensa.
Como parte de esos planes otro miembro de la banda, Manuel Silva Jaramillo, quien fue detenido este año, organizó diversas reuniones en Madrid, Nueva York y Virginia (Estados Unidos), entre otros lugares, y preparó la financiación de la compra del avión a través de una empresa con sede en Chipre.
En octubre de 2007 ese individuo dio instrucciones para que se transfirieran más de 1,25 millones de euros en efectivo, procedentes de operaciones de narcotráfico, a diversas cuentas bancarias en Estados Unidos, como parte de la transacción.
La Fiscalía explicó que durante una de las reuniones celebradas para acordar la compra, Silva aseguró que la organización disponía de entre 30 y 60 millones de euros en España que necesitaban blanquear.
En noviembre del pasado año, Valencia se reunió en la capital española con un individuo que era confidente de la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA) y ayudaba a Silva en el proceso de compra del avión, y le aseguró que su organización podía enviar cargamentos de cocaína desde Venezuela a Guinea, donde contaba con apoyos y disponía de un aeródromo privado.
Valencia manifestó además que aunque entendía que el avión podía transportar hasta siete toneladas de cocaína en un sólo viaje, la organización quería desplazar en un principio entre dos y tres toneladas.
En enero de este año Valencia volvió a reunirse con el confidente de la DEA, a quien explicó que la banda estudiaba la posibilidad de realizar envíos de cocaína desde Bolivia al África occidental.
Además, hizo los arreglos necesarios para que su interlocutor recibiera 250.000 euros en efectivo como parte del proceso de adquisición del avión.
Valencia es el quinto miembro arrestado de esta sofisticada organización delictiva internacional, explicó la Fiscalía que dirige Preet Bharara.
Geraldo Quintana Pérez y Harvey Steven Pérez fueron enviados desde Sierra Leona a Nueva York el pasado mes de abril, en lo que constituyó la primera colaboración de ese tipo entre ambos países.
Javier Caro fue entregado en junio por las autoridades de Togo a las estadounidenses, en tanto que Silva fue arrestado en ese mismo mes después de visitar la República Dominicana.