Socialismo de la basura
Esta basura es endógena, nunca antes el socialismo produjo tantos desechos. Budapest o Varsovia resplandecían de limpias, no había consumo ni despilfarro, ni tampoco basura. Gracias al petróleo, el venezolano todavía consume.
Hemos inventado el mejor socialismo que el dólar puede comprar, pero por desgracia este socialismo del siglo XXI no sabe recoger la basura. ¡El socialismo del siglo XXI es el socialismo de la basura! Basura por todas partes, montañas de basura. Sólo hay un remedio: recogerla; algo más allá de las posibilidades del Hombre Nuevo, o adoptar otra salida heroica; no consumir, no importar, vivir de la producción endógena, del aire, pues. Si Miraflores movilizara al ejército, al PSUV, armara con una escoba a los funcionarios públicos, quizá disminuiría la basura por unos días, pero después reaparecerá invencible.
Frente a este socialismo de basura la oposición ganará cómodamente las elecciones si se unificara al 100%, Sin fisuras, malacrianzas y golpes bajos. Inevitablemente en Caracas los dirigentes de los partidos y buena parte de la sociedad civil se unirán, pero ¿qué pasará en los Teques, Calabozo, o Chacopata? Si los candidatos resentidos arrastran los pies a la hora de votar ganará el PSUV, que si contará con una maquinaria engrasada y obediente: el que salga de la línea también saldrá del gobierno. En una elección presidencial, o en un referéndum, a los electores no hay que llevarlos a votar, comprenden la trascendencia de la elección y no quedan dolientes por no haber sido incluidos en las listas candidatos. En resumen la unidad es perfecta, de arriba abajo, o habrá sorpresas en septiembre, a pesar que se nota una rabia creciente en los barrios por la basura, la falta de luz y de agua, la inflación. Digan lo que digan las encuestas las elecciones no son pan comido. El gobierno alentará la abstención designando algún talibán en el CNE, los abstencionistas encubiertos dirán que votar no cambiará nada.
¿Está consciente el país de lo que está en juego en las elecciones legislativas? No.
Si Chávez se impusiera vendría en los meses siguientes la operación de recogida y mesa limpia, y hasta estaría en peligro la soberanía nacional.
Hace 25 años Caracas y Bogotá acordaron colocar en el congelador el tema del golfo de Venezuela, Chávez lo está poniendo sobre la mesa. Ambos países se beneficiaban en el pasado del intercambio comercial. Hoy Chávez disminuyendo el comercio con Colombia amenaza la estabilidad del país vecino, lanza a la ruina a cientos de miles de colombianos; aunque el bloqueo comercial de Venezuela a Bogotá no se haya cumplido íntegramente, por ahora, hay la amenaza de que se recrudezca, en los momentos que Venezuela está en condiciones de inferioridad militar, lo contrario de lo que ocurrió en el caso del Caldas.
Chávez quizá no podrá retroceder frente a situaciones peligrosas y esta crisis escale en los próximos meses, o semanas, lo que colocaría en peligro a la propia soberanía nacional. Venezuela es una pieza desechable en un juego de política, en el que los grandes actores son Brasil e Irán, no Caracas. Es una locura abrazarse con Abenayad.
Otra cosa: De joven yo era socialista pero con tanta basura me estoy volviendo súper capitalista. Con un montón de basura en la puerta de su casa Marx no escribe el Capital.
fausto.maso@gmail.com
Hemos inventado el mejor socialismo que el dólar puede comprar, pero por desgracia este socialismo del siglo XXI no sabe recoger la basura. ¡El socialismo del siglo XXI es el socialismo de la basura! Basura por todas partes, montañas de basura. Sólo hay un remedio: recogerla; algo más allá de las posibilidades del Hombre Nuevo, o adoptar otra salida heroica; no consumir, no importar, vivir de la producción endógena, del aire, pues. Si Miraflores movilizara al ejército, al PSUV, armara con una escoba a los funcionarios públicos, quizá disminuiría la basura por unos días, pero después reaparecerá invencible.
Frente a este socialismo de basura la oposición ganará cómodamente las elecciones si se unificara al 100%, Sin fisuras, malacrianzas y golpes bajos. Inevitablemente en Caracas los dirigentes de los partidos y buena parte de la sociedad civil se unirán, pero ¿qué pasará en los Teques, Calabozo, o Chacopata? Si los candidatos resentidos arrastran los pies a la hora de votar ganará el PSUV, que si contará con una maquinaria engrasada y obediente: el que salga de la línea también saldrá del gobierno. En una elección presidencial, o en un referéndum, a los electores no hay que llevarlos a votar, comprenden la trascendencia de la elección y no quedan dolientes por no haber sido incluidos en las listas candidatos. En resumen la unidad es perfecta, de arriba abajo, o habrá sorpresas en septiembre, a pesar que se nota una rabia creciente en los barrios por la basura, la falta de luz y de agua, la inflación. Digan lo que digan las encuestas las elecciones no son pan comido. El gobierno alentará la abstención designando algún talibán en el CNE, los abstencionistas encubiertos dirán que votar no cambiará nada.
¿Está consciente el país de lo que está en juego en las elecciones legislativas? No.
Si Chávez se impusiera vendría en los meses siguientes la operación de recogida y mesa limpia, y hasta estaría en peligro la soberanía nacional.
Hace 25 años Caracas y Bogotá acordaron colocar en el congelador el tema del golfo de Venezuela, Chávez lo está poniendo sobre la mesa. Ambos países se beneficiaban en el pasado del intercambio comercial. Hoy Chávez disminuyendo el comercio con Colombia amenaza la estabilidad del país vecino, lanza a la ruina a cientos de miles de colombianos; aunque el bloqueo comercial de Venezuela a Bogotá no se haya cumplido íntegramente, por ahora, hay la amenaza de que se recrudezca, en los momentos que Venezuela está en condiciones de inferioridad militar, lo contrario de lo que ocurrió en el caso del Caldas.
Chávez quizá no podrá retroceder frente a situaciones peligrosas y esta crisis escale en los próximos meses, o semanas, lo que colocaría en peligro a la propia soberanía nacional. Venezuela es una pieza desechable en un juego de política, en el que los grandes actores son Brasil e Irán, no Caracas. Es una locura abrazarse con Abenayad.
Otra cosa: De joven yo era socialista pero con tanta basura me estoy volviendo súper capitalista. Con un montón de basura en la puerta de su casa Marx no escribe el Capital.
fausto.maso@gmail.com
Opinión
Fausto Masó
El Nacional / El Método del Discurso
Fausto Masó
El Nacional / El Método del Discurso
Fuente: Noticiero Digital