La Maldición de Tutankamón
Por Carlos E Méndez
Julio 27, 2010
La maldición del faraón y semidios de Egipto, el
joven Tutankamón quien prematuramente murió 1333 años antes de Cristo,
consistió en que aquellos que profanaran su tumba recibirían como
castigo (juicio) el que todos morirían de forma trágica e irremediable.
Viajando desde ese otro extremo del mundo y recorriendo 3.343 años hasta
llegar a la Venezuela del siglo XXI, nos preguntamos si acaso existe
alguna maldición o juicio contra aquellos mortales que profanen la tumba
del padre de la patria. Esa sentencia debe estar oculta en algún rincón
de La Gran Colombia, porque la violación del sarcófago que guarda los
restos de un personaje de la talla de nuestro Simon Bolívar, no puede
pasar desapercibida para los dioses, ya que además de héroe, nuestro
ilustre libertador al igual que Tutankamón es considerado un dios por
los pueblos a quienes consagró sus luchas para librarlos de la
esclavitud de la época.
La profanación de tumbas sin fines científicos, ppr
lo visto conlleva una especie de juicio dictado por los propios dioses
en contra de los mortales que traspasan sus linderos y violentan sus
moradas. En el caso de la maldición de Tutankamón, la única persona que
sufrió una muerte natural, de los 20 que penetraron en su eterna morada
(3.270 años) para exhumar sus restos y sustraer sus tesoros, fue el
científico (
arqueólogo y egiptólogo) ingles Howard
Carter, quien murió en 1939 después del hallazgo (1922) de la
maravillosa cámara mortuoria. Se llegó a especular que todas esas
muertes extrañas que se sucedieron en cadena, se debieron a una
sugestión o envenenamiento mental más que a una maldición de los dioses.
Bueno, tal vez sea esa la forma como los dioses ejecutan sus
sentencias.
La tumba de Moisés el líder de los hebreos que liberó
a su pueblo del yugo egipcio, nunca se supo dónde lo sepultaron debido a
que Dios mismo se encargó de esconderlo para evitar que los judíos le
rindieran adoración. Mientras que, la sepultura de Jesús el Cristo
(Mesías) fue abierta por los propios dioses o ángeles con la anuencia
del Soberano que reside en los cielos. Cuando la madre de Jesús junto
con otras mujeres visitaron la tumba con la intención de preparar el
cuerpo del crucificado, la gigantesca piedra que sellaba la entrada de
la sepultura ya había sido removida por un poder sobrenatural. Las
mujeres vieron al ángel sentado sobe la roca y entraron al sepulcro,
pero el resucitado ya se había levantado de entre los muertos.
Algunos mortales lideres de Sur America y del Caribe
arrastran maldiciones sobre si y sobre sus pueblos por desoír la voz de
los profetas, por andar erigiendo bustos a cuanto desalmado anda por
allí vagando como alma en pena, y, por andar excavando tumbas con la
ilusión de reinventar la historia y abrogarse epopeyas que solo
pertenecen a los dioses o a los escogidos por estas divinidades.
Autorizada su reproducción, difusión y publicación.
Carlos E Méndez"El miedo toco a la puerta; la fe la abrio, y no encontro a nadie" Martin Luther King.
IMAGEN: Tutankamón /Wikipedia
Fe de errata:
NO ES "LA TUMBA", SINO "EL CUERPO" DE MOISES EL LIDER DE LOS HEBREOS