Carta a un
abstencionista
Humberto
Seijas Pittaluga
No lo niegues, a ti te dolió la muerte
de Brito. Porque tú no eres un ser indiferente. Esas cosas trascendentales de
vida y muerte dejan una marca, así el protagonista sea un desconocido. Que
Brito no lo era. Todos sabíamos que era alguien que estaba luchando, con las
armas que él libremente decidió, contra una injusticia que se había cometido
contra él y su familia. También estás enterado de cuál fue la reacción oficial:
declararlo loco. Y lo hizo una persona que no sabe nada de psiquiatría pero que
sí de encontrar argumentos para defender las tropelías que comete el régimen:
la oxigenada fiscala general. Por tanto, una de sus subalternas pide a una
jueza que “para defender la vida” del huelguista se le fuerce a ir adonde él no
quiere y se le someta a regímenes médicos que no necesita. Y la juez —no se
sabe si por temor a seguir los pasos de la doctora Afiuni o porque pertenece a
la caterva que grita: “¡Uh, ah!”— en un tris concede el pedimento.
Todas ellas —raro que las mejores
cómplices en las arbitrariedades gubernamentales sean mujeres, siendo que
usualmente son dechado de virtudes — arropadas con una excusa a primeras luces
aceptable: el primer derecho es el derecho a la vida. Lo cual es verdad. Pero
quien decide si ejerce dicho derecho es el sujeto de éste, nadie más puede
hacerlo por él. Porque si es derecho, se debe tener la opción de ejercerlo o
no. A menos que ya hayamos entrado en esa etapa del comunismo en el cual uno no
se pertenece a sí mismo sino que el estado es el dueño de uno. En fin, que
todas ellas parecen ser corresponsables en el resultado final de algo que dizque
para preservar una vida. ¡Ah, pero no había terminado de enfriarse el cuerpo de
Brito cuando salieron con muy farragosos alegatos a tratar de tapar la torta
que pusieron!
Y, de una vez, la defensora del
régimen (que no del pueblo) se unió al combo, con otro escrito, explicando que
sus subalternos visitaron a Brito varias veces. Pero es que el asunto no era
visitar, ¡era de solucionarle el problema! La tapa del frasco es la decisión de
la misma fiscala —para “perfeccionar” la evasión de su responsabilidad— de
pedir el enjuiciamiento de la familia del difunto por dizque “incitación al
suicidio” ¡El colmo de la vesania! No sólo las deja viuda y huérfana, sino que
también las quiere meter presas. Me imagino que la misma jueza que se prestó a
la canallada de ordenar el internamiento de Brito, con la misma celeridad sería
la encargada de cometer la otra de ordenar el encausamiento y prisión de las
dos desdichadas mujeres.
Por eso, para tratar de que en el
futuro Venezuela no tenga que padecer magistrados, jueces, fiscales y
defensores de esa calaña, —quienes creen a ellos los pusieron ahí, no para
buscar lo que es moral y legalmente correcto, sino para alcahuetear al régimen
en la comisión de sus iniquidades— es que debes dejar de lado tu postura
(¿filosófica?, ¿comodona?) y decidirte a votar.
Tú eres una persona recta, que te
gusta que los demás se comporten como tú, honrada y dignamente. Por eso no
puedes ver con buenos ojos a quienes transgreden las normas y la moralidad.
Entonces, a ti te debe caer de la patada que el Nerón Sabanetero no se comporte
como el primer magistrado que debe ser sino como el primer mandón y decida
violar, una vez más, la Constitución y dedicarse a hacerle propaganda a los
anodinos candidatos de su partido cuando tiene impedimentos legales para
participar en la campaña. Después, para añadir ludibrio a la ofensa, sale
arrogantemente a preguntarse, retóricamente, que quién se permite decirle a él
que no puede hacer algo; para contestarse inmediatamente que nadie puede evitar
su intervención en política. ¡Claro, quién se lo va a impedir, si los que deben
hacerlo están todos sumisos a sus pies!
Todo ello lo hace en medio de una
cadena de varias horas, instrumento al cual no debiera apelarse sino para los
asuntos trascendentales de la nación. Luego, todas las televisoras oficiales hacen
(adivinen por orden de quién) un “avance informativo” ¡de dos horas! en el cual
reseñan el desarrollo de una caravana del PUS. Terrible ventajismo. Para la
ilustración de los ignorantes crasos que “gerencian” ANTV y VTV, el mataburros
de la DRAE especifica que “avance informativo” es: “Parte de una información
que se adelanta y que tendrá ulterior desarrollo”. Si el avance fue larguísimo,
¡cómo sería el desarrollo!
Contra esos groseros ventajismos, que
te chocan, contra esa palpable violación de los postulados legales que
tipifican que los empleados públicos no pueden hacer campaña (ni emplear medios
ni recursos oficiales para ellos), de manera que todos los candidatos compitan
en igualdad de condiciones, es que debes abandonar tu postura usual y meterte
en la cola de votar. Hazlo, que te vas a sentir muy satisfecho contigo mismo.
Te lo garantizo...
IMAGEN: Logotipo abstencionista //Wikipedia