CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE UN
MILITAR RETIRADO
Vinicio Guerrero Méndez
“Qué has hecho con tu hermano” (Gen. 4:10)
Miro con absoluta extrañeza como usted invoca
a Dios con frecuencia. Sea cual fuere su actitud religiosa personal, en
política me parece bastante diferente para no pensar que está predicando lo que
no quiere cumplir.
Obviamente, hay otra
forma de fe en Dios, esa forma jamás será la mía de la cual discrepamos, es no
despertar esperanzas a sus ciudadanos con engaños, sino reaccionando con La
verdad y justicia. Esta actitud absolutista religiosa explica en buena parte lo
demagógico de su discurso. Más bien pareciera que no quiere usted escuchar
acusatoriamente las palabras de Dios: "qué has hecho con tu
hermano"….
El caso es que no hay
que ignorar las cosas y las razones para ello, ya han sido explicadas por
muchos compañeros desde el punto de vista del Derecho, que desde que el
TSJ hizo un pronunciamiento en relación al pago alimentario para el
personal militar retirado de la fuerza armada nacional, desde esa fecha hasta
hoy muchos de nuestros compañeros han fallecido sin recibir el
justo derecho a recibirlo. La pregunta es Comandante Presidente: ¿Existe
en usted la convicción de honrar ese sagrado derecho?
En cualquier caso, el
Dios de sus creencias religiosas no es ningún obstáculo para autorizar nuestro
pago de alimentación adeudado desde hace ya muchos años desde la sentencia
definitiva. Pienso que cuando nos muestra la Constitución, es para
que la conozcamos aunque muchas veces nos pregunta si la conocemos; pero me
parece que en cierta manera usted que presume de conocerla íntegramente, es
quien menos tiene intención de respetarla o hace caso de ella solo cuando
le conviene.
En nuestros años de actividad nos esforzamos
en fomentar esa bonita realidad castrense en un clima de respeto. Fuimos parte
de algo mucho más grande que nuestro pequeño número. No debemos olvidar
esos años para convertirlos en un escenario de intolerancia, sólo con el objeto
de imponernos sobre el otro. Como sociedad estamos necesitados de deponer
actitudes a favor del bien común.
Me preocupa la suerte de muchos
compañeros, en su porvenir incierto, a su vejez y esos supuestos años
dorados que en su honrosa situación de retiro, aún persisten en la esperanza
que un día de estos todos sus esfuerzos se verían compensados, solo con
que usted acceda a ordenar el pago respectivo. Mucho se demora ese
momento que todos esperamos; pero rápido y eficaz será el resultado de su
benevolencia como próxima acción.
Entre otro de los
problemas que nos embarga persiste el de la salud. El problema es crucial. Es
lógico que debiera ser un tema central, pero no más que el alimentario aún
cuando podemos llegar a ese fin de mes imposible, mucho mayor es el
problema: DESENCANTO. Mucho más que
doloroso cuando proviene de la misma familia armada en el poder.
Apelando a sus dotes
de hombre de gobernante, dejo a su criterio la respuesta a juzgar por los actos
de hacer justicia y remediar los hechos. Le solicito muy respetuosamente girar
sus instrucciones con el fin de hacer efectivo tan necesario sustento. El conjunto de
hombres, mujeres en retiro, viudas y sobrevivientes de la fuerza armada
nacional, se verán favorecidos si usted hace suya esta solicitud. No pretendo
con la presente comunicación, sumirme en lo que siempre he detestado: el
incienso de la adulación, solo me dirijo a usted como parte de esa hermandad
castrense y demás relaciones que nos caracterizó aquellos años
Agradezco de antemano
su comprensión y respeto.
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO MENDEZ